Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Los conservadores alemanes de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) impusieron este miércoles en el Bundestag una moción de cinco puntos para combatir la migración irregular con ayuda de los votos del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). ... Un logro que fue condenado por los gubernamentales socialdemócratas y verdes, que acusaron a los conservadores de «buscar mayorías parlamentarias más allá del centro democrático» y acusaron a CDU/CSU de romper el hasta ahora vigente cortafuegos para aislar a los ultras.
«Quiero repetir lo que he dicho esta tarde: no busco mayorías democráticas en este Bundestag más que en el centro de nuestro Parlamento», afirmó Friedrich Merz, líder de los conservadores entre abucheos y carcajadas de burla de una parte del plenario. Merz dijo «lamentar» la mayoría alcanzada en la Cámara con el respaldo de los suyos, los liberales y los decisivos votos de AfD, pero insistió en que no se puede prohibir a su formación hacer propuestas propias en el Parlamento aún a riesgo de que estas reciban el respaldo abierto de fuerzas políticas extremistas.
Noticias relacionadas
Tras conocerse el resultado de la votación, diputados gubernamentales socialdemócratas y verdes acusaron a la oposición conservadora de haber provocado intencionadamente lo sucedido al no querer consensuar su moción con los partidos del Ejecutivo y buscar únicamente beneficios electoralistas en la campaña para las generales del 23 de febrero. Jubilosos se mostraron por el contrario los representantes de la ultraderecha al haber conseguido por primera vez romper el consenso reinante hasta ahora en el Bundestag para mantenerlos aislados y marginados.
«Este es un momento realmente histórico. Señor Merz, usted ha ayudado a conseguirlo», afirmó Bernd Baumann, secretario de organización parlamentaria de AfD, quien espetó a CDU y CSU a seguir el ejemplo de otros países donde la ultraderecha lleva la voz cantante como Austria, Holanda o Hungría e invitó a los conservadores a formar una coalición de gobierno tras los próximos comicios. El plan de cinco puntos para combatir la migración ilegal presentado por CDU y CSU obtuvo 348 de los 703 votos emitidos, frente a 345 en contra y 10 abstenciones. Los 70 votos de la ultraderecha fueron decisivos para sacarlo adelante.
Poco antes y en una declaración de gobierno ante la Cámara Baja alemana, el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, había lanzado graves acusaciones de colaboración con la ultraderecha a la oposición conservadora y a su líder y candidato a la Cancillería Federal, Friedrich Merz. «Está aceptando abiertamente el apoyo de Alternativa para Alemania a sus propuestas ilegales», dijo Scholz al también presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Es el respaldo de aquellos «que combaten nuestra democracia, desprecian nuestra Europa unida y llevan años envenenando el clima de nuestro país». Es un «error imperdonable» aceptar su ayuda para sacar adelante una moción que no respalda el Ejecutivo federal, afirmó el mandatario.
Scholz recordó que desde la fundación de la República Federal, hace más de 75 años, siempre ha habido un claro acuerdo entre todos los demócratas para no hacer causa común con la extrema derecha. Y afirmó seguidamente: «Han anulado este consenso básico de nuestra república en caliente» para tratar de sacar adelante una iniciativa en materia de política migratoria que atenta contra la legislación europea y la Ley Fundamental alemana. «La política en nuestro país no es una partida de póquer. La cohesión de Europa no es un juego. Y un canciller alemán no debe ser un jugador. Porque en el peor de los casos, decide sobre la guerra o la paz», afirmó, para añadir a continuación que «en nuestro Parlamento, no hacemos causa común con la extrema derecha».
Merz, que habló directamente después del canciller federal, culpó a su vez al SPD y a Los Verdes de que las propuestas de CDU y CSU pudieran recibir votos de los diputados de AfD. El líder de la CDU dijo que habían intentado durante tres años lograr un giro en la política migratoria con los partidos gobernantes SPD y Verdes. Tras los atentados de Magdeburgo y Aschaffenburg, ya no podía conciliar con su conciencia el no esforzarse por cambiar la ley, aseguró el líder conservador, que al mismo tiempo subrayó que no es su intención colaborar con la ultraderecha, ni mucho menos aliarse con ella para gobernar en el caso de ganar las elecciones legislativas adelantadas del 23 de febrero.
El actual debate migratorio en Alemania tiene su origen en el ataque a cuchilladas en Aschaffenburg que dejó dos muertos y dio un vuelco total a la campaña de los comicios generales. Un ciudadano afgano de 28 años mató presuntamente en un parque de la ciudad bávara a dos personas: un niño de dos años y un adulto de 41 que trató de socorrer al agredido grupo de pequeños de una guardería y sus cuidadoras. En el debate salió a la luz que el pequeño muerto era de origen marroquí y que la niña de dos años herida gravemente en el ataque tiene padres sirios. El autor de los hechos debía haber abandonado el país el año pasado tras ser rechazada su petición de asilo y ha ingresado en un psiquiátrico penitenciario por graves problemas psicológicos.
El debate y votación sobre política migratoria y de seguridad coincidió con la jornada parlamentaria en memoria de las víctimas del nacionalsocialismo, que tuvo lugar poco antes en el plenario del Bundestag, donde el presidente federal, Richard von Weizsacker, advirtió contra una recaída en «tiempos oscuros» ante la creciente popularidad de la ultraderechista Alternativa para Alemania. «La Shoa es parte de la historia alemana. Querámoslo o no es parte de nuestra identidad», dijo el máximo mandatario germano, quien subrayó que «no habrá un final de la memoria y por ello tampoco un punto final para nuestra responsabilidad».
Dos días después de los actos con motivo del 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Steinmeier advirtió contra quienes sacuden los cimientos de la democracia al «reprimir el recuerdo, trivializar u olvidar el Holocausto» y destacó que «es tarea de nuestra generación en toda Europa trabajar contra el olvido». El presidente federal destacó la presencia como invitado en el acto de Roman Schwarzman, superviviente ucraniano del Holocausto, quien comparó la barbarie de los nazis con la actuación de Rusia en su país. «Entonces Hitler trató de matarme por ser judío. Hoy lo intenta Putin porque soy ucraniano», dijo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.