Congreso de empresas familiares en Bilbao

Las empresas familiares consideran excesiva la presión fiscal sobre los salarios

El presidente del Instituto de Empresa Familiar, que ha pronunciado su discurso en la inauguración del congreso que ha comenzado este lunes en Bilbao con una destacada presencia de grandes empresarios del país, ha lanzado un mensaje para reclamar «moderación y evitar la polarización», al tiempo que ha reiterado la vocación de permanencia de las empresas que pertenecen al IEF. «Nosotros somos empresas de aquí», ha señalado.

«Sin el trabajo y esfuerzo de generaciones, nuestras empresas no serían lo que son y, desde luego, la prosperidad y bienestar de los españoles sería bien distinta. Ese legítimo orgullo que tenemos las familias empresarias por la labor realizada debe ser compartido por la sociedad y, concretamente, por nuestros gobernantes», ha apuntado Sendagorta en su discurso. El mensaje está ligado a la tensión y el distanciamiento que se ha producido en los últimos años entre el empresariado español y el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Los empresarios y en especial los que forman parte del colectivo del IEF -grandes empresas pero con accionistas de control reconocidos- no ocultan su malestar con la política del Gobierno, pero más en concreto con las descalificaciones personales que a veces se lanzan por parte de algunos ministros. «Las empresas familiares han demostrado un cuidado diferencial de sus trabajadores, una visión a largo plazo, una gran prudencia en lo financiero y un especial arraigo a la tierra. Esas cualidades, entre otras, son razones más que suficientes para impulsar las empresas familiares en beneficio de todos», ha indicado Sendagorta. Entre los asistentes, por cierto, está Rafael del Pino, presidente de Ferrovial.

Con el ministro de Inclusión Social y responsable de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, entre los asistentes al congreso, Sendagorta también ha reclamado una menor presión sobre los salarios por parte del presupuesto público. «Es preciso incentivar el empleo y gravarlo no parece la mejor manera de conseguirlo», ha advertido, para apostar por una rebaja sustancial de las aportaciones que gravan el coste laboral. «Revisemos la fiscalidad para conseguir, entre todos, que el salario neto que llega al bolsillo de los trabajadores esté lo más cerca posible del coste bruto que asumen las empresas», ha apuntado.

En torno al aumento de los salarios ha dejado claro que las revisiones deben tener como límite el mantenimiento y la mejora de la competitividad para garantizar la continuidad de las empresas. El presidente del IEF también ha concretado en el encuentro los principales retos que tienen las empresas familiares en la actualidad y que ha centrado en la necesidad de atraer el talento, la conciliación familiar y vital de los empleados, una estrategia de comunicación y transparencia más activa por parte de las compañías y el compromiso de luchar contra el desempleo.