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Jokin Bildarratz (Tolosa, 1963) asumió en septiembre de 2020 la cartera de Educación con una encomienda clara: aprobar la ley que más se le ha resistido a Iñigo Urkullu desde que llegó al poder hace una década. Tras varios retrasos, el proyecto ya está en ... manos del Parlamento vasco, pero se ha topado con el rechazo de gran parte de la comunidad educativa, de toda la oposición salvo EH Bildu e incluso con las críticas del socio minoritario del Gobierno. El consejero rebaja la tensión con el PSE-EE y, ante su preocupación, asegura que los modelos lingüísticos seguirán vigentes.
– ¿Cómo puede ser que una ley trabajada durante años, con un largo proceso de diálogo y un mandato del 90% del Parlamento vasco, haya nacido con tal grado de rechazo?
– No considero ni mucho menos que haya nacido con rechazo. Como Gobierno, hemos respondido con absoluta lealtad y fidelidad al pacto del año pasado. La gran parte del arco parlamentario apoya este proyecto de ley. Ya quisiera ver yo una ley educativa en Europa con un 82% de apoyos en el Parlamento.
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– En ese cálculo excluye a Elkarrekin Podemos-IU pero mantiene al PSE-EE, también muy crítico. ¿Da por hecho su apoyo?
– No se pueden equiparar las reacciones que han tenido ambos. El PSE-EE ha llamado la atención sobre un aspecto y lo que dice es que hay que seguir trabajando y negociando, cosa en la que estoy de acuerdo. Podemos entró de una manera forzada en el pacto y nunca ha creído demasiado en este proyecto.
– Con este punto de partida, ¿cree que la ley está en disposición de salir adelante?
– No tengo ninguna duda. Hay un compromiso de las tres fuerzas políticas que vertebran este país, PNV, PSE-EE y EH Bildu, que dan un voto favorable. Hay una serie de matices y habrá que sentarse a dialogar. Sí es cierto que estamos en un ambiente electoral que puede condicionar el proceso, pero eso no nos va a frenar.
– Los plazos también aprietan. ¿Sería un fracaso que no se aprobara antes del final de la legislatura, dentro de un año?
– Hay tiempo suficiente y, aunque haya convocatorias electorales en medio, el Parlamento no está de elecciones. Además, no olvidemos que gran parte del debate ya se hizo en la ponencia y se recogió en un pacto que hemos respetado fielmente.
– ¿Estaría dispuesto a sacar esta ley sólo con PNV y EH Bildu? ¿Puede salir sin el PSE-EE?
– No contemplo ese escenario, estoy convencido de que esta ley va a salir también con los votos del PSE-EE.
– ¿Cómo se explica que un proyecto de ley suscite más entusiasmo en la principal fuerza de la oposición que en uno de los partidos del Gobierno?
– Yo no sé si ha generado más o menos entusiasmo. PNV y PSE-EE tenemos un compromiso reflejado en un programa de gobierno que estamos desarrollando. Llevamos mucho tiempo trabajando con total discreción para que este texto salga adelante.
– ¿Conocía las objeciones de los socialistas antes del comunicado que publicaron una vez aprobado el proyecto?
– La víspera de la reunión me comuniqué con Idoia Mendia y me trasladó dos preocupaciones que yo intenté aclarar en el Consejo de Gobierno.
– Si el socio no estaba al 100% de acuerdo con el texto, ¿el proyecto estaba en condiciones de aprobarse?
– Tenía toda la madurez del mundo y se aprobó en condiciones. ¿Que, una vez finalizado el Consejo de Gobierno, el PSE-EE traslada que quiere seguir trabajando durante la tramitación? Pues no hay ningún problema. Somos dos partidos que tenemos nuestra propia ideología.
– El PNV dice que los socialistas han actuado así por «electoralismo». ¿Lo comparte?
– No quiero calificar la actuación de nadie. Es evidente que esta época electoral nos vuelve más sensibles a todos, pero debemos ser capaces de retrotraernos del rifirrafe y ver cómo superamos las diferencias.
– Hablemos del origen del conflicto con el PSE-EE: los modelos lingüísticos. ¿Cómo una ley puede generar interpretaciones tan contradictorias?
– Los modelos lingüísticos ya están establecidos en la Ley del Euskera de 1982 y es evidente que van a seguir. La nueva norma lo que busca es empoderar al centro para que adapte su proyecto a la realidad sociolingüística de su entorno porque es evidente que un modelo D en Lekeitio no puede ser el mismo que en Otxarkoaga.
– Vayamos a lo práctico. En el formulario de matriculación, ¿los padres van a seguir marcando una casilla donde elijan modelo A, B o D para sus hijos?
– Sí, claro.
– ¿Y seguirá habiendo centros con aulas diferentes según el modelo lingüístico?
– Eso tendrá que definirlo cada centro en base a los criterios que vayamos marcando. Pero eso va a ser como hasta ahora, sí.
– ¿Los más de 70.000 alumnos que estudian en los modelos A y B podrán continuar dando Matemáticas en castellano?
– Claro, sin ninguna duda. Pero le daré un dato para que seamos capaces de relativizar. Para el curso que viene, de las 11.969 matrículas que se han solicitado, sólo 190 han sido en el modelo A, un 1,5% del total. Y son importantísimas, ¿eh? Los modelos lingüísticos han funcionado muy bien. Hace treinta años sólo el 25% de los jóvenes conocían el euskera, ahora es el 75%. A mí me gusta soñar con el 100% para 2050.
– La ley se marca el objetivo de que todo el alumnado tenga un nivel B2 de castellano y euskera al acabar Secundaria. ¿Cómo se va a medir?
– Las leyes no se desarrollan de un momento a otro, habrá que ir trabajando poco a poco. Únicamente lo que significa es que dotemos de instrumentos suficientes y necesarios a los centros para que el alumnado tenga esa capacidad.
– Pero la Ley del Euskera ya hablaba de aportar un conocimiento «práctico y suficiente». ¿Qué es lo que cambia ahora?
– Lo que se hace ahora es definirlo con una referencia europea como es el B2.
– ¿Sin ese nivel no se va a obtener el título de la ESO?
– No, no pasa nada.
– Los informes educativos advierten de que en la práctica ni siquiera el modelo D asegura ahora ese objetivo. ¿Cómo lo va a lograr un alumno del A?
– Bueno, lo que nosotros pretendemos es establecer los objetivos y que sean los centros los que fijen, dentro del marco establecido por el Departamento, cómo se va a conseguir. Hablamos de formación de los docentes, de recursos, de nuevas metodologías... Desde los 2 a los 16, a lo largo de catorce años, tenemos tiempo suficiente para que salgan capacitados.
– Pues ahora, a la vista de esos informes, no es posible.
– Bien, pues es lo que tenemos que hacer. Establecer elementos para que sea posible.
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