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La juventud de su democracia y el bipartidismo dominante ha hecho que España, a diferencia de los grandes Estados miembros de la UE, solo tenga cuatro expresidentes. Dos del PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y dos del PP, José María ... Aznar y Mariano Rajoy. Al frente, ahora, está Pedro Sánchez, figura destacada de una socialdemocracia europea en horas bajísimas. Izquierda y derecha. Los unos y los otros. Pero no. Cuando se habla de Venezuela, no todo es tan sencillo. El enredo de los ex es descomunal.
Enemigos acérrimos en un pasado ya muy lejano, González y Aznar han hecho pinza en contra de Nicolás Maduro con una posición muy dura y contundente, sobre todo quien fue gran referente del PSOE. Rodríguez Zapatero, por su parte, va por libre (y libre es libre, porque en la UE tampoco se entiende muy bien su papel). Rajoy sigue fuera de foco, con un bajísimo perfil político. Sí tiene perfil en Twitter, pero no lo ha usado para opinar sobre la última hora venezolana. Pedro Sánchez, quien será en un futuro incierto el nuevo ex de España ha tenido que lidiar con esta grave crisis desde el Foro Económico de Davos. El miércoles por la noche, cuanto estalló el conflicto político, decidió quedarse de perfil y ceder el protagonismo al ministro de Asuntos Exteriores.
Josep Borrell tampoco ha dicho gran cosa, apenas un par de tuits que escribió ya adentrada la noche del pasado miércoles. El primero:
Nuestra principal preocupación es la situación de la colonia española en el país. Por el momento, no tenemos información sobre incidentes que hayan afectado a ciudadanos españoles. #Venezuela
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) 23 de enero de 2019
Y el segundo:
Debemos preservar la unidad de acción de la #UniónEuropea ante la crisis institucional en #Venezuela. Estamos trabajando para tomar una decisión juntos con la rapidez necesaria.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) 23 de enero de 2019
Todo apunta a que será, de nuevo, Felipe González, quien asuma el protagonismo de los ex en estas horas determinantes para el futuro de Venezuela. Desde primera hora de la mañana, ha entrado en directo en varias emisoras de radio para recordar que este puede ser el 'ahora o nunca' definitivo. A su juicio, existe un «vacío de poder» en Venezuela tras la reelección el pasado mayo de Maduro, en unos comicios que la gran mayoría de la comunidad internacional tachó de ilegitimos.
A su juicio, España y sus socios europeos tienen que ponerse de acuerdo para reconocer a Juan Guaidó ya que después de reconocer a la Asamblea Nacional como órgano legítimo, espera que «lo formalicen» y también reconozcan su capacidad operativa para hacerse cargo de la gobernanza del país», ha recalcado.
No ha mencionado a Sánchez, pero sí ha recordado que él estuvo diez años en el Consejo Europeo compartiendo mesa con el resto de jefes de Estado y de Gobierno de la UE y que cuando Latinoamérica se ponía encima de la mesa, todos miraban a España para que marcase la hoja de ruta a seguir. ¿Está ocurriendo lo mismo ahora? El comunicado emitido por los Veintiocho dice sin decir, amagando sin dar. Muy UE, todo excesivamente diplomático. ¿Y Sánchez? Sigue en Davos, aunque hoy se espera que diga algo al respecto. O no, que diría el otro gran ausente, Rajoy.
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