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Rocío Vitero se asoma con la victoria para EH Bildu ya en el bolsillo. Igor Martín
Bildu logra un triunfo histórico en Vitoria y el PNV se hunde hasta el cuarto puesto

Vitoria | Resultados elecciones municipales 2023

Bildu logra un triunfo histórico en Vitoria y el PNV se hunde hasta el cuarto puesto

La coalición abertzale obtiene sus mejores resultados en la capital alavesa, con el PSE de Maider Etxebarria como segunda fuerza. Socialistas y jeltzales se quedan a dos ediles de la mayoría: necesitarán a PP o Podemos para gobernar

Domingo, 28 de mayo 2023

Vuelco histórico en el Ayuntamiento de Vitoria. EH Bildu se ha alzado este domingo con el triunfo con siete concejales y ha arrebatado la primacía al PNV, víctima de un evidente error de cálculo y lastrado por una desacertada campaña. Los jeltzales no sólo se ven apeados del liderato, sino que sufren un descalabro hasta el cuarto escalón, por detrás del PSE y del PP, con un empate a seis ediles. Los socialistas mantienen su posición, de nuevo a las puertas del séptimo edil, como en 2019. Y el nuevo tablero enreda aún más la gobernabilidad de la capital alavesa: el PSE y el PNV se quedarían a dos ediles de sumar la mayoría (12 de 27), con el hándicap añadido de que ninguno de los dos sería la lista más votada.

El 'sorpasso' de EH Bildu –y también del PSE y del PP– al PNV sobresale en el enésimo cambio de escenario del Consistorio, que suma un nuevo color a la volátil paleta que ha sido en las últimas décadas. En los últimos 16 años, han ganado las cuatro formaciones principales. Dos veces el PP, una el PNV y otra el PSE.

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Los jeltzales explicaron ayer su varapalo por el impacto del BEI y el tráfico de la ciudad. «La ciudadanía dice que hemos destrozado el tráfico, y eso puede ser una de las razones importantes de este resultado», asumió el presidente del PNV alavés, José Antonio Suso. Tampoco hay que olvidar que los jeltzales han podido pagar caro el cambio de contendiente en mitad de la carrera con poco margen de maniobra, al descabalgar a Gorka Urtaran y apostar por Beatriz Artolazabal. La exdiputada y exconsejera no ha logrado enganchar con la ciudadanía, incluso a pesar de que sus propuestas de la nueva carretera en el Sur y los cambios en el BEI agitaron la carrera electoral y centraron los debates.

Las claves de la victorias de EH Bildu, mientras tanto, podrían resumirse en que los abertzales se impusieron porque aprovechó su oportunidad y no sufrió ninguna amenaza. Con el votante más fiel entre las formaciones vascas y una participación a la baja, la ausencia de un discurso identitario y una candidata que no pertenece a la izquierda abertzale más marcada, se ha hecho con buena parte de los votantes de Elkarrekin Podemos, que pierde músculo. El PNV por su lado, ha visto una sangría evidente del voto descontento, en parte hacia el PP, que confirma su recuperación lenta pero continua respecto al 2015. El PSE, por su parte, sale reforzado pese al efecto Feijóo y el subidón de Bildu.

Maider Etxebarria y Cristina González (PSE), eufóricas tras los resultados.

Pero más allá de la victoria de la coalición soberanista, la gobernabilidad estará más pendiente que nunca de las negociaciones entre PNV, PSE y PP para forzar un eventual veto a la izquierda abertzale, al que no le alcanzaría con el apoyo de Elkarrekin Podemos (resiste con dos representantes), para superar en fuerza a los partidos del actual gobierno. Más allá del entendimiento que mantienen jeltzales y socialistas en las instituciones vascas (incluido el Ayuntamiento en los ocho últimos años), los conservadores ya han anunciado que harán «lo que sea» para apartar a Bildu del sillón principal del Pleno.

La clave estará en la postura que adoptará el PSE en los próximos días, ahora que puede desprenderse del paraguas del PNV como fuerza hegemónica en Vitoria. Salvo sorpresa, eso sí, lo lógico sería que socialistas y jeltzales trataran de mantener la fórmula, algo que ya han deslizado los nacionalistas en las últimas semanas. En cualquier caso, le correspondería a Maider Etxebarria tomar la iniciativa entre los dos partidos que ahora forman gobierno.

Iñaki Oyarzábal y Ainhoa Domaica (PP).

A pesar de que los apretados sondeos señalaban un posible repunte de la participación, fue la abstención la que ganó terreno. Es cierto que en Álava no fue tan acusada, pero ya partía de un menor número de papeletas en 2019 en comparación con Bizkaia y Gipuzkoa. Ese fue, de hecho, el primer revés que recibió el PNV en la noche electoral, ya que una de sus principales consignas pasó por movilizar el voto para evitar «favorecer a los extremos».

Esa cruda rivalidad e igualdad entre las formaciones principales, con algunas encuestas previas apuntando incluso a un empate técnico de hasta cuatro formaciones, se había percibido durante la campaña, con un nerviosismo creciente en el PNV, que elevó el tono contra la izquierda abertzale en la recta final de la carrera hacia las urnas, y una polarización que terminó por ser más que evidente. La única candidata que no entró en la confrontación directa con otras formaciones fue precisamente la de EH Bildu.

Quizás en la campaña menos marcada por los grandes proyectos (no se planteó ni un nuevo auditorio ni un nuevo estadio de fútbol, por ejemplo), los vitorianos ven la necesidad de un cambio en el timón del Ayuntamiento, sobre todo en lo relativo al PNV. En cualquier caso, si el gobierno local mantuviera las mismas siglas, éste no sólo se quedaría fuera la mayoría absoluta, sino que sería aún más débil, con un edil menos.

7.000 votos nacionalistas terminan en el limbo

El hundimiento del PNV de primera a cuarta fuerza del Ayuntamiento de Vitoria se entiende con cifras. Los nacionalistas se dejaron por el camino 6,787 papeletas que le desbancan de casi cualquier opción de revalidar la Alcaldía en la capital alavesa. Es cierto que la pérdida no es tan elevada a nivel proporcional, ya que influye la caída en la participación, pero demuestra el desencanto que arrastra una parte del electorado jeltzale.

Ya sea por los problemas de tráfico, el impacto de la implantación del BEI o por tener una candidata que no ha movilizado al electorado indeciso, la caída del PNV fue lo más llamativo de la jornada electoral, con permiso del triunfo de EH Bildu.

Lo curioso, precisamente por la alta abstención, fue que sólo dos formaciones sumaron más apoyos que hace cuatro años. Fueron precisamente los soberanistas, aunque apenas fueron 300 más, y Vox, aunque el partido de Santiago Abascal no alcanzó el 5% mínimo del censo para entrar en el Pleno. Obtuvo 4.194.

Incluso el PP, el gran triunfador de la jornada con los abertzales y los socialistas, perdió en el número total de votos, aunque fuera sólo cuestión de medio centenar de papeletas. Como se prevía, eso sí, la distancia entre la primera y la cuarta fuerza fue de sólo un 3% del electorado. En cifras totales, la diferencia entre EH Bildu y el PNV due de 3.391 votos. Los socialistas de Maider Etxebarria apenas estuvieron a un puñado de votos de lograr el séptimo edil y empatar en concejales con Bildu. Ambas formaciones estuvieron separadas por poco más de 900 papeletas.

Elecciones en Vitoria: resultados oficiales

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