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Un fotograma de 'The Umbrella Academy'.

Crítica de 'The Umbrella Academy': héroes raros contra el apocalipsis

Tercera temporada ·

Con una tercera temporada tan confusa como siempre, la ficción destaca en el menú de Netflix como su mejor serie de superhéroes. Los personajes son su mayor reclamo. Es difícil no empatizar con sus alocadas fechorías

Lunes, 18 de julio 2022, 09:05

'The Umbrella Academy', como 'The Boys', cuya última temporada ha recuperado fuerza, no cuenta con demasiadas escenas de acción, a diferencia del grueso de las adaptaciones superheroicas que encandilan al gran público. De la serie enganchan sus peculiares personajes, cada cual con sus desdichas ... y singulares filias. Como supergrupo son un desastre, a pesar de que juntos han conseguido frenar el apocalipsis en dos ocasiones, casi por accidente. La tercera temporada de esta adaptación del cómic creado por Gerard Way, el líder vocalista de la banda My Chemical Romance, y el dibujante brasileño Gabriel Bà, sitúa a los protagonistas en una nueva aventura impredecible en la cual deben enfrentarse a su equivalente, convenientemente perfeccionados, The Sparrow Academy, tras recuperar una línea temporal que, evidentemente, ha sido corrompida por sus tribulaciones en la anterior sesión, una caótica entrega que acabó en alto, aventurando en su clímax lo que estaba por venir. El padre adoptivo del clan, el estirado Reginald Hargreeves, se pensó mejor a quién arropar después de ver en el pasado a sus futuros hijos adoctrinados, una banda de patosos. Mejor evitar la debacle por anticipado, con lo cual la familia ha cambiado y ahora la prole es otra: una pandilla de jóvenes con poderes bien entrenados, con capacidad para combatir el mal todos a una, con una clara jerarquía y aspecto de deportistas de élite. Son gente de éxito, un modelo a seguir por una sociedad a la que protegen de cualquier amenaza. Sus rostros lucen en grandes carteles publicitarios que recuerdan a Patriota y compañía, en versión teenager.

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'The Umbrella Academy' ha conseguido que nos encaprichemos con unos personajes entrañables, tan lamentables e irritantes como divertidos y sorprendentes. En esta tercera temporada añaden roles secundarios, con sus propios poderes, que enriquecen esta virtud (The Sparrow Academy son otros niños adoptados, ya crecidos, con lo cual hay nuevas incorporaciones en el reparto coral). El punto de partida no es el colmo de la originalidad, pero el casting está tan logrado y la serie emana tanta simpatía que es imposible no encontrarle su punto, a pesar de que el argumento se estira demasiado, acorde a los tiempos. Una sesión entre 6 y 8 capítulos ayudaría a devorar con más ahínco la historia, pero la decena de episodios manda, ya desde el inicio de la serie. Uno de los detalles más sonados de esta última entrega, más allá de su contenido, ha sido Elliot Page y su reasignación de sexo. Los guionistas han resuelto el tema con una naturalidad y sencillez de agradecer -con una difícil decisión en el terreno del doblaje, quizás discutible-, que en un futuro será historia del medio audiovisual, si no lo es ya.

Un fotograma de la serie.

A estas alturas el tono de la serie está perfectamente perfilado, un delirio contenido con un sentido del humor que permite a los guionistas escribir momentos impagables, cruzando géneros, como el número musical que estalla en el primer capítulo de una tercera entrega que va cocinándose a fuego lento y atrapa sin remedio. En realidad, siempre nos están contando la misma historia, pero cambia el envoltorio con un gracejo que ya quisieran las producciones serializadas de Marvel. Recordemos que 'The Umbrella Academy' parte del cómic de Dark Horse. Con 'Doom Patrol', de Grant Morrison ('Los Invisibles'), como inspiración, quien definió en su momento a estos excéntricos supers como «los X-Men para la gente cool», la cuadrilla de la Academia del Paraguas no dejan de ser unos inadaptados mutantes que buscan su lugar en el mundo, absolutamente desnortados, teniendo que dar saltos en el tiempo para más recochineo. Premio Book Expo America 2009 a la Mejor Novela Gráfica para Bibliotecas y Adolescentes, Premio Eisner 2008 a la Serie Limitada y Premio Harvey 2008 a la Serie Nueva, entre otros hitos en el medio, el tebeo de partida entró por la puerta grande en el panorama internacional de la historieta de la mano de unos personajes que cuentan con la virtud de tocar la fibra del lector, ahora también espectador, más allá de los aficionados al género, una rareza digna de elogio desde un punto de vista comercial.

Familia disfuncional

La serie cuenta con algunos cambios interesantes respecto al cómic para no resultar indigesta, especialmente para los profanos. Todo está explicado con la calma que permite el medio audiovisual, con matices y giros que no funcionan igual en las viñetas. El ritmo moroso se sigue apoderando de algún capítulo inevitablemente en la adaptación en imagen real, pero la empatía con los personajes es inevitable, todo un logro que suaviza los posible errores. 'The Umbrella Academy', la versión en carne y hueso, es diferente al cómic, para bien, entendiendo desde el principio que son dos medios distintos. La descripción y evolución de los personajes, nuevos y habituales, sigue siendo interesante. Son siete los miembros que conforman el peculiar grupo de superhéroes, elegidos tras el extraño nacimiento de una camada de bebés extraordinarios, todos de madres solteras, el mismo día del año, con la particularidad añadida de que las mujeres no tenían signos de estar embarazadas minutos antes del parto. Un hecho sobrenatural estrambótico que lleva a trazar un plan para salvar el mundo a un millonario de agrio carácter, Sir Reginald Hargreeves, alias El Monóculo. El magnate, aparentemente un extraterrestre según insinuaba claramente la segunda temporada de la serie, consigue adoptar a siete pequeños genios, a los que entrena con excesiva mano dura para el combate con el objetivo de salvaguardar el planeta. El fallecimiento del científico ricachón da el pistoletazo de salida al embrollo, con los niños ya crecidos y desperdigados. La familia está rota, hay rencillas y traumas aparentemente irreparables. La madre no puede hacer mucho, es un androide complaciente creado para el cuidado meticuloso del clan, un robot servicial cuyo cariño artificial, propio de un cyborg, enfatiza la disfuncionalidad de la prole.

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Cada uno de los integrantes del grupo, nombrados con un número, tienen un poder especial, excepto la última de la lista, sin talento discernible, excepto tocar el violín con contenida pasión, hasta el explosivo final de la primera temporada. Este rol circunspecto, interpretado por Page, ha adquirido importancia en el devenir de los acontecimientos. Número 4, un tipo andrógino deliciosamente histriónico, con poderes psíquicos que le permiten comunicarse con los muertos, es uno de los roles más arrebatadores. Enfermizo y vulnerable, le da vida el actor irlandés Robert Sheehan, reconocido por su participación en 'Misfits', recomendable serie británica que trata también de jóvenes con superpoderes. Número 2 lanza cuchillos como nadie y es el más insolente y temerario del supergrupo. Lo encarna el mejicano David Castañeda ('Sicario: El día del soldado'), en un casting a favor de la diversidad, rasgo fundamental en las producciones de última hornada de Netflix. No se lleva bien con el líder, Spaceboy, dotado con una fuerza descomunal, al que encarna Tom Hopper ('Black Sails'). Inseguro y excesivamente responsable, está enamorado en silencio de Número 3 (Emmy Raver-Lampman), madre de familia separada, actriz de profesión, con la virtud de convencer a cualquiera con una sola frase dictada al oído como un rumor.

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Tres fotogramas de la serie.

Aidan Gallagher, bregado en la televisión desde crío, con intervenciones en series como 'Modern Family', defiende el papel más complicado de los integrantes de 'The Umbrella Academy'. Número 5 es un señor mayor en el cuerpo de un niño. Su capacidad para teletransportarse y viajar en el tiempo es la base sobre la que se construyen las tribulaciones de esta panda de defensores del bien en eterno conflicto. La autoridad paternal les ha dejado muy tocados y la muerte del padre supone para ellos tener que reconciliarse ante una gran amenaza, solucionar sus desavenencias, trabajar en equipo y resolver un misterio que aporta jugosos giros de guión. El Apocalipsis está a la vuelta de la esquina y el reloj corre. Número 6 apenas sale en el cómic. Murió en alguna batalla. Sin embargo, en la serie se le aparece a su hermano adoptivo Número 4, aportando algunas escenas que han dado mucho juego.

La tercera temporada sigue apostando por la confusión, voluntaria o involuntariamente, y va ganando interés a medida que avanza, con sus altibajos, soportables según el nivel de pasión por los personajes como espectador. Como siempre, se contestan algunas preguntas, pero se abren más incógnitas que quizás nunca encuentren respuesta. No se ha hecho oficial la renovación de la serie para una cuarta temporada pero los datos son buenos para Netflix -es su serie de superhéroes-, con lo cual se da por hecha.

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Las tres temporadas de 'The Umbrella Academy' están disponibles en Netflix.

Vídeo.
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