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«Si convierten Navarra en una cuestión de Estado, para nosotros también lo será». El PNV lanzó ayer su primer aviso a Pedro Sánchez, al que recomendó no dar «por hecho» el voto afirmativo de los jeltzales en la sesión de investidura, sobre todo si ... Ferraz bloquea finalmente los intentos de la socialista María Chivite de formar gobierno en Navarra y fuerza al PSN a abstenerse para permitir un gobierno de la coalición de UPN, PP y Cs.
En una nota de su ejecutiva en Navarra, el Napar buru batzar -al que el EBB ha dado autonomía para encauzar las negociaciones, mientras invoca la autoridad de la ejecutiva nacional para decidir sobre los pactos globales en Euskadi, sin excepciones-, los peneuvistas avisan a Sánchez de que tomarán «nota» si finalmente las «decisiones» que afectan a Navarra se toman «fuera» de esa comunidad.
En realidad, el comunicado de la dirección territorial pretende ser un golpe en la mesa, un toque de atención a Moncloa y Ferraz para que no hagan las cuentas de la lechera de una hipotética investidura 'blanca' (en la que no sea necesario depender de ninguna fuerza independentista) que implique el voto afirmativo del PNV y la abstención de los dos diputados de UPN en Madrid a cambio de dejar gobernar a Javier Esparza. La apuesta jeltzale en Navarra sigue siendo «un gobierno plural, progresista y estable» y «sin injerencias externas» que asegure la «estabilidad» en la comunidad foral e impida un retroceso en los «avances sociales» del cuatripartito, insistió el PNV, que asegura que Sánchez aún no se ha dirigido formalmente a ellos para recabar su apoyo en la votación.
Al margen de la nota hecha pública ayer, los jeltzales también guardan silencio mientras esperan acontecimientos. De hecho, Aitor Esteban fue el único de los portavoces que no compareció ante la Prensa tras reunirse el miércoles con el Rey. Sí se pronunció ayer la presidenta en funciones de Navarra y cabeza de lista de Geroa Bai (la coalición en la que se integra el PNV), Uxue Barkos, que advirtió, en una entrevista en RNE, de que un «portazo» a los peneuvistas en Navarra «no sería baladí».
Sabin Etxea está dando su particular batalla para mantenerse como partido de gobierno en Navarra, una comunidad donde su implantación es mucho menor y su futuro pasa por evitar a toda costa la oposición. En realidad, en la cúpula jeltzale no se contempla que el presidente en funciones no sea reelegido. Saben que nadie quiere repetir elecciones y dan por sentado que, en una situación extrema, ERC se abstendrá para permitir la investidura, incluso aunque Junts per Catalunya tenga la tentación de hacer visible su rechazo.
Tampoco es demasiado probable, admiten en privado, que el PNV llegue a votar en contra, pero no descartan en absoluto una abstención «crítica» que sembraría de dudas la futura gobernabilidad y la aprobación de los Presupuestos. Por ahora, creen que Sánchez no quiere cerrarse ninguna puerta, tampoco la de Cs, el verdadero destinatario, a su juicio, de la jugada navarra de Sánchez. «No quiere dar excusas a Rivera con las que pueda justificar su 'no'».
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