La pandemia ha añadido una pieza más al rompecabezas que los partidos vascos deben resolver para reformar el Estatuto de Gernika. Las urgencias de la crisis sanitaria, con sus nefastas consecuencias económicas y sociales, han abocado a un nuevo retraso 'sine die' en los trabajos ... . PNV y PSE, los dos partidos que sustentan el Gobierno de Iñigo Urkullu, han acordado no reactivar a corto plazo la ponencia de Autogobierno, el foro parlamentario que desde hace siete años trata de rubricar un acuerdo amplio para modernizar la norma institucional básica de Euskadi.
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Los avances están paralizados desde hace más de un año. Incluso antes de que el lehendakari adelantara las elecciones, en principio para abril y luego aplazadas hasta julio, la ponencia ya había llegado a cierto punto muerto. Aunque los expertos de PNV, PSE y Elkarrekin Podemos consensuaron un borrador base muy amplio, éste contenía varios votos particulares en temas centrales como el derecho a decidir y la relación de Euskadi con el resto del Estado. Importantes discrepancias en las que nadie estaba dispuesto a ceder, y menos con unos comicios a la vista.
Los tres partidos firmantes, todos los que tenían representación excepto EH Bildu y PP, se instaron mutuamente a seguir trabajando para que los textos no acabaran olvidados en el cajón. Pero el final de la legislatura, primero, y el estallido de la Covid-19, después, han ido desmontando esas intenciones hasta el punto de que los socios del Gobierno vasco han convenido una moratoria. «Ahora mismo no podemos ponerlo sobre la mesa porque el debate está centrado en la pandemia. No es el momento oportuno para un asunto que requiere de sosiego y no de prisas», apuntan fuentes del PNV.
Un diagnóstico que corroboran en las filas de su aliado minoritario, el PSE. Su portavoz en el Parlamento vasco, Eneko Andueza, ya lo adelantó en una entrevista publicada hace dos semanas en este periódico. «Entre nuestras prioridades no está la ponencia de Autogobierno sino gestionar lo que tenemos encima y lo que va a venir en la pospandemia, que va a ser muy cruda», expresó. Desmintió así las palabras de la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, quien había sugerido días antes que el foro parlamentario se pondría en marcha «en breve».
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Fuentes socialistas insisten en que la rama jeltzale les ha certificado que «no hay intención de retomarlo hasta que la situación se normalice de nuevo». Por lo pronto, los socios del Ejecutivo autonómico descartan cualquier nuevo movimiento antes de que empiece el próximo curso político. Al término del verano habrá que ver si la situación sanitaria da un respiro como para reactivar la maquinaria, aunque algunas voces ya consideran que ese escenario es cuando menos «optimista» dadas las previsiones, que hablan de una recuperación lenta.
En el grupo parlamentario del PNV, en todo caso, advierten de que el impulso de la ponencia de Autogobierno tampoco se debería postergar mucho más tiempo. «No lo podemos dilatar en exceso. Debemos aprovechar el equilibrio de fuerzas que hay en Madrid», precisan. Sabin Etxea asume que solamente una aritmética como la que hay ahora en el Congreso puede desbloquear el aval a una eventual reforma del Estatuto. No en vano, después de ser aprobada por mayoría absoluta en el Parlamento vasco, debe pasar a la Cámara baja y lograr 176 síes (se trata de una ley orgánica) antes de convocarse un referéndum.
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DISCREPANCIAS
El reloj puede jugar en contra, máxime cuando el terremoto político nacional empieza a agitar el fantasma de un adelanto electoral. Andoni Ortuzar ya advirtió el pasado jueves sobre el riesgo de que «se rompa la legislatura», lo que podría dar al traste con las «expectativas» generadas. Entre ellas, la culminación del Estatuto de Gernika de 1979 con las transferencias pendientes y su modernización, un eterno deber pendiente de la política vasca que amenaza con enquistarse.
El horizonte parece a día de hoy bastante remoto. Las importantes divergencias incluidas en el texto consensuado la pasada legislatura hacen que su posible presentación como proposición de ley, paso imprescindible, se considere «estéril», sin recorrido. En la reedición de su acuerdo de coalición gubernamental en septiembre, jeltzales y socialistas se comprometieron a «profundizar» en esos trabajos ya realizados durante los dos mandatos previos, aunque también volvieron a recurrir a la fórmula de la discrepancia pactada para darse mutuamente libertad en sus respectivos postulados. «Este laberinto tiene difícil salida», certifican fuentes parlamentarias.
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