'Space Force', tan divertida y actual como desconcertante
Primera temporada ·
Años después del final de 'The Office', Steve Carell y Greg Daniels vuelven a unir fuerzas para desarrollar una comedia en torno a una de las ocurriencias de Donald Trump que acabado por hacerse realidad
En marzo de 2018, Donald Trump se aventuró a lanzar una de sus múltiples ocurrencias: crearía una rama militar nueva llamada Fuerza Espacial. Dado que, a su juicio, «el espacio es un dominio de guerra como la tierra, el aire y el mar», ... el presidente de Estados Unidos veía lógico poner en marcha este nuevo departamento que defendiera los proyectos que la nación tiene fuera del planeta. Sonaba a chiste, pero aquello caló hondo en Greg Daniels y Steve Carell. Tanto que unos meses más tarde, el guionista y el actor, que habían trabajado codo con codo en la versión estadounidense de 'The Office', anunciaron que la salida había dado pie la creación de una serie llamada 'Space Force' ('Fuerza Espacial'), una comedia que explicaría los pormenores del desarrollo de esta nueva disciplina militar. Lo que Daniels y Carell no se podían imaginar es que una vez más la realidad iba a superar a la ficción. Doce meses después, en diciembre de 2019, EE UU daba luz verde a la creación del sexto brazo de las Fuerzas Armadas. La serie acaba de llegar a Netflix.
Carell, que en esta ocasión aparece en los créditos como creador junto a Daniels, da vida al general Mark Neird, un tipo cuidadoso, disciplinado e inflexible, que acaba de ser ascendido con el objetivo de crear y liderar esa Fuerza Espacial, pese a una sonora carcajada inicial que demuestra su incredulidad ante la gesta. Ya en los primeros compases de la ficción la sombra de Trump sobrevuela la producción. No será nombrado en ningún momento como tal, y los personajes se referirán a él como el presidente de EE UU, pero si se hace mención expresa a algunos de sus ticks y dejes: «El presidente quiere cambios. Lo anunciará en un tuit dentro de cinco minutos. Ojalá os guste», dice su mano derecha. «Tropas en la Luna para 2024», apuntala acto seguido. La familia debe trasladarse de Washington DC a Colorado, algo que ni a la esposa de Neird, Maggie (Lisa Kudrow), y su hija, Erin (Diana Silvers) les sienta muy bien.
Y entonces la acción se mueve un año hacia delante, con la base de la Fuerza Espacial ya a pleno rendimiento. Es tras esta introducción donde el espectador percibe que visualmente la producción de Netflix no es la de una sitcom al uso, ni siquiera la de una 'Silicon Valley'. Con una factura técnica y una fotografía muy cuidadas, un buen número de escenarios y unos exteriores a menudo sorprendentes, está claro que 'Space Force' no ha sido un producto barato. Incluso los efectos especiales gozan de una ficisidad ajena a este tipo de productos.
Lo cierto es que todos estos alardes técnicos sientan como un guante a una comedia con unas interpretaciones bien engrasadas. A ver, sabemos que Carell puede hacer del peor de los guiones algo digno, pero una vez más lo clava. La forma en la que su personaje se contiene y se expande -acostumbra a cantar cuando está bajo un estrés importante- es sencillamente magistral. El doctor Adrian Mallory, al que da vida un un divertido y sorprendente John Malkovich, en una faceta no tan habitual para él -esa canción que canta hacia el final de la serie es demoledora-, es el coprotagonista de la serie. A menudo la voz de la razón, Mallory es el asesor civil, el científico que procura que Neird, cada vez más a favor de la visión del presidente, no la líe. Y de los diálogos entre ambos, de esa confrontación entre lo militar y la ciencia, de sus conversaciones y reflexiones, de sus puntos de vista que, de vez en cuando, se intercambian, se extrae el mayor jugo de una serie divertida, sí, pero a menudo desconcertante.
Desconcertante no solo por esa puesta en escena tan cuidada, sino porque 'Space Force' tiene momentos en los que lo dramático se apodera del conjunto. No habría nada de malo en ello si no fuera porque están íntimamente relacionados con personajes que, a la postre, no acaban de encontrar su hueco en la ficción. Y resulta extraño porque deberían estar mucho más presentes. Es el caso de las tramas que afectan a Neird y a su esposa -Kudrow, en realidad, hace más una serie de cameos y no forma parte del reparto habitual-, a la contratista, a la relación que Neird mantiene con su hija. Son momentos brillantes, pero su emoción se disipa porque en realidad apenas conocemos a estos personajes que, curiosamente, son femeninos. No están bien definidos y parecen ser algo accesorios, que solo sirven para enfrentar al protagonista a nuevos conflictos. Esto es especialmente sangrante en el caso de Erin, que sí que tiene más peso en la serie. Es una oportunidad perdida y, a veces, el espectador tiene la sensación de que buena parte de sus tramas se ha quedado en la sala de montaje, quizá debido a los 30 capítulos que dura cada uno de los diez capítulos.
Otros personajes
Resulta incomprensible que otros personajes secundarios estén mejor escritos y se permitan el lujo de robar algunos de los momentos más brillantes del show. Es el caso del del entrometido responsable de comunicación del general Neird, F. Tony Scarapiducci (Ben Schwartz); el secretario del general, Brad (Don Lake); el doctor Chan (Jimmy O. Yang), mano derecha del doctor Mallory, la capitana Angela Ali (Tawny Newsome) o el enemigo acérrimo de Neird, el general Kick responsable de la Fuerza Aérea (Noah Emmerich).
Por el camino, muchas referencias a Trump, en boca del propio Neird, que casi funciona como una extensión del presidente estadounidense. Desconfía de todo el personal de origen extranjero con el que trabaja, hace uso y abuso de un patriotismo rancio que abraza en varios momentos lo ridículo -la escena del mono y esa refriega con escopetas de aire comprimido son para enmarcar- y trata de esconder su ineptitud en ciertos aspectos con mando y mala baba. «Como científico te mueve la razón y no eres de fiar», acaba espetándole al doctor Mallory. ¿Divertido? Sí. Pero no hay que olvidar que el verdadero Trump ha animado a los médicos a probar la lejía para curar Covid-19. ¿Quiere esto decir que se ha quedado corta? No lo tengo tan claro. Realmente hay momentos hilarantes -ese congresista terraplanista, ese grupo focal-, pero la extraña estructura de algunas tramas resta enteros a 'Space Force'. De hecho la abrupta forma en la que termina lleva a pensar que ya hay otra temporada entre manos.
'Space Force' está disponible en Netflix.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.