![El Bilbao BBK Live incorpora un «servicio extra» de autobuses con reserva para subir «sin estrés» a Kobetamendi](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/21/media/cortadas/bilbao-bbk-live-kJdF-U170490127967XnB-1248x770@El%20Correo.jpg)
![El Bilbao BBK Live incorpora un «servicio extra» de autobuses con reserva para subir «sin estrés» a Kobetamendi](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/21/media/cortadas/bilbao-bbk-live-kJdF-U170490127967XnB-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Todo aquel que haya asistido alguna vez al Bilbao BBK Live sabe bien cuál es su mayor hándicap. Como sucede tantas veces en la vida, su mejor baza constituye también su flaqueza más importante: el festival se celebra en un entorno que es la envidia de otros eventos de este tipo (como dijo este martes el concejal Xabier Ochandiano, «lo damos por asumido pero la gente que viene del extranjero se queda maravillada»), pero la tarea de trasladar a Kobetamendi a decenas de miles de personas cada día constituye una pesadilla logística que a menudo acarrea sinsabores. Las colas para subir a los autobuses gratuitos que parten de San Mamés y el BEC llegan a alcanzar proporciones inconcebibles: en 2018, por ejemplo, los organizadores llegaron a aconsejar a los asistentes que, si no iban cargados con equipaje, emprendiesen el ascenso a pie.
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«Hemos tratado de paliar el problema de la subida», explicó este martes el responsable de Last Tour, Alfonso Santiago. De cara a evitar «el estrés de las horas pico de acceso», este año se pondrá en marcha «con carácter experimental» un servicio de autobuses con reserva, a un coste de 1,50 euros por viaje. «Será como una línea regular de autobuses, de manera que no tengas que ir a la hora que te parece a ver si hay bus y acabes esperando hora y media», aclaró Santiago. Los asistentes reservarán con antelación su billete para una hora concreta a través de la web o la app y tendrán su plaza garantizada, sin demoras. «La gente que no tenga esa reserva tendrá que esperar en una cola normal».
En esta edición, el servicio con reserva va a funcionar en paralelo al gratuito de toda la vida, pero, si se comprueba que funciona bien, en años venideros podría convertirse en la modalidad exclusiva para acceder al recinto en autobuses. Santiago explicó que, pese a movilizar un dispositivo que llega a contar con 65 vehículos, estos «se siguen saturando».
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En el apartado de servicios, Santiago también detalló que las obras de mejora en materia de agua y saneamiento han permitido que, en esta edición, la mayoría de los baños no sean químicos sino conectados a la red.
Los bonos y entradas para el festival podrán canjearse por las correspondientes pulseras en la Sala BBK a partir del lunes 4 de julio. Con el comienzo del festival, este dispositivo se trasladará a San Mamés. Alfonso Santiago avisó de que faltan por vender «los últimos bonos» y después ya solo quedará la opción de las entradas de día. Como es habitual, las pulseras deberán 'cargarse' con fondos para realizar los pagos de comida y bebida en el festival, que volverá a funcionar sin dinero en metálico, como en todas las ediciones más recientes.
estamos en puertas de la edición número 15 del Bilbao BBK Live, un anhelado reencuentro tras los dos años en blanco por la pandemia que se ajustará al modelo que todos conocemos bien. El concejal de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Bilbao, Xabier Ochandiano, y el CEO de Last Tour, Alfonso Santiago, han presentado hoy el cartel con los últimos detalles del festival que seguían pendientes, y parece claro que el conjunto no presenta grandes rupturas con respecto a ediciones anteriores. ¿La gran novedad? De cara a «no sufrir el estrés de las horas pico de acceso al festival», la organización ha puesto en marcha «un servicio extra» de autobuses con reserva para hacer la subida con más comodidad. El viaje costará 1,5 euros y, dentro de unos días, podrá adquirirse ya a través de la web o la app oficial.
La organización del festival siempre ha sido consciente del «problema» que representaba el acceso a Kobetamendi, según ha reconocido esta mañana Santiago. Es la contrapartida a ese recinto en las montañas que «damos por asumido, pero maravilla a la gente que viene del extranjero», como ha dicho el concejal. Los autobuses con reserva se incorporan este año de manera «experimental», pero, si funcionan bien, podrían convertirse en la única manera de acceder en transporte público en próximas ediciones. «Es como una línea regular de autobuses, de manera que no vayas a la hora que te parece a ver si hay bus y tengas que esperar hora y media. La gente que no haga la reserva tendrá que esperar en una cola normal», ha desarrollado Alfonso Santiago. El operativo de transporte ha llegado a reunir 65 autobuses, pero «aun así se saturan».
En días pasados ya se han hecho públicos los horarios y la distribución de artistas en Kobetamendi y el funcionamiento será similar al de otros años: pulseras que también brindan descuentos en centros culturales y comercios, autobuses desde San Mamés y el BEC, pago sin dinero en metálico, vasos reciclables «en alquiler» y una campaña específica contra las agresiones sexistas. Además, este año el festival también colabora con la asociación Anitzak, que trabaja contra la discriminación del colectivo LGTB y estará presente en el recinto.
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