Azkena Rock Festival

Una ruta gastronómica variopinta por Desamparados para los 'azkeneros'

La Plaza de Santa Bárbara acoge los jueves un mercado con más de treinta puestos en los que encontrar frutas, verduras, legumbres, miel, queso, repostería, aceite o vino. Darse una vuelta por esa plaza, recientemente remodelada, y tomarse un desayuno o un pintxo en la Cafetería Atenea (Postas, 47) es un buen plan matutino. Está el inglés; el dietético, con panecillo integral, queso fresco y miel; o el andaluz; entre otros. Y tienen bollería recién horneada. Un vermú en el KlanDestino (Pio XII, 16) es un acierto. Esta birrería y vinotería presume de sabores con esencias de todo el mundo. No se pierdan su ostra ahumada o la ensaladilla rusa de anguila. Antes de almorzar, nada mejor que saborear con un vino, una pulguita de jamón, bonito o tortilla del Atxalde (Pio XII, 14). Justo enfrente, un bar histórico del barrio, el Brasilia, donde la barra de pinchos hace la boca agua.

Puerta con puerta se encuentra la charcutería-carnicería D'Ibericos, ¿Y por qué nombrarla en la guía? Porque uno puede agenciarse aquí el mejor jamón que meter entre el pan y pan de Artepan, que se ubica en esa misma manzana (Jesús Guridi, 2), uno de los primeros obradores de Vitoria donde al pan se le concedió rango aristocrático.

Priorizando siempre los alimentos de temporada y de kilómetro cero, el Puerta Grande Berria (Plaza del Renacimiento, 1) es un destino fantástico para almorzar. Sus pencas rellenas de bacalao y langostinos con salsa de karramarro, la merluza en tempura con emulsión de wasabi o el secreto ibérico con guarnición de risotto de hongos y emulsión de piquillo son solo algunas de sus recetas. Muy cerca está el Museo del Órgano (Manuel Iradier, 80), uno de los restaurantes vegetarianos pioneros en Euskadi. Movidos por la pasión de ofrecer una alimentación saludable, proponen menús con crema de verduras, arroz al horno, ramen thai con shiitake...

Y a pocos metros podemos acercarnos a la gastronomía asiática en Pattaya (Ortiz de Zárate, 15), especialistas en cocina tailandesa y japonesa donde, como curiosidad, hay robots camareros que te traen la comida a la mesa. Ahora, para un banquete tradicional y contundente, nada mejor que El Mesón (Ortiz de Zárate, 5). Una buena 'alubiada' o su merluza rebozada cosechan piropos. Muy cerca, en la calle Doce de Octubre hay dos opciones muy potentes: el Pintabocas (número 1), con rodaballo, carrilleras...) o el Muskari (número 12), con un menú degustación muy equilibrado.

No se puede pasar por Desamparados y no visitar el Mercado de Abastos (Jesús Guridi, 1). Carnes, pescados, frutas, hortalizas... No faltan los vinos de Rioja Alavesa y el Txakoli. Un espacio lleno de actividad en cuyos gastrobares hay una variada oferta para disfrutar del ocio y la restauración. ¡No se pierdan la tortilla de patatas del Txiki! Y a pocos pasos brilla El rincón de Luis Mari (Rioja, 14), con tapas de calidad y un ambiente fantástico. Merendar uno de sus clásicos serranitos, un crujiente de pan y jamón de Jabugo y panceta ibérica, o un Antxopi, pintxo de anchoa de Santoña y pimiento del piquillo, es una gozada.

En Velvet Bakery (Florida, 51), apuestan por la pastelería creativa. Hay cafés ecológicos, tés variados, batidos naturales, zumos... y muffin de plátano y fresas, brownies, tartas variadas, mini tartas de queso o cupcakes de toffe. Cuando el sol se esconde, conviene visitar el Gardoki (Angulema, 4), donde hay una cuidada selección de vinos tintos y blancos y una barra poblada de pintxos fuera de serie. Y acabar la jornada en El 2 (Plaza Green Capital) con una degustación de croquetas, una piruleta de langostino o unos medallones de lubina en tempura es la guinda perfecta.