Algunas inmobiliarias de Euskadi empiezan a trabajar con sus primeros casos de nuda propiedad. A. Gómez

«Me encanta mi casa, pero quiero tener más 'varilla' para seguir haciendo planes»

Una vecina de Getxo, con 84 años y dos hijos, recurre al modelo de venta de nuda propiedad para obtener el dinero en vida y seguir disfrutando de su piso hasta que fallezca

Sergio Llamas

Domingo, 5 de mayo 2024

El aumento de las ventas de vivienda en concepto de nuda propiedad -obtener el dinero y seguir disfrutando de la casa mientras se viva- está favoreciendo que esta modalidad sea cada vez más conocida. Después de 20 años de trayectoria, en la inmobiliaria Aixerrota de ... Getxo (Bizkaia) tienen ahora su primer caso de este tipo. Según explican, fue la propia vendedora, Terese, de 84 años, la que les propuso usar la fórmula. «Tengo un amigo que es registrador de la propiedad y me contó hace tiempo que conocía a una persona que había vendido así su casa... y me animé», detalla la propietaria. La mujer, viuda desde hace poco y con dos hijos, tenía clara su intención de seguir disfrutando de su vivienda sin necesidad de sentirse atada a la misma.

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Eduardo Molet, al frente de una inmobiliaria que lleva su mismo nombre, explica en qué consiste este modelo: la venta completa de un inmueble que no se puede utilizar hasta el fallecimiento de sus propietarios actuales, algo que ofrece «ventajas a ambas partes». «El comprador invierte en un sector muy seguro y compra un inmueble a un precio que está muy por debajo del mercado. El propietario, por su parte, recibe la cantidad del dinero de una sola vez y así aumenta su calidad de vida. También hay quien lo hace para ayudar a su familia o porque sus descendientes viven en otra ciudad», ejemplifica.

«No quiero irme de aquí porque me encanta mi casa, pero quiero tener más 'varilla' para seguir haciendo planes, viajar, disfrutar de meriendas con las amigas, del monte, de la pintura...», enumera Terese entre sus múltiples aficiones. Además explica que sus hijos, con los que mantiene un contacto continuo, la han apoyado a tomar la decisión para exprimir más su tiempo.

«Poco a poco habrá más casos porque es una solución buenísima para muchos mayores que quieren complementar sus ingresos mensuales», reconoce la asesora legal de Aixerrota, Inés Abad. Para ellos es una novedad la gestión de este caso, en parte también por no haber trabajado hasta ahora con el tipo de clientes que persiguen estas oportunidades. En muchos casos los interesados son los fondos de inversión. «Algunos te llaman y ya tienen hasta sus bases de cálculo preparadas. En todo caso, parece un tipo de negocio que va a ir a más», recalca.

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«Un amigo registrador de la propiedad me contó que conocía a alguien que había vendido su casa de esta forma... y me animé»

El domicilio de Terese responde a la demanda de las viviendas que buscan en el sector. Se trata de un lugar bien comunicado y rodeado de naturaleza -otra de las grandes pasiones de su propietaria-, cuenta con más de cien metros cuadrados, una amplia terraza, dos baños y tres dormitorios, además de una plaza de garaje y un camarote. En el poco tiempo que lleva a la venta ya ha sido visitado por media docena de compradores interesados, quizás porque el piso tiene algo de 'flechazo'. Así le ocurrió también a la mujer cuando lo adquirió hace ahora dos décadas. «Cuando nos jubilamos debimos ver como 200 casas y no me gustó ninguna. Y lo dejé correr hasta que me llamaron por esta y vine a visitarla. En cuanto la vi saqué el dinero para dar la señal», rememora.

También a su marido le encantó, aunque eran recelosos sobre tener una casa en propiedad. Lo veían más como una tradición implantada en el entorno. «En otras partes de Europa no es tan habitual. Todos viven en alquiler. Hasta las empresas se juntan para crear urbanizaciones para los trabajadores», defiende.

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Seguir «abierta»

Este concepto de tener el ladrillo en propiedad anima a convertirlo en uno de los valores inversores. De ahí que se haya disparado el interés por su vivienda, que en el mercado actual está valorada en medio millón de euros. Terese busca aprovecharlo para continuar con sus pasiones, como viajar, aunque a estas alturas ya ha visitado prácticamente toda Europa. «Tengo 'mundología' y siempre estoy abierta a posibilidades. El otro día una amiga me preguntaba qué haría si se vende y pensé que mantenerme muy activa», resume. Su lista de posibles incluye desde ir a un lugar para hacer talasoterapia -el uso de agua con fines terapéuticos-, disfrutar de la playa o irse a la ópera con las amigas. Así lo explica el mismo día en el que ha celebrado el centésimo cumpleaños de una conocida. Los planes y el tiempo están a su favor.

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