El importante mensaje de Caixabank a sus clientes

El sector bancario está atravesando una etapa de profundas transformaciones. Entre ellas está el proceso de digitalización que tiene su reflejo en el cierre de oficinas y, en consecuencia, una menor atención presencial. Esta situación deja fuera del sistema a cientos de miles de usuarios -especialmente los de mayor edad- que tienen dificultades a la hora de utilizar medios tecnológicos en su relación con el banco.

Uno de los más importantes, CaixaBank, dice estar dispuesto a liderar la transformación del sector financiero desde un modelo cercano a la sociedad y que sea capaz de dar un servicio «absolutamente excelente» a todos sus clientes, tanto a los más digitalizados como a los que necesitan atención presencial. Así lo reconoció recientemente su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, durante la presentación de la revista Papeles de Economía Española, 'Las finanzas tras la pandemia' de Funcas.

Para que todos esos clientes tengan la debida atención, recordó Gorigolzarri, será necesario seguir realizando fuertes inversiones y planes concretos para priorizar a los usuarios que no se relacionan con la entidad a través de canales digitales. Según desveló en su intervención, sólo el 25% de los usuarios de CaixaBank mayores de 70 años utilizan esos medios tecnológicos en su día a día con el banco. Eso significa que tres de cada cuatro clientes en esa edad recurren a la atención presencial en las oficinas.

«A la vez que potenciamos nuestros medios digitales, seguimos poniendo en marcha planes concretos en nuestras oficinas para dar prioridad a los clientes menos digitalizados y a las personas mayores para ayudarles en sus gestiones diarias con la entidad», añadió el directivo. De todas formas, Goirigolzarri también recordó que el 73% de los clientes de la entidad financiera utilizan la banca digital. Un porcentaje que en el caso de los treintañeros se eleva por encima del 85%.

En los últimos meses, y una vez culminado el proceso de integración con Bankia, CaixaBank viene informando a sus clientes sobre el ajuste y reestructuración de la red de oficinas, que supondrá el cierre de unas 1.500 sucursales en todo el país. El plan pasa por mantener la presencia física en las localidades en las que sólo haya una oficina del grupo, sobre todo en áreas rurales. El ajuste afectará más a aquellas zonas donde antes de la fusión se producía un solapamiento de sucursales de CaixaBank y Bankia. Especialmente en municipios medianos y grandes de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía.

Para dar servicio a las zonas menos pobladas, el banco dispone de 17 oficinas móviles que recorren once provincias: Ávila, Burgos, Castellón, Ciudad Real, Granada, Guadalajara, La Rioja, Madrid, Segovia, Toledo y Valencia. De ellas, seis recorren localidades de Castilla y León, dos en la Comunidad Valenciana, La Rioja Castilla-La Mancha, y una en Andalucía y Comunidad de Madrid. Estas sucursales itinerantes hacen 52.550 kilómetros de media al mes y sirvieron para realizar el pasado año unas 220.000 operaciones, como retirar efectivo o pagar recibos e impuestos.

Goirigolzarri considera que, frente a la llegada de otros competidores en el sector financiero, la banca tradicional cuenta con una base de clientes «y confianza», basada en un «servicio excelente» y sus mejoras tecnológicas. «La banca tiene un enorme potencial de desarrollo y lo veo como oportunidad», aseguró.

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