De la web a la calle; la firma de ropa usada Micolet abre en Bilbao su primera tienda física

La firma amplía sus canales de venta con un establecimiento en García Rivero con el que quieren evidenciar que las prendas de segunda mano son una opción para todos los públicos

iratxe bernal

Jueves, 6 de febrero 2020

Ya sea porque el bolsillo no puede darse mayores alegrías, porque se ha dado tantas que ha dejado pequeño el armario o por pura conciencia medioambiental, comprar (y vender) ropa usada es ya un hábito para mucha gente. Un fenómeno que ha crecido además gracias al nacimiento de webs y aplicaciones específicas pero que todavía encuentra sus reticencias entre quienes necesitan cerciorarse de que las prendas están realmente en buen estado o, como ocurre también con la ropa nueva, quieren probárselas o al menos tocarlas. Para acabar con esos recelos, una de estas webs, la 'startup' Micolet, ha decidido saltar de Internet a la calle y abrir en Bilbao su primera tienda física, que se inaugura este jueves en la calle García Rivero.

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«Como marca queremos tender a la onmicanalidad y dar al cliente la posibilidad de escoger qué canal prefiere utilizar, pero además sabemos que hay gente que nos conoce, que nos ha visto mencionados en determinados perfiles de las redes sociales, pero que no se acaba de animar a comprar 'online'. Así que creemos que la tienda física además de funcionar por sí sola ayudará a romper esa barrera, a generar confianza entre los clientes, y lograr más ventas en las web. Además, al acercarnos a unas de las zonas de mayor nivel adquisitivo hemos querido romper otra barrera y dejar claro que comprar ropa de segunda mano es una opción para todo el mundo», explica Aritza Loroño, uno de los promotores de la firma. Como muestra un botón, junto a representantes institucionales como Xabier Otxandiano, concejal de de Desarrollo Económico y Empleo del Ayuntamiento bilbaíno y presidente de Bilbao Lan Ekintza, a la inauguración acudirán 'influencers' como Estíbaliz Prieto, Izortze Serien, Iranzu Rodríguez o Marisa Ponciano, que ya recurren a la web de la marca para aligerar sus armarios.

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«La verdad es que estamos muy emocionados. Somos muy conscientes de que es un gran paso, pero también sabemos que estamos empezando y que tendremos que ir ajustando muchas cosas hasta perfeccionar todo el engranaje», subraya. Una de las áreas en las que habrá que ir haciendo esos ajustes será la distribución del 'stock' entre los distintos canales. Es decir, dónde se vende cada modelito. No hay que perder de vista que si bien Micolet lleva a gala vender toda la ropa colgada en la web también tiene el hándicap de que rara vez podrá ofrecer más de una unidad de una misma prenda. De momento han optado por no ofrecer en la web la misma ropa que se puede encontrar en la tienda, y para escoger el canal de venta más apropiado para cada camisa o pantalón han recurrido a la inteligencia artificial. «Hemos procesado los datos de las compras hechas en Bilbao y, a partir de ahí, hemos elaborado un patrón que define un poco qué tipo de prendas se vende más en la zona donde hemos ubicado la tienda», explica Loroño.

No será la primera vez que la firma, una de las participantes en B-Venture, echa mano de la inteligencia artificial para perfilar su estrategia. De hecho, desde sus primeros pasos tuvo que recurrir a ella para calcular el precio de venta de cada prenda librándose de opiniones subjetivas de las compradoras iniciales y de la pérdida de tiempo que implica que una persona valore cada entrada. Ese cálculo lo realiza un algoritmo a partir de una serie de datos básicos como estado de conservación, talla, color, precio original, temporada a la que pertenece e incluso la demanda que tuvo en el circuito de la ropa nueva. «Lo sistematizamos tras cruzar los datos de las primeras 100.000 ventas que hicimos y lo actualizamos constantemente. Introduciendo información sobre la prenda el sistema es capaz de determinar la demanda, el interés del público y, por tanto, el precio que podemos pedir», detalla Loroño.

La firma espera que la de García Rivero sea el primer establecimiento de una cadena en la que algún día además se pueda entregar ropa ofreciendo al momento una valoración (y pago) de las mismas. «Son planes a largo plazo que ya veremos cómo vamos materializando. De momento, para este año esperamos doblar nuestra facturación y llegar a los cinco millones de euros gracias al incremento de ropa que estamos procesando y que de hecho nos ha obligado a comprar otro almacén», dice orgulloso Aritza Loroño.

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