«He dormido a pierna suelta»

No era para menos. Javier Zarandona hizo el sábado «muy feliz» a muchos de sus clientes, después de repartir casi el total de la treintena de series del primer premio de la lotería de Navidad. Ayer volvió a abrir la persiana de su local, situado en el barrio San Cristóbal de la localidad vizcaína, «como siempre, porque tenemos que seguir 'currando', aunque a partir de ahora no meteré tantas horas en el bar», confesó. El establecimiento ha amanecido «tranquilo» y con menos clientes de lo habitual para esas horas. «Estarán de resaca», pensó. «Lo que más feliz me ha hecho es que en este barrio vive mucha gente joven, que ya son millonarios», ha señalado Zarandona mientras preparaba un café.

Al otro lado de la barra, Mari Carmen Basterretxea, trabajadora de confianza de la casa, tampoco podía ocultar su alegría por el premio. «Yo apenas he dormido un par de horas y eso que me he tomado una pastilla. Mi marido y yo para las seis ya estábamos hablando del premio en la sala», ha contado. «¿Ayudar a la hija?, ¡pero si ella con 21 años ya tiene también su décimo!», se alegraba. «Es que a partir de ahora en Gernika va a haber mucho soltero y soltera de oro...«, ha aventurado al sumarse a la conversación otro cliente del 'Alboka'.

El ´bar-restaurante 'Alboka' cumplirá el próximo domingo 16 años desde que abrió sus puertas por primera vez. «Siempre lo celebramos por todo lo alto, pero este año pondré un jamón de mayor calidad», adelanta Zarandona a sus clientes.

La salida de la misa mayor marca como cada domingo la hora del 'txikiteo' en Gernika. En el entono de San Juan Ibarra, un grupo de mujeres se esforzaba por poner cara a cada uno de los agraciados de la lotería en el pueblo. «Puffff, menos a nosotras le ha tocado a todo el mundo porque ha estado muy repartido», ha asegurado una de ellas. «Quién más quién menos tiene un amigo o familiar entre los afortunados, pero de momento nadie nos ha invitado ni a un triste café», se quejaban en el corrillo.

El entorno de la plaza del mercado estaba más animado de lo habitual debido a la celebración de la feria especial de caracoles al que ha acudido también el alcalde de la localidad, José Mari Gorroño. «A mí no me ha tocado nada, pero algún txakoli creo que me caerá por parte de algún amigo», ha señalado esperanzado. «Hoy dicen que es el día de la salud, así que a los que les haya tocado el 'Gordo' que disfruten del día por partida doble», ha deseado.

En el centro urbano, la calle Picasso, punto neurálgico de la hora del poteo, en las cuadrillas conversan sin dar aparentes señales de que ninguno del grupo guardaba un décimo premiado. Nahia Gómez, camarera del bar 'Azules', asegura en este sentido que en su establecimiento no ha notado nada fuera de lo normal después del día del sorteo. «Los clientes se pagan unos a otros las rondas porque es Navidad, pero nada más. Supongo que algunos se lo tendrán muy calladito», opinó.

Para Judith, Joana, Endika, Jon, Alaitz, Iñaki y Kimetz «la vida sigue igual» después del premio del 'Gordo'. «A nosotros no nos ha tocado nada, te lo aseguramos, pero en el pueblo sí que se nota otro ambiente», comentan sentados en una de las terrazas. «Es como que la gente está más relajada porque a los que les ha tocado, es imposible que no se les note en la cara», se alegraron también en este grupo de amigos por los agraciados.