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Las autoridades iraníes solo alcanzaron a extraer una lección después de los meses de movilizaciones para denunciar la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial hace un año. Afrontar la mayor revuelta social desde el triunfo de la revolución islámica de 1979 pasaba por redoblar ... la represión. Y por anticiparse a un intento de reproducir las manifestaciones, como ocurre estos días en varias ciudades del Kurdistán, de donde era originaria la joven a la que el supuesto incumplimiento de las estrictas normas de indumentaria le costó la vida. Los actos de recuerdo se disuelven a tiros, se hostiga a la familia de la víctima y se impiden las conmemoraciones en el cementerio. 'Mujeres, vida, libertad' fue el lema que guio en 2022 las marchas que se saldaron con cientos de muertos y miles de detenidos, ejecuciones y torturas. El Parlamento trabaja en una ley para aumentar los castigos a las mujeres que se descubren el cabello y a los negocios que las atienden. Y los países occidentales lanzan una nueva ronda de sanciones «contra algunos de los abusadores más atroces de los derechos humanos», en palabras de Joe Biden. Las iraníes siguen sometidas pero el mundo no olvida su lucha.
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