Una decena de grupos aspiran a comprar las instalaciones de La Naval

La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, que desveló este viernes el resultado preliminar en la presentación de ofertas, destacó el enorme interés que ha suscitado la subasta de los activos del astillero. No se conoce sin embargo el futuro al que estarán dedicadas estas instalaciones.

La única oferta conocida está suscrita por el grupo Marina Meridional y ACS, con el objetivo de rescatar las actividades de reparación de buques, construcción de barcos de tamaño mediano de alta tecnología y también para desarrollar un proyecto de actividades industriales. Unas actividades que al parecer estarían centradas en la construcción de estructuras para el sector eólica.

El gran número de ofertas presentado sobre ese lote, que incluye los terrenos y la maquinaria pesada, hace presagiar que el ganador puede estar sin embargo en otro ámbito que no es industrial. Desde hacía tiempo se conocía el interés de varios grupos con importante respaldo financiero, que querían adquirir los terrenos de La Naval para convertirlos en un área logística. Una actividad que al menos en la fase de promoción y venta de naves genera márgenes mayores que la actividad industrial, lo que también permite a los interesados ofrecer cantidades más elevadas para la compra de ese suelo.

Fuentes consultadas por EL CORREO aseguran que el procedimiento de adjudicación es relativamente sencillo, ya que tan sólo debe atender al precio ofertado y no a otras consideraciones cualitativas. La posibilidad de valorar la creación de empleo o la riqueza que se pueda generar quedó atrás, cuando fue imposible adjudicar el astillero como 'unidad de negocio'. Un recurso judicial presentado por los sindicatos ELA, CAT y CC OO provocó tal inseguridad jurídica que ningún inversor se atrevió a realizar ofertas. El Tribunal Supremo rechazó la pretensión de los sindicatos –que perseguían anular el ERE con el que se despidió a los 170 trabajadores del astillero–, pero la sentencia llegó tarde para intentar vender el astillero como una empresa de construcción de buques.

Entre los lotes figuraban algunos vehículos antiguos –entre ellos una ambulancia–, programas informáticos, maquinaria diversa e incluso 26 maquetas de los buques construidos en los últimos años en el astillero.