Bilbao | Resultados elecciones municipales 2023
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Bilbao | Resultados elecciones municipales 2023
Aburto mantiene una mayoría amplia pero sufre un duro golpe y pierde dos concejalesTener 12 concejales en un pleno de 29, ser la primera fuerza a mucha distancia de la segunda, y contar con más de la tercera parte de los votos en la ciudad es, objetivamente, un buen resultado para el PNV en Bilbao. Sin embargo, el ... éxito se mide en función de las expectativas. Y en esta ocasión Juan Mari Aburto se ha quedado muy por debajo de ellas. Los jeltzales pierden dos concejales (tenían 14) y esa posibilidad no era contemplada por la inmensa mayoría de las encuestas, aunque sí por la del CIS. No estarán contentos los nacionalistas con estos resultados y, desde luego, no cumplen con sus ambiciones. Es más, desde el año 1999 nunca habían tenido tan pocos representantes porque en las elecciones celebradas en este siglo la formación no había bajado de los 13. Aún así, hay que tenerlo muy presente, los jeltzales siguen siendo la primera fuerza de la ciudad con diferencia.
Su socio en el gobierno local, el PSE, mantiene sus cinco asientos en el pleno, y repetir resultados en principio es una buena noticia para los socialistas porque retienen el que es su mejor resultado desde 2007. Además, en el muy probable caso de que se reedite el pacto PNV-PSE, los 17 concejales que suman les dan para gobernar con una holgada mayoría (la absoluta está en 15). Es lo que necesitan para dar continuidad al proyecto que vienen impulsando desde 2015.
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Luis López
Sin embargo, los socialistas de Nora Abete también tendrán un sabor agridulce porque pierden su puesto como segunda fuerza en la ciudad en favor de EH Bildu. Sólo lograron mantener durante un mandato esa especie de 'medalla de plata' porque ahora los soberanistas la han recuperado, y lo han hecho de un modo vigoroso. Además, el PSE, pese a seguir con su media decena de asientos, se deja más de dos mil votos por el camino.
La formación de María de Río es, con diferencia, la que más mejora sus resultados en estas elecciones municipales al pasar de cuatro a seis concejales, todo un arreón que va en la línea de lo que ha pasado en la mayor parte de Euskadi con EH Bildu. Es lo que ya preveían las encuestas, y el efecto del viraje de los soberanistas a posiciones más moderadas, de un perfil más social, y en todo caso muy alejadas de las sombras del pasado. En fin, que surte efecto el cambio en la cabeza de cartel, que hasta ahora era Jone Gorizelaia y que en su día no había respondido a la expectativas.
Ese tránsito le ha pasado factura a su principal competidor por el voto de izquierdas, Elkarrekin Podemos. La formación de Ana Viñals se deja un concejal y se queda con dos, de manera que no ha logrado rentabilizar el papel que han jugado los morados en el Gobierno central y cuya 'venta' que ha sido una constante durante la campaña electoral.
Hay, por último, otra formación que mejora de manera destacada: el PP. El partido liderado en Bilbao por Esther Martínez suma un asiento en el pleno y recupera los cuatro. Ya no serán las siglas con menos representación (ahí, en el último lugar, se queda Elkarrekin Podemos) y, sobre todo, los populares ponen fin a las caídas continuadas que venían sufriendo en las últimas dos décadas. Además, mejoran las previsiones más optimistas que les daban las encuestas.
Todo lo anterior ocurre con la concurrencia de un factor poco feliz que denota cierto hastío de la ciudadanía y que no es buena noticia para nadie: la abstención se ha disparado en estas elecciones y casi ha llegado al 44% del censo. En concreto, ha sido del 43,84%. Es la proporción más alta de los últimos treinta años, y supera incluso a la sufrida en las citas en las que la izquierda abertzale estaba ilegalizada. El dato es relevante e interpela a la clase política sobre la distancia que la separa de la ciudadanía. O, como poco, los partidos tendrán que mirarse el porqué de la escasa ilusión que han logrado inyectar en el electorado. Porque también han aumentado los votos en blanco y los nulos, hasta casi duplicarse, al sumar 4.339.
El escaso interés que han suscitado estos comicios ha penalizado de un modo directo al PNV y eso se nota de un modo especialmente sangrante a la hora de analizar la cantidad de apoyos que pierden: han pasado de rozar los 72.000 votos hace cuatro años, a quedarse en 54.445; esto es, se han dejado por el camino 17.377. En porcentaje, han pasado de disfrutar del 42,7% al 36,6% de los votos. También ha menguado el PSE, que con 24.356 se ha dejado 2.427 por el camino.
Pero, proporcionalmente, el mayor descalabro ha sido el de Elkarrekin Podemos, que casi ha perdido la tercera parte de su electorado para quedarse con menos de 12.000 sufragios. En el otro lado están EH Bildu, que gana casi 3.000 apoyos, y el PP, que suma 2.509.
En cualquier caso, todos estos movimientos, marcando una tendencia evidente y dando pie a análisis diversos, no tienen por qué suponer alteraciones en la gobernabilidad de Bilbao porque, como queda dicho, PNV y PSE siguen gozando de mayoría suficiente. Eso sí, quizás cambie el protagonismo que tiene cada formación en la conformación del próximo gobierno municipal.
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