El Rey destaca en Bilbao que «el arraigo» es uno de los valores de la empresa familiar

En la misma línea, ha identificado este tipo de empresas con «el arraigo, que en algunos casos puede suponer una ventaja pero en otros también una dificultad a la hora de incentivar a las personas a desplazarse para trabajar en ellas». Así, no ha dudado en señalar que para contrarrestar esa dificultad es necesario «ofrecer servicios de calidad, educación para sus hijos, sanidad e infraestructuras. Y sabemos que no es sencillo», ha matizado.

El monarca ha recordado que hace apenas dos semanas también estuvo presente en el acto de celebración del 40 aniversario de la patronal vasca Confebask y ha resaltado el carácter emprendedor que distingue la historia de Euskadi. «Aquí, en el País Vasco, se unen con fuerza tradición, industria e innovación tecnológica, y la presencia de empresas de esta naturaleza es muy notable, tanto por el porcentaje de compañías como por el empleo generado», ha señalado. También ha destacado el importante papel que las empresas familiares juegan en la economía española.

Los cambios en los sistemas organizativos, la transformación digital y la necesidad de intensificar el esfuerzo de conciliación entre la vida laboral y la privada son tres retos que el Rey ha destacado en su discurso como claves en el futuro de las empresas, al tiempo que ha resaltado la gran capacidad que tienen las medianas y pequeñas compañías para adaptarse a esa necesidades. «Por ello, me gustaría rendir un especial homenaje a estas empresas, muchas de las cuales estáis aquí representadas, porque constituís un auténtico pulmón económico en estos territorios y contribuís a una verdadera vertebración del país. Vuestra presencia y compromiso son garantía de futuro para muchas personas», ha apuntado.

Felipe VI ha querido resaltar las diferencias sustanciales que existen entre lo que se conoce como empresas familiares y las compañías en las que se difumina la propiedad en decenas o miles de participaciones accionariales que impiden conocer al propietario de referencia. Así, ha puesto en valor «el conocimiento y cercanía que explica vuestra implicación y el hecho de saber que no es importante sólo lo que se hace sino cómo se hace. Es una manera de entender los negocios que impregna la cultura empresarial desde la familia basada en los valores, un activo intangible que ayuda a agrupar a las personas en torno a proyectos con un objetivo común: hacer que las cosas funcionen mejor», ha dicho.

El congreso de la empresa familiar también va a dedicar estos dos días en Bilbao un papel especial a las relaciones con Marruecos y el monarca no ha querido dejar pasar la ocasión para apuntar que «la presencia de empresarios marroquíes aquí puede ayudar a entender mejor la relevancia de las relaciones con nuestro país vecino», al tiempo que ha mostrado de nuevo su solidaridad por el terremoto que el país sufrió a principios de septiembre.

Por su parte, el lehendakari Iñigo Urkullu también ha mostrado el respaldo del Gobierno vasco a los empresarios por el riesgo y el papel que asumen en el progreso de la sociedad. «Euskadi necesita personas que den ese paso adelante, que emprendan, inviertan y arriesguen. Ningún país puede progresar sin esa aportación, sin ese impulso y determinación», ha señalado el lehendakari ante los principales representantes de la empresa familiar de España

Urkullu ha reiterado un mensaje que ya ha lanzado en varios foros empresariales, sobre las dificultad que implica tener una idea, ponerla en marcha y arriesgarla en una aventura empresarial que siempre resulta incierta. «El emprendimiento no es un camino fácil. Lo sabemos bien. Se necesita coraje, ganas y fuerza para iniciar un negocio. Muchas otras variables también, pero hoy valoro estas tres. El proceso parece sencillo: nos viene a la mente una idea, pensamos que podría ser buena y pensamos que podemos ponerla en práctica. Pero, de repente, nos vemos frente a un abismo. Se nos mueve el estómago, nos ponemos nerviosos, nos sentimos solos y, en ese momento, nos llenan de dudas. Sin embargo, decidimos dar un paso adelante. Eso es coraje, ese es el valor que hoy aceptamos y reconocemos», ha dicho el lehendakari.

«Euskadi necesita personas que den ese paso adelante, que emprendan, inviertan y arriesguen. Ningún país puede progresar sin esa aportación, sin ese impulso y determinación», ha insistido para reconocer el papel que desempeñan las empresas familiares, la mayor parte de ellas medianas y pequeñas. El lehendakari también ha aprovechado la oportunidad para reivindicar una gestión autonómica de los fondos de recuperación que proceden de la Unión Europea. Una reclamación de PERTE regionales que no ha tenido ningún éxito hasta ahora, pese a que es una reivindicación del Gobierno vasco desde que se diseñó el programa de fondos europeos en plena pandemia del covid.

También ha intervenido en la jornada inaugural del congreso del IEF el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que ha transmitido un mensaje conciliador del Ejecutivo con el colectivo empresarial. Al menos con el de las empresas familiares que, ha destacado Escrivá, «representa una estructura de propiedad que está detrás de un buen número de casos de éxito internacionales». El ministro ha destacado «la capacidad de resiliencia» de las empresas españolas, que han sido capaces de superar varias crisis seguidas «y crear más de 900.000 empleos en los últimos años».