Los candidatos vizcaínos alientan el miedo a Vox y presionan al PP

Durante 75 minutos, Aitor Esteban (PNV), Patxi López (PSE-EE), Lander Martínez (Sumar), Oskar Matute (EH Bildu) y Bea Fanjul (PP) han protagonizado un pulso vivo pero muy respetuoso en el que han constatado sus múltiples disensos y sus escasos consensos. En un encuentro moderado por Marta Madruga y Olatz Barriuso, el debate vizcaíno, celebrado dos días después del alavés y a escasas horas del fin de campaña, se ha convertido en mucho más que un contraste de pareceres sobre los retos del territorio en particular. Se ha tratado de un intercambio dialéctico que ha calcado el marco de una campaña nacional reducida al binomio Sánchez-Feijóo del que si acaso sólo el PNV quiere rehuir en nombre de «los intereses de Euskadi».

Porque si algo ha dejado claro claro el encuentro es que este domingo todas las papeletas para PSE-EE, Sumar y EH Bildu servirán para tratar de reeditar el actual Ejecutivo progresista, mientras que el PP se erige en única alternativa en busca de «una mayoría suficiente para gobernar solos». Menos meridiano lo deja por ahora el PNV, ya que si bien Esteban ha advertido de que Feijóo «ha pasado la raya» al «normalizar» a Vox en las instituciones, también ha señalado como amenaza los «planteamientos recentralizadores» de los socialistas y ha avanzado que el actual presidente no podrá disponer de «un cheque en blanco», sino que le exigirán «garantías». «Siempre vamos a estar a favor de la estabilidad», ha apostillado el aspirante nacionalista, reacio a posicionarse en uno de los dos bloques.

El elefante en la habitación, o mejor dicho en el plató, ha sido sin duda Vox, al que los sondeos dejan muy lejos de obtener representación por Bizkaia pero que podría tener la llave del Palacio de la Moncloa para Feijóo. «Nos jugamos que (Santiago) Abascal pueda ser el próximo vicepresidente», ha repetido Martínez en varias ocasiones. «Estamos viendo el trailer de lo que sería la película. No es un futuro distópico, está pasando ya», ha agregado López en referencia a los pactos en ayuntamientos y comunidades autónomas. Alusiones constantes a la extrema derecha que han hecho a Fanjul revolverse en su atril: «No veo a nadie de Vox aquí, yo represento al PP. ¡Me voy a dar la vuelta y va a aparecer Abascal detrás!».

Algunos de los momentos más tensos del debate se vivieron en el capítulo de políticas sociales, particularmente en el apartado de igualdad y, una vez más, con Vox como ausente muy presente. «Quieren devolver a la sociedad al armario. Empiezan quitando banderas LGTBIQ+ y acaban diciendo 'cómo voy a ser homófobo, si tengo un amigo gay'», ha expuesto Matute. «Mandan un mensaje anticohesión social, puede haber un riesgo de retroceso en derechos sociales», ha alertado Esteban. Como respuesta, Fanjul ha sacado a colación las rebajas de pena y excarcelaciones por la ley del 'sólo sí es sí' y ha rechazado «lecciones» de feminismo del resto de contendientes: «Tardaron menos en borrar la agenda de visitas del 'Tito Berni' que en reformar la ley».

El esquema 'cuatro contra uno' se ha resquebrajado en contadas ocasiones. La más patente, en el turno sobre vivienda, en el que el PNV se ha distanciado del resto de socios de Sánchez en coherencia con su voto contrario a la nueva ley nacional. Esteban ha coincidido con el PP en que se trata de una norma «invasora» de las competencias vascas y ha cuestionado su utilidad: «Se está transmitiendo la idea de que baja el precio de los alquileres y no es cierto. Lo hemos visto en Barcelona y San Sebastián: un tercio de la oferta ha desaparecido». Los representantes de PSE-EE y EH Bildu se han afanado por defender la iniciativa, especialmente la creación de zonas tensionadas donde poner coto a los precios del alquiler, mientras que el candidato de Sumar ha asumido que se trata de una ley «poco ambiciosa», pero ha reprochado a los jeltzales que no desarrollen la norma autonómica que, dicho sea de paso, no apoyaron.

Las recetas económicas también han abierto cierta brecha entre los cuatro partidos vascos que han apoyado al Gobierno de coalición. Matute ha abogado por una «fiscalidad agresiva» porque «no es normal que quien más tiene no pague más». Un concepto que ha desagradado a Esteban, partidario de «crear un ambiente propicio para las empresas». El mayor rifirrafe lo han protagonizado Martínez y Fanjul a cuenta de la excepción ibérica y el precio de la luz, primero, y del papel de las empresas, después. «Hay que acabar con la avaricia de los beneficios empresariales», ha disparado el aspirante de Sumar. «No creo que atacando a los empresarios vayamos a conseguir nada», ha contestado la candidata popular.