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Cerca de 5.000 pensionistas llegados de todo Euskadi rodearon este jueves el Parlamento vasco –reunido en pleno– para hacer llegar sus reivindicaciones a las fuerzas políticas. Y es que, en opinión de sus representantes, ni los primeros acuerdos alcanzados para la formación de un ... nuevo Gobierno a nivel nacional ni los Presupuestos vascos pactados entre el PNV, el PSE y Elkarrekin Podemos les dan motivos para satisfacer sus objetivos; entre los que destaca la revalorización de las pensiones en función del IPC y que la paga mínima ascienda hasta los 1.080 euros. «No podemos esperar ni un minuto más», clamaron.
Más allá de solicitar que la Cámara autonómica promueva una declaración institucional en apoyo a las reivindicaciones de los pensionistas y que los grupos políticos impulsen en el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa que recoja sus demandas, la manifestación sirvió para censurar la ausencia de medidas de los ejecutivos central y vasco para corregir su situación. A Pedro Sánchez le reprocharon que «ha tenido desde junio de 2018 tiempo suficiente para garantizar por ley la revalorización automática de las pensiones y no ha hecho nada, no ha tenido voluntad».
«A juzgar por los acuerdos previos a la formación de un nuevo Gobierno tampoco vemos garantías suficientes de que lo vayan a hacer en los próximos meses. Y en los Presupuestos de la comunidad autónoma ni se mencionan nuestras exigencias de complementar la pensión de 1.080 euros», apuntaron sus portavoces en un evidente tirón de orejas al partido de Pablo Iglesias.
Y eso que varios de sus representantes no dudaron en sumarse a una manifestación que arrancó dividida en dos columnas –una arrancó en la Avenida de Gasteiz y otra en el barrio de Zaramaga– hasta converger en las inmediaciones del Parlamento para dar una imagen de unidad ante las voces críticas que han surgido en las últimas fechas por la huelga general convocada por ELA y LAB para el 30 de enero, sin el respaldo de UGT y CC OO. El comunicado del Movimiento de Pensionistas de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa sirvió para apoyar los paros porque están convocados «en defensa del sistema público de pensiones por una mayoría de organizaciones sociales, sindicales, de estudiantes y mujeres».
La tabla de reivindicaciones que registraron en la Cámara de Vitoria pide que se deroguen los «aspectos regresivos» de las reformas de las pensiones de los años 2011 y 2013, a la vez que plantea una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.200 euros con el objetivo de elevar los ingresos de la Seguridad Social. «Algunos de los que estamos aquí cobramos la pensión máxima. Estamos aquí por los jóvenes para garantizar el futuro», apuntó Juanjo Salazar, antiguo trabajador de la Administración, fijo en las concentraciones que cada lunes se celebran frente al Ayuntamiento de Bilbao y que viajó en uno de los 40 autobuses que llegaron hasta la capital alavesa.
El frío no templó los ánimos de los pensionistas. «Con lluvia y con sol se defiende la pensión», cantaba un grupo llegado desde la zona minera. «Yo no estuve en la primera concentración, pero inmediatamente me incorporé y ahora somos mi marido y yo quienes gestionamos el movimiento en Ortuella», apuntaba Teresa Junquera, pensionista después de haber sufrido un ictus. A pocos metros se encontraba Conchi Hernández, de Portugalete, que tras jubilarse hace un año procura no faltar a unas marchas que, a su parecer, no se deberían ceñir a los mayores. Reclama por ello una mayor presencia de jóvenes.
Porque en la cita había tantos casos como asistentes. La vitoriana Lourdes Egurzegi acaba de cumplir los 60 años y lleva un lustro en el paro después de trabajar de dependienta en supermercados. Ha constatado que encontrar empleo a esa edad es una misión casi imposible y más en el caso femenino. «Procuro no faltar a ninguna convocatoria. Hay que mostrar unidad entre todos,porque si no será complicado que alcancemos alguno de nuestros objetivos».
«No queremos buenas palabras, no queremos excusas ni retrasos. Queremos hechos que pongan fin a los problemas que nos afectan como personas pensionistas, tanto a nosotros como a las generaciones que nos van a suceder», apuntó Esperanza Ferrán en el comunicado leído en el pórtico de la Catedral Nueva de Vitoria. Un escrito en el que exigieron «garantizar el sistema público de pensiones y su financiación». «La unidad es nuestra fuerza y la movilización nuestra única garantía. Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden», concluyeron la multitudinaria concentración.
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