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Leopoldo Zugaza. e. c.
«Era un visionario con ideas muy actuales para su edad»

«Era un visionario con ideas muy actuales para su edad»

El Ayuntamiento de Durango rendirá un homenaje este sábado a Leopoldo Zugaza durante la entrega de los premios a los referentes de la cultura y el deporte de la localidad

YOlanda Ruiz

Durango

Viernes, 4 de noviembre 2022, 03:41

A Leopoldo Zugaza la vida se le ha ido entre libros. Hasta hace tan solo quince días acudía con cierta asiduidad a la librería Hitz, a escasos metros de la que en 1976 él abrió junto a Jesús Astigarraga con el mismo nombre y que regentó hasta que la Caja Vizcaína le reclutó para que se hiciera cargo de su departamento cultural. «¿Qué cosecha hay?», preguntaba nada más entrar a Gaizka Olabarri, su responsable, para a continuación pasar a ocupar uno de los sillones para ojear publicaciones de arte, cine, ensayo y bibliografía. «Sabía de todo, daba gusto hablar con él», comenta el librero, a quien siempre le sorprendía la genialidad de las ideas que seguía transmitiendo. «Todas muy actuales para su edad, siempre estaba por delante, como si fuera un visionario», ensalza.

Sus problemas de movilidad se habían acentuado desde que se rompió la cadera, lo que que le llevó a a alojarse en una residencia de Durangaldea en los últimos cuatro meses. Sin embargo, seguía manteniendo su independencia y siempre que podía se acercaba a su querida librería Hitz. «Le vamos a echar de menos», señalaba Gaizka mirando la silla que habitualmente ocupaba.

También le echaban de menos en la papelería Alfil.Be, ubicada a pocos metros de la librería de Artekale. Allí se acercaba a menudo para desarrollar algunos de los trabajos en los que ha seguido embarcado hasta prácticamente los últimos días de su vida. Su responsable, Ana López de Ipiña, ha querido rendirle un sentido homenaje con un poema que le ha dedicado y ha colocado a la entrada de su establecimiento. Debajo se encuentra «la silla de Leopoldo», asegura en relación al asiento plegable azul que compró para él poco después de que entrara en la tienda hace ya varios años.

«Aquí tenía que haber una silla para los clientes», le comentó Zugaza en su primera aparición en el local. Y Ana sucumbió a su petición porque desde el primer momento empatizó con esta figura duranguesa, a la que desconocía esta mujer procedente de la Margen Izquierda. Con el paso del tiempo, afirma, descubrió a una persona fantástica. «Me transmitía lo que espero ser yo cuando sea mayor. No tener miedo a nada, ni a los prejuicios. Y, además, valoraba mi trabajo y confiaba en mí».

Silla en honor a Zugaza en una papelería de Artekale a la que solía acudir. Y. R.

Poema en su honor de Ana López de Ipiña

Hoy Durango huele a pena.

Nubes de papel, de historia del mundo,

de relatos mudos, de música, de

hermosas canciones que Ella toca

al piano desde ese lugar en el que te

espera.

Ojalá que llueva, que la lluvia lave esa

estupidez que tu aborrecías, que las gotas

de agua empapen sus calles de

sabiduría.

Que suenen campanas desde el

campanario que anunció las bombas de

esa absurda guerra que tú me narrabas.

Hoy os libros lloran, te rinden honores

en tu librería. Y, justo aquí al lado,

lloran mis colores y queda vacía tu

exclusiva silla.

Ojalá haya duendes que salven tu

historia, que conserven en papel, oro o

piedra, toda tu memoria.

Ojalá nuestras lágrimas no queden tan

solo en papel mojado.

Ojalá haya mentes que pongan a salvo

todo tu legado.

Sobre su silla, «porque solo la utilizaba él», ha colocado dos viejos diccionarios de lengua castellana y euskera y una sudadera negra a modo de luto en su honor. «Maravilloso», ha exclamado el cineasta Juan José Baquedano ante el humilde y espontáneo homenaje que le han brindado a su querido amigo. «Estoy triste», se duele ante la pérdida de «un hombre de acción y un hombre intelectual. Hay pocos vascos que tengan estas dos cualidades». Recuerda que su relación afectiva se remonta a su adolescencia, época en la que le gustaba conversar con Leopoldo lo mismo de cine que de arte, literatura e historia, gran pasión de este referente durangués. Y siempre estuvo a su lado en los distintos proyectos que llevó a cabo.

Pese a ser todavía muy joven cuando se inauguró la Azoka de Durango, la Feria del Libro y Disco vasco en su primera edición en 1965, Baquedano recuerda que Leopoldo era su «alma mater. Nadie creía en su propuesta, pero fue capaz de convencer a editores e incluso consiguió que participase la Diputación de Navarra». Zugaza se encargaba entonces de toda la organización, ya que las editoriales y discográficas no solían estar detrás de los stands como en la actualidad. Para ello se nutría de un grupo de voluntarios, entre los que siempre estaba él.

«Agitador cultural valiente»

Le acompañó también en la distribución de los grabados que editaba, en la organización de las exposiciones que se montaban en las salas municipales de Ezkurdi, así como en las que promovía desde la Caja Vizcaína cuando fue responsable del departamento cutural. Y trabajó junto a él como responsables de la filmoteca en el Museo de Bellas Artes, primero, y desarrollando después labores de subdirector en la pinacoteca de Bilbao. «Era muy impulsivo, decía lo que pensaba y a la gente le parecían impertinencias, pero en el fondo era un cacho de pan y muy generoso», resume.

El miércoles de la pasada semana fue su último encuentro. «Estaba bajo de ánimo, pero con muchos proyectos en la cabeza, entre ellos la publicación de dos números de la revista 'De Re Bibliographica'», comenta Baquedano. Una revista que creó hace quince años y que solía distribuir por suscripción.

Desde el Ayuntamiento de Durango le rendirán un sentido homenaje este sábado en la entrega de los premios que se otorgarán a los referentes del mundo de la cultura y del deporte en la localidad. En esta gala, además, su hijo Miguel, director del Bellas Artes de Bilbao, recibirá el galardón especial por su trayectoria. No en vano, también estuvo al frente Del Prado durante quince años.

«Se nos ha ido un amante del conocimiento y un agitador cultural valiente e incansable. En los tres últimos años he tenido el honor y la suerte de pasar horas junto a él atendiendo sus propuestas y aprendiendo de toda la sabiduría que atesoraba. Siempre le recordaré en el sillón de la librería Hitz acompañado de libros y amigos», detalla la alcaldesa de Durango, Ima Garrastatxu, a través de Instagram.

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