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Si de EH Bildu depende, y por mucho que la reforma laboral haya causado una fractura nunca antes vista, el futuro de la legislatura de Pedro Sánchez no está en peligro. Tras confirmar que sus cinco diputados votarán en contra del decreto, al igual que ... otros socios habituales como ERC y PNV, la coalición soberanista ha urgido a «rehacer» el bloque de la investidura que ejerce de apoyo al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. La formación de Arnaldo Otegi, en todo caso, echa en cara al Ejecutivo de coalición que haya incumplido su compromiso de derogar la legislación impulsada por el PP en 2012 pese a haberlo rubricado por escrito: «Lo firmado obliga».
A diferencia del PNV, que condicionaba su eventual apoyo solamente a la prevalencia de los convenios autonómicos, EH Bildu elevaba el listón y exigía cambios de calado en el texto. A esa prelación sumaba reivindicaciones como la recuperación de la indemnización de 45 días por año trabajado en caso de despido improcedente. La formación soberanista había suscrito junto a ERC, BNG y CUP una declaración en la que instaba al Gobierno a abrir una negociación para incorporar modificaciones, pero el Ejecutivo no accedió. Tenía tras de sí la presión de la patronal, que no admitía cambiar «ni una coma», y la de Ciudadanos, que retiraría su apoyo si se cedía ante nacionalistas e independentistas.
Para Oskar Matute, el Gabinete de Sánchez ha concedido «más valor y poder de decisión a la patronal que a fuerzas que representamos a cientos de miles de personas». El diputado abertzale ha denunciado el derecho de «veto» concedido a la CEOE y ha lamentado que se «desaproveche» la mayoría de izquierdas para zanjar una norma, la de 2012, que había concitado el rechazo frontal de todas esas formaciones. «Mantenemos la posición porque se los prometimos a los trabajadores, les prometimos derogar la reforma del PP y les pedimos sus votos. Es coherente. Seguiremos defendiendo la necesidad de derogar lo más lesivo de aquella reforma», ha explicado.
El representante soberanista ha reivindicado a su formación como «gente de palabra», máxime cuando EH Bildu logró arrancar por escrito a PSOE y Unidas Podemos el compromiso de derogar la reforma de 2012 a cambio de facilitar la aprobación de uno de los decretos de estado de alarma. «Para nosotros, lo firmado obliga, es un compromiso adquirido», ha recordado Matute ante la atenta mirada de las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, respectivamente. Entre una y otra decisión, ha apuntillado, se remarca la línea «entre defender a las mayorías populares o darles el gusto a las élites de derechas».
Pero, pese a las críticas, la coalición abertzale no rompe ningún puente. «No lo hacemos para debilitar al Gobierno ni para hacer que se tambalee el bloque de la investidura. Si hoy se fractura, desde mañana tocará rehacerlo», ha apremiado Matute al resto de fuerzas de esa mayoría. Por parte de EH Bildu, ha antepuesto, habrá una actitud «constructiva» desde la premisa de que «sólo las políticas de izquierdas consiguen avances para la clase trabajadora, nunca yendo de la mano de las derechas», en referencia al apoyo que concederán formaciones como Ciudadanos y UPN a la convalidación de la reforma.
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