El enfado de Urkullu con los empresarios cuando intervino en euskera en el congreso de la empresa familiar de Bilbao

El lehendakari pronunció uno de los discursos de apertura del congreso del Instituto de Empresa Familiar, que junto con los del Rey y el presidente de la institución, Andrés Sendagorta, servían para abrir la cita anual de los máximos responsables de estas sociedades de toda España. Como es habitual en todas sus intervenciones, tanto en público como en el Parlamento, el lehendakari inició su intervención en euskera para continuar luego en castellano. El texto en euskera no se limitaba a una bienvenida protocolaria, sino que se prolongó durante algunos minutos, entrando directamente en el mensaje que Urkullu quería trasladar: alabar el papel de los empresarios en el desarrollo social.

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Una parte de los asistentes comenzaron a carraspear, a elevar el nivel de lo que inicialmente fue un ligero murmullo e incluso algunos, pocos, se levantaron de sus asientos, en lo que parecía un amago de abandonar la sala. La tensión fue evidente porque Urkullu decidió interrumpir su discurso durante varios segundos, miró a la sala con cara de visible malestar y continuó con su intervención.

Fuentes cercanas a la Lehendakaritza han señalado que el incidente causó un profundo malestar en Urkullu, que consideró una falta de respeto y también de mala educación el murmullo que generó el uso del euskera en su discurso. El incidente también ha contrariado a los máximos responsables del Instituto de Empresa Familiar y en especial a su presidente, el empresario vasco Andrés Sendagorta, quien siempre ha argumentado la necesidad de mantener el máximo respeto institucional.

Una situación similar se produjo en la noche del pasado domingo, en el acto de recepción que había organizado el Instituto para dar la bienvenida a los empresarios de toda España desplazados a Bilbao para participar en el congreso anual. En ese acto, celebrado en el paraninfo de la Universidad de Deusto, también hubo un murmullo generalizado cuando el alcalde de Bilbao, José María Aburto, inició las primeras frases de su discurso en euskera.