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Leopoldo Zugaza, en la Azoka de Durango, de la que fue uno de sus fundadores. Ignacio Pérez
Hombre de acción, humanista y comprometido con la vanguardia
Obituario

Hombre de acción, humanista y comprometido con la vanguardia

Leopoldo Zugaza puso en marcha un ambicioso proyecto de modernización cultural para Euskadi con una obstinación irreductible

Mikel Onandia

Jueves, 3 de noviembre 2022

Editor, activista e impulsor de distintas asociaciones e instituciones ligadas al arte, Leopoldo Zugaza Fernández (Durango, 1932-2022) ha sido uno de los principales protagonistas en la promoción y difusión de la cultura en el País Vasco de las últimas seis décadas. Su figura escapa a cualquier etiqueta debido a la diversidad de áreas de conocimiento que abordó –la bibliografía, el arte, la literatura, el cine, la fotografía, la historia, el euskera, la etnografía y el cómic– y a su concepción integral y humanista de lo cultural, con un claro compromiso por la vanguardia.

Unía en su persona al hombre de acción y al intelectual, y su propósito vital consistió en poner en marcha un ambicioso proyecto de modernidad cultural para el País Vasco, por el que trabajó con una obstinación irreductible tanto desde grandes infraestructuras como desde pequeños espacios locales. Debido a su relación directa con los principales artistas del país, a quienes apoyó incondicionalmente, y a un detallado estudio de las fuentes bibliográficas, tomó el pulso durante su extensa trayectoria, y hasta el último momento, ala contemporaneidad.

Fue fundador en 1965 junto a su mujer Carmen Miranda (Galdakao, 1937– Durango, 2021), y a otros compañeros, de Gerediaga Elkartea (1965), la primera asociación cultural registrada oficialmente en Bizkaia. Con ella promovió la Feria de Libro y Disco de Durango y poco después puso en marcha las Salas Municipales de Cultura de la localidad (1970). Durante las dos décadas siguientes acogieron a los principales representantes de la Escuela Vasca, y se erigieron en referencia ineludible para la vanguardia en el país.

Zugaza mantuvo desde su época de estudiante un estrecho vínculo con el Museo de Bellas Artes de Bilbao, especialmente a partir de la segunda mitad de 1970. En un inicio, colaboró con la pinacoteca como responsable del departamento de Cultura de la Caja de Ahorros Vizcaína, en cuyas salas en Bilbao organizó numerosas exposiciones.

Con su apoyo, el museo convocó becas de investigación en historia del arte y, cuando se incorporó como vicepresidente al patronato del museo, modernizó y reorganizó la institución. Junto a la ampliación y reforma de parte de sus instalaciones, en los primeros años de 1980 creó el archivo, la biblioteca, el gabinete pedagógico y el gabinete de obra gráfica. En 1983, abrió la cinemateca, que, de la mano de José Julián Bakedano, organizó más de 150 ciclos durante las tres décadas siguientes.

Gracias a su labor, el Bellas Artes compró el primer cuadro de Francis Bacon –el fantástico 'Lying Figure in a Mirror', 1971– para un museo español. También recuperó a través de exposiciones y publicaciones ya memorables la personalidad de alguno de los principales artistas vascos modernos como José María Ucelay (1981), Nicolás Lekuona (1982, 1983) o Adolfo Guiard (1984). En su haber destaca la primera exposición individual en su tierra de Eduardo Chillida, en 1981.

Lejos de los focos mediáticos, Leopoldo Zugaza ha sido un firme convencido de la importancia de la lectura y el conocimiento de la historia, motivo por el que apostó por la construcción de casas de cultura y bibliotecas más allá de las capitales. A Zugaza se debe también en buena parte la organización de Arteder (1981; 1982; 1983), la primera feria internacional de arte contemporáneo en el Estado, y la creación de nuevas instituciones museísticas como el Museo de Arte e Historia de Durango (1987).

Junto al fotógrafo Ramón Serras, inauguró el Photomuseum de Zarautz (1993), aún hoy el único museo especializado en fotografía y cine en España. Menos conocida es la organización de las Jornadas Internacionales de la Imagen Bilera 87', inspiradas en los Encuentros de Arlés y celebradas en Durango (1987).

Su pasión por publicaciones de toda índole se ha manifestado en cuidadas ediciones en forma de libros, catálogos, revistas o folletos que han acompañado sus iniciativas expositivas y cuya principal característica es un esmerado tratamiento gráfico. Tiene en su haber una profusa relación de proyectos editoriales, como Ederti (1972), que publicó colecciones de obra gráfica de artistas vascos.

Rara vez encontraba uno a Leopoldo Zugaza sin un libro entre las manos, muchas veces en la librería Hitz de Durango, fundada por él mismo en 1976, y continuamente se encontraba haciendo planes, con una energía incansable, para viajar a Madrid o a París a visitar ferias o exposiciones. Los últimos años de Zugaza han estado dedicados a la creación del Instituto Bibliográphico Manuel de Larramendi y la revista 'De re bibliographica' (2011-2022), cuyos últimos números ha dejado en prensa.

Mikel Onandia es historiador del arte y profesor de la EHU-UPV

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