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Conocido por su participación en diversos realitys, ganador de Supervivientes en 2019 a donde llegó gracias a su noviazgo con Isa Pantoja, propietario de varios discos de oro y de platino e incluso imagen de Nike con la colección Illuminati, Omar Montes (31 años) ... es el claro ejemplo de que, muchas veces, las apariencias engañan. El madrileño, nacido en el barrio de Pan Bendito, uno de los enclaves más humildes de la capital, ha creado una ONG que se dedica a ayudar a todos esos vecinos que sufren los efectos económicos de la pandemia. Él pone el dinero, de su bolsillo -no quiere revelar cuánto pero sí dice que es una cantidad «indecentes», para comprar comida. Incluso él mismo se acerca al supermercado y hace de recadero. Su organización, team Illuminati, nació en Madrid, pero ya se ha extendido a Bilbao y Barcelona. «Tengo amigos allí, les hago un ingreso y ellos compran y distribuyen. Yo, mientras pueda, hasta que la situación no mejore y la gente se pueda buscar la vida, voy a estar apoyándolos», ha explicado a 'El Mundo'.
Del mismo barrio que el 'Langui', Montes es uno de los artistas más escuchados de Spotify, enmarcado dentro del género trap, rap y reguetón, y temas como 'Alocao', 'La vida mártir' y 'La rubia'. Sin actuaciones en directo, se ha dedicado a ayudar, sin recibir nada a cambio. Creyente, dice que Dios se lo agradecerá. «Yo no quería darle bombo a esto porque lo hago de corazón. Me dijeron que eso podría hacer que más gente se concienciara y así ha sido, hay muchos chavales que me escriben y estoy muy contento por la respuesta. Mira, esto es lo que me hace ser el número uno, porque no es que yo sea el que mejor cante, el que mejor baile o el más guapo, no. Cuando uno es persona y hace las cosas bien en la vida y ayuda a los demás, Dios te lo recompensa«, destaca el madrileño, arropado por sus amigos de siempre: »el Galleta, Casares, Salsero Lady y Moncho«.
Confiesa que muchos días su jornada se alarga durante doce horas. Pero no le importa. Su objetivo es colaborar. Ayudar a los que sufren. «Empiezo a las 8 de la mañana y muchos días acabo a las 8 de la noche«, aporta. Y cuenta historias que llegan al corazón, sobre todo cuando de personas mayores se trata. »Es que me dan mucha ternura. La gente mayor es mi prioridad porque me da mucha pena verles solitos. Hay una señora de 90 años que ha perdido a su marido hace nada y la pobre está desconsolada. Cada vez que subo a su casa veo una película con ella. Muchas veces más que comida lo que quieren es que les hagas compañía, hablar, contarte sus cosillas...«, aporta.
Y hace poco, bromeó en Antena 3. «Me estoy poniendo gordito; cada vez que subo a una casa de una abuela me tengo que comer cuatro donuts. Hay gente que yo conozco del barrio de toda la vida, que se dedica a la chatarra... al no poder salir de casa para trabajar, pues no comen. Hay que se solidario, no es tan difícil. Un poquito, un poquito allí... muchos poquitos son mucho», narra. Y lo deja claro: «No lo hago por presumir».
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