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Los bancos cobran a sus clientes por la prestación de ciertos servicios, como la administración de cuentas, la concesión de tarjetas de crédito, el cambio de divisas o la realización de transferencias. Las diez principales entidades financieras españolas cerraron el primer trimestre del 2021 con ... unos ingresos de 2.534 millones de euros en comisiones, según datos facilitados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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Es una cifra que sólo supera en 9 millones las registradas en el mismo periodo del año anterior. Aún así, las comisiones siguen siendo una de las principales vías de ingresos frente a un margen de intermediación (diferencia entre lo que pagan en concepto de intereses por los depósitos de los clientes y lo que cobran por prestar dinero) que se encuentra en mínimos.
Según el comparador HelpMyCash, en el último año prácticamente todas las entidades financieras han incrementado el precio del servicio de cuentas. O, al menos, han endurecido los requisitos exigidos para evitar el pago de comisiones. Por su parte, el II Barómetro de comisiones bancarias de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), destaca que muchos bancos han endurecido las condiciones en los dos productos más básicos que ofrecen: el mantenimiento de cuentas corrientes y la disposición de tarjetas de crédito. Para clientes sin vinculación -ya sea porque no tienen ingresos mínimos o tienen más de una cuenta y no pueden domiciliar ingresos- las comisiones por esos dos conceptos se han incrementado hasta alcanzar una media de 140,17 euros.
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La asociación denuncia que se está generando «el caldo de cultivo para un aumento de la exclusión financiera», puesto que aquellos clientes con bajos ingresos «se van a ver obligados a pagar más por tener una cuenta corriente y una tarjeta, desde los 78 euros en Abanca a los 276 euros de Banco Santander». También se encarece la relativa a los números rojos en cuenta, lo que en el lenguaje bancario se conoce como descubierto. Pese a que los intereses más o menos se mantienen, Asufin revela que algunas entidades que no cobraban un importe mínimo han empezado a hacerlo. Por ejemplo, de fijar una comisión del 4% -apenas 4 euros por un descubierto de 100- «ahora aplican mínimos más altos, de hasta 18 euros».
Los bancos son libres de establecer las comisiones que consideren oportunas, pero deben informar sobre ellas a sus clientes de forma transparente. Si estos no están dispuestos a pagarlas, tienen distintas opciones: cumplir con los requisitos exigidos por la entidad financiera, negociar nuevas condiciones o cambiar de banco. También es verdad que no todos cobran comisiones, y que algunos son más caros que otros. Por ejemplo, los bancos digitales no suelen aplicar gastos, mientras que las grandes entidades financieras son generalmente las que más cobran. Para conocer las condiciones de su cuenta, el cliente puede consultarlas en el contrato, o bien contactar directamente con el banco.
Según HelpMyCash, la comisión de mantenimiento -la más básica de todas y que se cobra sólo por tener una cuenta abierta- es la más cara de todas. Este año su coste puede elevarse hasta los 240 euros anuales. Es posible evitarla si se cumplen las condiciones de la cuenta, o cambiando a un banco que no las cobre. Aunque cada vez son menos, todavía se pueden encontrar entidades bancarias que permiten abrir una cuenta sin comisiones. A veces incluso sin tener que domiciliar nómina. Entre estas se encuentran ING (Cuenta Nómina), Abanca (Cuenta Clara Abanca), Openbank (Cuenta Corriente Open), Bankinter (Cuenta Nómina), Liberbank (Cuenta Online Sin) o BBVA (Cuenta Online).
Otra de las comisiones que a veces aplican los bancos es la de administración, que se cobra por cada movimiento que se realiza en la cuenta. Suponen entre 0,40 o 0,60 euros por operación. No obstante, la mayoría de las entidades bancarias están dejando de cobrarla. Operar a través de los canales digitales del banco es una buena forma de evitarlas.
Las transferencias bancarias también suelen estar sujetas a comisiones. Se cobran por enviar dinero de una cuenta a otra. Normalmente las que se hacen entre cuentas del mismo banco son gratuitas. Las que se realizan a otras entidades nacionales o internacionales dentro de la zona euro (transferencias SEPA) no tienen coste siempre que se cumplan las condiciones de la cuenta. Si el destino de la transferencia está fuera de la zona euro o supera los 50.000 euros, siempre se cobrará comisión.
El cliente bancario dispone cada vez de más alternativas a las transferencias bancarias ordinarias. Por ejemplo, Bizum, el popular servicio al que están asociados la mayoría de entidades bancarias españolas. Otra es PayPal, la plataforma de intermediación de pagos. O las 'fintech' especializadas en prestar este servicio al margen de los bancos. Según los expertos de HelpMyCash, suelen operar a nivel internacional y por tanto están especializadas en realizar transferencias con cambio de divisa. Además, «suelen ser más baratas que los bancos». Entre ellas están TransferWise o Xoom.
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Una de las comisiones más generalizadas entre los bancos es la que cobran por la emisión y el mantenimiento de las tarjetas asociadas (crédito o débito). La primera de ellas se paga al recibir la tarjeta, mientras que la de mantenimiento hay que abonarla cada año. Estas comisiones oscilan entre los 30 y los 50 euros al año. De nuevo, la vía más directa para evitarlas consiste en cumplir las condiciones del banco. Sin embargo, desde el portal comparador advierten de que «no siempre se pueden evitar». Por ejemplo, CaixaBank o Bankinter emiten tarjetas de crédito gratis, pero cobran comisión por las de débito. En otras entidades funciona justamente al revés.
Otro cobro habitual es el vinculado a la retirada de efectivo en cajeros automáticos de otros bancos. No obstante, algunas entidades financieras tienen acuerdos entre ellas para no aplicar comisiones en toda su red de terminales. Por tanto, una manera de evitar estas comisiones es intentar sacar dinero sólo de los cajeros del banco propio, o de aquellos con los que exista algún convenio. Otra alternativa es abrir cuenta bancaria en una entidad financiera que tenga una red de cajeros más amplia.
Patricia Suárez, presidenta de Asufin, advierte de que la vinculación como método para evitar comisiones «es una trampa, un gancho». En su opinión, estos cobros «son el chocolate del loro», puesto que «donde realmente ganan dinero los bancos es en colocar productos, como por ejemplo un seguro que te va a costar el doble que en el mercado, y encima con menos cobertura. O si abres un fondo de pensiones o inversión».
De ahí que, en ese intento de ahorrarse comisiones, el cliente «caiga en la trampa de contratar productos que suelen ser más caros, que les dan más dinero a los bancos y que la mayoría de las veces no los necesitas». Por eso anima a la gente «que pueda, que tenga capacidad y no le importe no tener una oficina bancaria al lado de casa», operar con la banca digital. «Son muchísimo más económicos, la mayoría no tiene comisiones y tiene una operativa bastante sencilla. Pero entendemos que haya muchas gente que prefiera seguir yendo a una oficina y hablar con una persona para hacer sus gestiones», admite.
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