El «perdón» de Pello Otxandiano a las víctimas de ETA por sus palabras resulta insuficiente al resto de formaciones políticas si ello no va acompañado de una «condena» firme al terrorismo, término que el candidato de EH Bildu a lehendakari volvió a evitar. Ha mostrado su «cercanía» a quienes padecieron la violencia e incluso ha asumido que sectores de su formación fueron un «agente de dolor» en esa historia de asesinatos, persecución y chantaje. Pero, una vez más, ha eludido las palabras tabú para la izquierda abertzale, lo que le ha valido el reproche unánime de sus homólogos de PNV, PSE-EE, PP, Elkarrekin Podemos, Sumar y Vox en el debate electoral de EL CORREO.
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La memoria no estaba copando apenas protagonismo en la campaña de las elecciones vascas hasta este pasado lunes, en el arranque de la semana decisiva hacia el 21-A. Fue entonces cuando Otxandiano, en una entrevista en la Cadena Ser, rechazó atribuir el calificativo de «terrorista» a ETA y lo sustituyó por banda «armada». El resto de formaciones políticas y asociaciones de víctimas censuraron su actitud. Incluso el Gobierno de Pedro Sánchez, que depende de los votos de EH Bildu en el Congreso, le llamó «cobarde» y tachó sus palabras de «incompatibles con la democracia».
Este jueves, en el debate de EL CORREO, el presidenciable de la coalición soberanista ha sido interpelado directamente al respecto y ha querido introducir ciertas matizaciones, aunque sorteando en todo momento la palabra «terrorismo». Se ha solidarizado con las víctimas, les ha pedido «perdón» si aquellas palabras «hirieron su sensibilidad» y ha reconocido que «una de las tradiciones políticas» de EH Bildu ejerció ese «dolor», pero también ha reivindicado que su formación está dando «pasos», aunque puedan ser «insuficientes». «Estamos en ese camino. Hoy estamos en disposición de ser agentes para la reconciliación», ha llegado a expresar.
La postura de Otxandiano ha encendido al resto de asistentes en el primer bloque del debate, que han coincidido en afearle su actitud. Imanol Pradales (PNV) le ha emplazado a decir «sin titubeos que matar estuvo mal» y ha agregado que Euskadi «merece un lehendakari que condene a ETA» y que «deslegitime la violencia como herramienta política». También Eneko Andueza (PSE-EE) ha augurado que, sin mencionar la palabra «condena», Otxandiano «quizá pueda ser lehendakari, pero no el lehendakari de todos» los vascos. El dirigente socialista le ha instado a «llamar a las cosas por su nombre» porque las víctimas lo necesitan para cumplir el «principio de verdad, justicia y reparación».
Entre el resto de representantes, Javier de Andrés (PP) ha centrado su mensaje en afear a jeltzales y socialistas sus acuerdos con Bildu tanto en Euskadi como en Madrid y Pamplona: «Volvamos a la base de no recibir ni dar poder a quienes no condenan el terrorismo». Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos), quien se ha enzarzado con Andueza a cuenta de la pensión que recibe Ricardo García Damborenea, exdirigente socialista condenado por los GAL, ha alegado que «cualquier justificación (de la violencia) está fuera de lo aceptable» y ha dicho que «la memoria es indispensable en democracia». Alba García (Sumar) ha reclamado «estar a la altura» y ha emplazado a Otxandiano a decir que «matar estuvo mal». Por último, Amaia Martínez (Vox) ha urgido a ilegalizar a la coalición soberanista por ser «el brazo político» de ETA.
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