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El guardián de los hielos altos

Con la cima del Manaslu Alex Txikon se consagra como el mejor alpinista invernal de la última década

Sábado, 7 de enero 2023, 00:32

En la primavera de 2003, un muy joven Alex Txikon hollaba la cima del Broad Peak. Trabajaba en la construcción para pagarse las expediciones y tapaba los logos de la ropa que llevaba con esparadrapo. «Si no me pagan yo no hago publicidad a nadie», ... contaba. Casi dos décadas después, ese chaval inquieto y lenguaraz acaba de cumplir 41 años, tiene un hijo, se ha convertido en uno de los pocos himalayistas profesionales que existen hoy en día, luce trece ochomiles en su palmarés y en la pechera de su buzo de altura casi no hay hueco para más patrocinadores.

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Han sido casi dos décadas en las que ha hecho realidad su sueño de escalar las montañas más alta del mundo y, además, vivir de ello. Aunque el precio ha sido alto. Por el camino ha perdido casi una decena de compañeros de cordada y cada día que pasa se confiesa «más casando» de la otra montaña que tiene que subir cada vez que prepara una expedición: la financiación. Por eso lleva años anunciando que le queda poco para colgar el piolet de los ochomiles y dedicarse a otras actividades. El tiempo dirá si la cumbre del Manaslu es el broche de oro a esta etapa o el aliciente para seguir un poco más en la brecha.

Vídeo. La ruta a la cumbre del Manaslu. GONZALO DE LAS HERAS

Sea cual sea su decisión, Alex Txikon se ha ganado ya un hueco en el olimpo de los grandes himalayistas. Y si nos circunscribimos a su actividad más reciente, no es exagerado referirse a él como el mejor alpinista invernal de la última década. Digno sucesor de la irreductible generación polaca de los años ochenta del siglo pasado, o, más recientemente, de ilustres como Simone Moro o Denis Urubko.

Pero en estos diez años, el de Lemoa no solo ha mostrado una fortaleza física sobresaliente frente al frío y las penurias de una expedición invernal. Su fuerza mental se ha curtido a base de pérdidas de compañeros, envidias ajenas y críticas injustas ante un alpinismo incomprendido por muchos que consideran el himalayismo en la estación más fría del año como un ejercicio de sufrimiento y supervivencia.

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Y aunque todo comenzó en 2003 en el Broad Peak, es en 2010 cuando termina de ayudar a Edurne Pasaban a completar sus catorce ochomiles, el momento en el que toma la decisión que marcaría su futuro. El 17 de mayo de ese año, en la cumbre del Shisha Pangma, mientras celebraba la hazaña con Edurne, Asier Izagirre y Nacho Orviz la culminación de los 14 ochomiles de la tolosarra, el vizcaíno rumiaba una decisión largamente meditada. Iba a cerrar una puerta y abrir otra. La suya. Y se fijó en el himalayismo invernal. «Creo que me conozco bastante bien y sé cuáles son mis debilidades y mis virtudes, así que busqué un reto que se adaptara a mis condiciones, y lo encontré en el ochomilismo invernal», proclamó entonces.

Lo tenía tan claro que apenas ocho meses después, el 22 de enero, subió en Loiu las escalerillas del avión que le iba a llevar hasta Pakistán para intentar escalar por primera vez en invierno el Gasherbrum I. Cuando tomó asiento, miró a su alrededor y no vio caras conocidas -sus compañeros de cordada, un suizo, un canadiense y un paquistaní le esperaban en Islamabad-. «La sensación de soledad que tuve fue brutal». Apenas dos semanas antes había enterrado a su padre, Agustín.

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Son circunstancias de la vida que curten el carácter. Aunque lo que le pasó al año siguiente, más que curtir la piel, dejó en ella una cicatriz profunda e imborrable. «La expedición de 2011 fue sobre todo una toma de contacto. Aprendimos lo que era un ochomil en invierno y tomamos buena nota para 2012. Para entonces, la fiebre del himalayismo invernal se había disparado.

Ningún alpinista suma tantos ochomiles ni tantas expediciones invernales como el vizcaíno en los últimos diez años

Everest y K2 inalcanzables

Fruto de la presión o de la inexperiencia, el jefe de su expedición, el austriaco Gerfried Göschl, decidió un ataque a cima que a Alex le pareció precipitado y decidió retrasar un día su partida. El 6 de marzo, aún noche cerrada en el Karakorum, despidió con un abrazo y un «hasta dentro de dos días» a Gerfried Göschl, el suizo Cedric Hählen, el paquistaní Nissar Hussein y la polaca Tamara Stys. Nunca más volvió a ver a los tres primeros, y a Tamara la encontró tres días después vagando sola a siete mil metros, tras no poder seguir a sus compañeros y quedarse rezagada, lo que sin duda le salvó la vida.

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La herida en el alma tardó dos años en cicatrizar, «aunque de vez en cuando todavía supura un poco», recordaría más tarde. Mientras tanto, los ochomiles paquistaníes comenzaron a conquistarse hasta que solo quedó el Nanga Parbat. Y hacia allí dirigió sus pasos Txikon en 2015. Fue una primera toma de contacto con la montaña en la que vieron ya la cumbre muy cerca (un error en el tramo final de la ascensión les llevó a un terreno sin salida) y tomaron buena nota de cara al año siguiente, en el que no hubo errores e hicieron cima.

Con el rearme anímico que supone una primera invernal absoluta, el vizcaíno dobló la apuesta para el año siguiente. Nada menos que el Everest. Y en invierno, por supuesto. La experiencia, definida como «salvaje» por Alex, les llevó hasta los ochomil metros del Collado Sur, algo no logrado en décadas, antes de que el Techo del Mundo les mostrara sus garras y les obligara a retirarse.

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Volvió a intentarlo otras dos veces y una en el K2 antes de rendirse a la evidencia. Eran dos montañas que, de momento, quedaban lejos de sus posibilidades. Así que giró la vista al Manaslu, cumbre que aunque si tenía ascensiones invernales no habían sido realizadas en expediciones íntegramente invernales. En 2021 la tuvo a su alcance con una excelente meteorología al principio de la temporada, pero para cuando quisieron reaccionar el invierno se mostró con toda su crudeza. Justo lo que hizo el año pasado, en el que no tuvieron la más mínima opción. Así que con la lección aprendida, el de Lemoa se plantó en el campo base el 26 de diciembre aclimatado y dispuesto a aprovechar la primera oportunidad. Justo lo que ha hecho este día de Reyes.

Los ochomiles de Alex Txikon

  1. Cumbres

1. Broad Peak (15-7-03). Ruta normal.Con Iñaki Otxoa de Olza.

2. Makalu (16-5-04). Ruta normal. Con Iñaki Otxoa de Olza.

3. Cho Oyu (26-9-04). Ruta normal. Con Igor Astondoa.

4. Shisha Pangma (20-10-07). Ruta Británica (Cara SO). Con Koke Lasa.

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5. Dhaulagiri (01-05-08). Ruta normal. Con I. Vallejo, F. Latorre, A. Izagirre y E. Pasaban.

6. Manaslu (05-10-08). Ruta original japonesa (1956). Con Latorre, Izagirre, Pasaban.

7. Annapurna (17-4-10). Ruta alemana (1980). Con Izagirre, Pasaban y Orviz.

8. Shisha Pangma (17-05-10). Cara NE/Arista E. Con Izagirre, Orviz y Pasaban, que completa los 14 ochomiles.

9. G-I (13-7-11). Ruta normal. Con Tamayo, Madariaga y otros.

10. G-II (22-7-11). Ruta original (1956 austriaca). Con Rousseau y otros.

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11. Lhotse (21-5-13). Ruta normal (original 1956, suiza).

12. Nanga Parbat (26-2-16). Ruta normal Kinshofer. Con Simone Moro y Ali Sadpara 1a invernal mundial.

13. Manaslu (6-1-23). 1ª invernal íntegra. Ruta normal. Con Pasang Nurbu, Chhapel, Gelu, Maila, Mantere Lama y Gamje Babu.

  1. Otros intentos

2004: K2. Llega hasta los 7.400 m. por la ruta Tomo Cessen).

2005: Makalu. Llega hasta 7.400 m. por el Pilar Oeste con un equipo de 'Al Filo').

2006: Shisha Pangma. Llega hasta los 7.800 m. en estilo alpino por la Ruta Británica (Cara SO).

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2009: Kangchenjunga. Llega hasta los 8.450 m. con el equipo que ayuda a Edurne a completar los 14 ochomiles.

2009: Shisha Pangma. Llega hasta los 6.200 m. con el equipo de Edurne Pasaban.

2011: Gasherbum I. Primera invernal de Alex. Llega hasta los 7.000 m. por una nueva ruta.

2012: Gasherbum I. Invernal. Llega hasta los 7.400 m. Sus tres compañeros de expedición desaparecen a 7.700 m.

2013: K2. Verano. Llega hasta 7.100 m. por Espolón Abruzzos.

2014: Kangchenjunga. Primavera. Llega hasta los 8.400 m. por la Ruta Británica (Cara N).

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2015. Nanga Parbat. Invernal. Llega hasta los 7.850 m. por la ruta normal.

2017. Everest. Invernal. Alcanzan los 8.000 metros por la ruta normal nepalí.

2018. Everest. 2º intento invernal. Alcanzan 7.850 m. por la ruta normal nepalí.

2019: K2. Invernal. Llegan a 7.100 m. por el Espolón Abruzzos.

2020. Everest. tercer intento invernal. Alcanzan los 7.050 m. por la ruta normal nepalí.

2021. Manaslu. Invernal. Llegan hasta los 7.600 m.

2022. Manaslu. 2º intento invernal. Llegan hasta 6.500 m.

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