¿Bastará la respuesta unitaria de la UE para acabar la guerra?

De igual manera que en los albores del nazismo no se vio que iba contra todos, ahora los Estados miembros, la UE y la sociedad civil han aprendido de las lecciones del pasado, y han percibido que la agresión rusa durante los meses de invierno era un ataque a todos y a nuestro sistema de libertades.

Esto se debe a que Ucrania, a pesar de todas las limitaciones de su régimen político, estaba apostando por los valores europeos, así como por un acercamiento al proyecto comunitario. Esto es lo que le llevó a tener el estatus de país asociado, y a que, el 24 de junio, se le haya concedido, de forma simbólica, junto a Moldavia, la consideración de país candidato. En ocasiones se dice que el potencial económico y militar de Rusia sobre Ucrania es diez veces superior y que el presidente Vladímir Putin nunca se va a retirar de esta guerra. Precisamente por ello tiene mucha más importancia, incluso a nivel mediático, poder reconocer que, casi cinco meses después del inicio de esta brutal agresión, Ucrania y el pueblo ucraniano resisten, y también lo hace el apoyo de la UE y la sociedad civil que cada vez es más fuerte.

Lo sorprendente es que, pese a esta diferencia bestial, en esta lucha de David contra Goliat que nos habían vendido, lo noticiable es la resistencia de Ucrania y del pueblo ucraniano. Igual que se anticipaba que Putin no se iba a retirar, parece que se puede decir que el pueblo ucraniano tampoco se va a rendir. Con la diferencia de que no es lo mismo atacar que defender su país, su nación, su historia… Ni se rendirá la Unión Europea, sus Estados miembros, que continúan aprobando paquetes de sanciones, el sexto ya, para tratar de poner fin al conflicto.

Ni la sociedad civil que acoge a los ya más de siete millones de refugiados ucranianos. Y no solo mediante un reconocimiento de aplicación de las directivas de asilo y refugio temporal, también han abierto las puertas de sus casas. Al mismo tiempo que se está proporcionando ayuda humanitaria masiva, apoyo económico y financiero importante. Y se está planteando la constitución de un fondo para la reconstrucción de Ucrania. Incluso la UE promovió la Conferencia sobre la recuperación económica de Ucrania en Lugano (Suiza). Se está produciendo una solidaridad europea como no ha habido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué va a pasar en el futuro? La respuesta más clara es que no lo sabemos. Para poder hacer un análisis lo más objetivo posible del proceso celebraremos, en los cursos de verano de la Universidad del País Vasco (UPV/ EHU) en el Palacio de Miramar de Donostia, los próximos días 18 y 19, un seminario titulado 'La agresión rusa a Ucrania y sus consecuencias para el relanzamiento de la Unión Europea'. En él participarán Mariola Urrea, profesora de Derecho Internacional Público en la Universidad de La Rioja; Tamara Gagua, diplomática georgiana; Mikel Mancisidor, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Deusto; y Fernando Valenzuela, diplomático español y ex embajador de la Unión Europea en Rusia. Y dirigido por quien escribe estas líneas.

El seminario parte de la premisa de que la agresión rusa a Ucrania está produciendo un apoyo unánime en la percepción del ciudadano europeo, medido, por ejemplo, en el último eurobarómetro de junio. Asimismo, las instituciones y la Conferencia sobre el Futuro de Europa, cuyas conclusiones fueron presentadas a los presidentes de las tres instituciones el 9 de mayo, mantienen la misma posición. A lo que se suman las dos resoluciones del pleno del Parlamento Europeo, solicitando al Consejo Europeo, el 4 de mayo y el 9 de junio, la convocatoria de la Convención para la reforma de los Tratados, coincidiendo, así, en expresar la necesidad del relanzamiento de la UE.

En la fundamentación de estas dos resoluciones de la Eurocámara se señala expresamente que una de las razones para celebrar la Tercera Convención Europea y abordar la reforma de los Tratados es, precisamente, la agresión rusa a Ucrania; lo que ha hecho acuciantae que nunca la necesidad de profundizar el proyecto europeo y otorgar competencias, mejorando el procedimiento de decisión para permitir una reacción rápida y unitaria frente a la agresión.