Uno de cada tres vizcaínos se libra de ser mesa en las elecciones de mañana tras alegar

Por esta labor percibirán un cheque al portador de 70 euros -cinco más que en 2019- y la satisfacción de velar por el correcto funcionamiento de la jornada. No todos los ciudadanos convocados se sentarán en la mesa electoral. Un tercio de las personas que han sido convocadas han alegado y han conseguido que sean eximidas de la obligación de asistir, tal y como confirman desde la Junta Electoral de Bilbao.

Las cifras que maneja esta Junta son significativas porque gestiona el 80% de los centros de votación del territorio histórico. «Unas 3.000 personas de las 9.000 convocadas han alegado para no ejercer el domingo como mesa. La gran mayoría los hemos aceptado porque eran excusas válidas», explican.

La situación es similar en la Junta Electoral de Gernika. Les corresponde administrar 129 mesas, lo que equivale a 1.161 presidentes, vocales y suplentes. El miércoles por la tarde 340 personas ya habían solicitado no asistir a la jornada electoral. Según detallan, solo 28 de los motivos fueron desechados. Una tendencia que se repite en el resto del territorio, lo que eleva la cifra de ciudadanos eximidos hasta cerca de 4.000, según las mismas fuentes.

Las juntas electorales locales son las entidades encargadas de recoger las alegaciones de cada persona convocada. Además de la opción presencial, en estos comicios el trámite se ha podido realizar por primera vez por internet, siempre durante los siete días siguientes a recibir la citación. «Si el motivo de aceptar o denegar la petición de no asistir está claro, lo realizamos nosotros. Si no, lo derivamos al juzgado», explican desde el órgano de Gernika. «Si la carga de trabajo no es mucha, la respuesta llega el mismo día».

La comunicación no solo la recibe la persona afectada, también el Ayuntamiento donde se realiza la votación. «Nosotros avisamos a los consistorios y, en caso de que detecten que no pueden formarse todas las mesas, pueden hasta realizar un nuevo sorteo», cuentan desde Gernika.

¿Y qué pasa si el domingo no se presenta ninguno de los ciudadanos citados para ser mesa? Lo habitual es que los primeros votantes que se presten voluntarios conformen la mesa. Sin embargo, se podría dar el caso en el que la Junta Electoral obligara a los electores a quedarse, pues tiene competencias para ello.

A la hora de presentar alegaciones no basta solo con argumentar la razón de la renuncia, debe incluirse un documento que acredite su veracidad. ¿Y cuáles son los motivos más recurrentes? «Bajas laborales, viajes programados y ser mayor de 65 años».

En el último caso, se puede solicitar no asistir sin aportar ninguna explicación. La legislación que regula las citas electorales prevé que, aunque se puede convocar a todos los menores de 70 años que sepan leer y escribir y tengan el graduado escolar, los mayores de 65 pueden eximirse.

En el caso de los viajes, la ley no los recoge de forma específica como motivo válido. Sin embargo, sí que contempla 'la concurrencia de eventos familiares de especial relevancia que resulten inaplazables o en los que postergarlos provoque perjuicios económicos importantes'.

Una situación de discapacidad, un embarazo de seis meses en adelante o la previsión de una intervención quirúrgica en los días anteriores a la jornada de votación también son argumentos para librarse de asistir a primera hora al colegio electoral. La relación de motivos es larga pero se aceptan algunos que no figuran en esa relación. La misma ley que regula las elecciones, la LOREG, admite que el listado está incompleto y 'corresponde a cada Junta Electoral de la Zona valorar los supuestos'.

En el caso de que el impedimento ocurra durante la jornada de reflexión, la imposibilidad deberá comunicarse el mismo domingo ante la mesa electoral. «Nosotros cerramos el viernes a las cinco, y desde entonces ya no podemos tramitar ninguna excusa», aseguran desde la Junta Electoral de Gernika.

La tentación de no presentarse también pasará por la cabeza de más de uno. Estará incurriendo en un delito 'por abandono o incumplimiento de las mesas'. La multa si no hay causa legítima varía entre una pena de prisión de tres meses a un año o una multa de seis a 24 meses.