«El teletrabajo es una amenaza para las mujeres»

La brecha salarial, el menor acceso a los puestos de responsabilidad o la desigualdad a la hora de conciliar trabajo y empleo son algunas de las ideas que sobrevolaron el coloquio 'Mujer y empleo: el papel fundamental de las mujeres en la reactivación económica', moderado por Lourdes Pérez, subdirectora de 'El Diario Vasco'.

Pérez recordó que la pandemia se ha cebado más con el empleo de las mujeres porque ellas desempeñan buena parte de los trabajos más castigados por el Covid. Al mismo tiempo, los sectores que han tirado del carro para salir de la pandemia «han sido aquellos con mayor presencia femenina: la sanidad, los servicios sociales e incluso la alimentación», según Tamara Yagüe, presidenta de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal. «Hemos tenido más capacidad de adaptación, resiliencia y liderazgo».

Ana Andueza Amann, vicepresidenta de la Fundación Novia Salcedo, recordó que la estructura del trabajo en España refleja una desigualdad entre sexos que el Covid ha agrandado. «El mercado es precario, temporal y tiene falta de calidad, sobre todo para las mujeres», denunció. Mientras esa realidad exista, «la tendencia que tendremos las mujeres a abandonar los puestos de trabajo será muy superior a la de los hombres».

También son las grandes perdedoras del teletrabajo, que les obliga a hacer «un doble esfuerzo», en opinión de María Rosa Valls, gerente de Asisa en Bizkaia. De ahí que pida a los hombres «corresponsabilidad y compromiso» para cambiar los roles que la sociedad todavía asigna a cada uno de los sexos en el momento de compatibilizar empleo y vida familiar. Por eso cree que «no basta con políticas de conciliación, sino que necesitamos un cambio total en la sociedad». En su opinión, el problema no es el acceso al trabajo, donde sí se percibe cierta igualdad «porque las mujeres estamos muy bien formadas». La cuestión es «la evolución de la carrera profesional, cómo podemos llegar a puestos de responsabilidad».

Ese es, a juicio de María Jesús Lorente, «el gran caballo de batalla: los empleos donde se toman las decisiones». Por eso, denuncia, no hay apenas mujeres al frente de asociaciones empresariales. «Hay buenas gerentes, segundas de a bordo. Tenemos la sensación de ser perfectas segundas. Pues pasemos a ser imperfectas primeras. Dejemos el perfeccionismo a un lado», animó.

La escasa presencia de la mujer en carreras técnicas como las ingenierías también es un debe del mercado laboral que, según María Rosa Valls «responde a un prejuicio de capacidades de género». Por eso anima a «educar a las hijas como a los hijos. Tenemos que hacerles ver que la ingeniería también es un camino profesional».

El lastre que suponen los estereotipos de género estuvo presente en cada una de las charlas de la jornada, que abordó otras cuestiones relacionadas con la mujer y el trabajo. Por ejemplo, el reto de la internacionalización para mujeres emprendedoras. María Rodríguez de la Rúa, directora de Inteligencia de Mercados del ICEX, cree que la falta de referentes femeninos hace que la mujer no esté muy presente en los procesos de internacionalización de las empresas. También «porque el trabajo y la vida familiar no son compatibles en muchos momentos del ciclo vital», o por una cierta falta de autoestima. «Tenemos que creer que somos capaces, aunque a veces si no tienes al lado a hombres que te apoyen, es muy difícil».