Seis rutas para practicar Nordic Walking por el País Vasco

Extendida por todo el mundo, el objetivo pasa por que quien la practique lo haga de forma autónoma, poniendo en funcionamiento no solo las piernas al caminar sino también la parte superior del cuerpo gracias a dos bastones. Para ejercitarse suavemente pero de manera eficaz, optimizar fuerza muscular, sistema cardiovascular, coordinación y movilidad articular. En el País Vasco son varios los centros de Nordic Walking que ofrecen rutas. A lo largo de estas líneas proponemos algunos ejemplos, pero la web nordicwalkinggunea.net recopila recorridos. Allí esperan mapas de los senderos, su desarrollo en Wikiloc y descargas en formato GPX y KMZ con el fin de guiar los pasos. Solo hacen falta ganas, deportivas o botas de monte y el par de bastones.

Comenzamos la lista con una propuesta de cierta exigencia, 15,3 kilómetros a superar durante unas 4 horas y media, con desnivel de 710 metros. A través de la montaña, por la sierra de Sollube, para descubrir algunas de sus plantaciones forestales. Partimos de la población pegada al mar hacia la fábrica de conservas Ormaza con la idea de acceder al barrio de Almika. La senda pasará cerca del de Arranotegi para ascender casi hasta la cima del Garbola. Antes de llegar al monte Burgoa, la senda baja hacia el barrio de Arane desde donde regresa a Bermeo. Si a alguien le parece poco andar, puede afrontar los 24,3 kilómetros (aproximadamente 7 horas, con desnivel medio de 1.233 metros, muy exigentes) de la invitación hacia Arranotegi. Advertimos que esta marcha deben afrontarla solo caminantes en excelente forma. Partirán hacia el barrio Erribera para ascender más hasta media ladera de los montes Katillotxu, Arribieta y Munarrinagusi. Bordearás la cara sur del Altzurrakoatxagana y seguirás hacia el Garbola. El descenso tiene lugar por el collado de Burgoa en dirección a la villa marinera.

Asequible. Así definen los expertos la ruta hacia Peña Cardeli, que cuenta con 6,9 kilómetros, algo menos de dos horas y media. Atraviesa el río Cadagua hacia la iglesia de San Severino y toma la calle La Magdalena. Poco a poco dejará atrás la ciudad y, tras abandonar la carretera en la primera desviación a la izquierda para tomar la calle La Piedra, pisará prados, cultivos y bosquetes. Después de unos dos kilómetros aparece un desvío a la derecha por la calle Pandozales que marca el regreso hacia Balmaseda, a orillas del arroyo Acebo. Algo más osado es el paseo del Garbea, 15 kilómetros exigentes que finalizarás en 4 horas y media. Llega hasta cerca de las cimas del Garbea y Ginea, desde donde disfrutar las vistas al valle del Cadagua. El primer tramo es compartido con la ruta anterior. Después gana altitud debido a que alcanza el monte fijado como destino. Tendrás que bajar hacia la ladera del monte Ginea por el barrio de Pandozales para volver a Balmaseda.

La siguiente ruta está pensada para familias con niños y andarines noveles; es muy asequible. Suma 6,1 kilómetros, escasos 80 minutos con desnivel de 91 metros. Arranca en Villanueva de Valdegovía, dirección sureste, por la parcelaria hasta Villanañe. Sigue desde ese punto hacia el sur para, pronto, virar a mano derecha y elegir la parcelaria del paraje de La Corona. Después toca volver por la ruta ya conocida. También sencilla es la llamada Ruta Espejo, de solo 6,7 kilómetros y 33 metros de desnivel que cubres en hora y cuarto. Es un agradable paseo, aunque debes completarlo a buen ritmo para favorecer el ejercicio (de eso se trata en todas estas opciones), une los municipios de Villanañe y Espejo saliendo desde la piscina fluvial del segundo pueblo mencionado, a orillas del río Omecillo. Camina por la carretera A-4327 hacia Barrio para, enseguida, tomar la derecha y obedecer la parcelaria hasta Villanañe. El regreso se completa por el mismo camino.

Una ocasión para disfrutar de la ruta denominada Lagurria durante una marcha circular no muy complicada de 8,5 kilómetros, con un desnivel de 297 metros y dos horas de pateo. Conocerás, gracias a ella, el pueblo de Loza. Desde el frontón municipal de Peñacerrada el visitante va hacia la carretera A-2124. Cruza para elegir camino asfaltado primero y parcelaria después. En un alto de la localidad espera la iglesia de San Esteban. Dejarás atrás el municipio para adentrarte en un bosque y descenderás para volver al punto de partida. Aquellos a los que les sepa a poco la propuesta anterior pueden practicar la exigencia de la mano de la de Cantarral, con 9,8 kilómetros, casi tres horas y un desnivel de 307 esforzados metros. Ruta circular también, sale del frontón municipal hacia el norte y rodea el pueblo hasta una parcelaria en la izquierda que debes elegir. Campos de cultivo acompañan al paseante que camina cerca de Payueta y abandona la localidad a la izquierda. Hay que seguir hacia el norte para ascender al límite del pueblo, donde girar hacia la izquierda, camino del bosque, y bajar hacia Payueta. No debes llegar allí sino tomar el camino de regreso a Peñacerrada.

Continuamos con una elección sencilla aunque cambiemos de territorio. Muy asequible, el camino de Izaspi se prolonga solo por 3,1 kilómetros, menos de una hora con 84 metros de desnivel. Ideal para recién iniciados, esta marcha urbana empieza en el polideportivo Ispilla y va hacia el grupo de casas de Izaspi e Ipar-Haizea, para volver al centro deportivo tras haber observado el bonito núcleo de Zumarraga. La opción que lleva hacia la ermita de La Antigua resulta más exigente aunque cubra solo 3,3 kilómetros. En total completa una hora con desnivel de 130 metros. Empieza en el tiempo, para observar su techo de madera, declarado Monumento Histórico-Artístico. Bordea después el monte Beloki por pista hormigonada que devuelve al punto de partida. También cuesta más la marcha circular de Goiko Txabola, 17 kilómetros, casi cinco horas y 745 metros de desnivel. Creada para expertos en este deporte, fluye hacia el sur del municipio entre bosques y corona el monte Argixaogain. Después se dirige al norte para volver a Zumarraga por la ermita de La Antigua, entre prados y bosques. Podrás conocer, además, la ermita de San Kristobal, antes de iniciar el regreso por el bidegorri.

Esta bonita marcha arranca en la calle Arrantzale, a la altura de la estación de tren, hasta llegar al rompeolas que separa el mar de la playa de Deba. Nombre: Lapari Hondartza. Cifras: 1,9 kilómetros, media hora de paseíto pues, con 52 metros de desnivel. La marcha sube en dirección a Arnesillo para divisar el arenal. Baja por el mismo trayecto y se adentra en el parque urbano de Deba hasta volver al inicio. Otra elección muy sencilla es la Ruta humedal de Artzabal, de media hora, 1,7 kilómetros y 37 metros de desnivel… ¡Chupada! Circular, sale de la misma calle Arrantzale a la altura de la estación del ferrocarril. Atraviesa dos veces la ría hasta el humedal, zona ambientalmente sensible donde contemplar la naturaleza. El regreso ha de hacerse por el mismo camino de ida.

El asunto se complica con la ruta Lastur de 19 kilómetros, 4 horas con desnivel de 967 metros. Parte también de la calle Arrantzale y remonta la abrupta orografía del pueblo para cumplir un recorrido circular que conecta el pueblo con Lastur e Itziar por preciosos parajes con vistas de lujo. Por este itinerario se abasteció de agua Deba desde 1920 hasta los años 60 gracias a un canal. Hallarás cuevas de valor arqueológico como la de Arbil, además de árboles de singular belleza. Contemplarás el barrio rural de Lastur, los molinos de Plazaola, antiguas ferrerías convertidas en molino, el santuario de Itziar o la ermita Santa Catalina.