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Este viernes fue un gran día para el sector cooperativo vasco que ve como por fin, tras dos intentos legislativos y 26 años desde la última regulación, ha quedado aprobada la nueva Ley de Cooperativas de Euskadi. Según sus impulsores el marco legal del sector ... que databa de 1993 se había quedado obsoleta para hacer frente a los nuevos requerimientos del mercado en el que han de trabajar las cooperativas y la nueva legislación se convierte en un trampolín para favorecer su competitividad y asegurar la sostenibilidad y el relevo generacional de un sector que da empleo directo a más de 60.000 personas en Euskadi.
La tramitación de la nueva Ley de Cooperativas de Euskadi ha estado liderada por la consejera socialista María Jesús San José y en su preparación y redacción participó activamente el sector cooperativo, para después quedar refrendada por amplia mayoría, gracias a los votos de PNV, PSE, PP y el apoyo crítico de EH Bildu, mientras que Unidas Podemos no la ha apoyado, optando por abstenerse o votar en contra en función de los diferentes artículos.
Tras la aprobación de la ley la consejera María Jesús San José no ocultó su satisfacción porque la nueva ley «establece un nuevo marco normativo certero, respaldado por el conjunto del sector cooperativo, que pasa a disponer de instrumentos eficaces para su sostenibilidad empresarial». Asimismo expresó su convencimiento de que «sin perder los valores cooperativos» se dota a este entramado empresarial de «un instrumento útil para compaginar el carácter social avanzado de las cooperativas con el reto de competir en un mercado global empresarial».
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Desde el PNV, el parlamentario Aitor Urrutia ha resaltado que esta ley ofrezca seguridad jurídica a este sector y sirva de plataforma potente para el desarrollo de cooperativismo; a lo que la parlamentaria socialista, Gloria Sánchez, recalcó que se trata de una «buena ley» y que cuenta con un «amplio consenso» del sector; mientras que el parlamentario del PP Carmelo Barrio, destacó que se dota a las cooperativas de una nueva «herramienta», que «supera obsolescencias» de la anterior y debe de servir para crear empleo, impulsar el crecimiento industrial o la internacionalización».
EH Bildu ha dado su conformidad critica a la mayor parte del nuevo texto legal, oponiéndose entre otros aspectos a la ampliación de la capacidad de contratar a trabajadores por cuenta ajena hasta el 30%, factor que ha motivado el rechazo de Elkarrekin Podemos.
Uno de los aspectos vitales de la reforma legislativa responde a la traumática experiencia vivida con la caída de Fagor Electrodomésticos, que sacudió con fuerza a todo el movimiento cooperativo vasco y que puso en evidencia las lagunas de una ley que dejaba sin clarificar la imputación de pérdidas de las cooperativas. Así, la nueva ley blinda a los socios cooperativistas, éstos verán protegido su patrimonio familiar y personal, no se les podrán exigir responsabilidades económicas más allá de los fondos invertidos en la cooperativa.
Este factor es determinante, vital, para asegurar la pervivencia presente y futura de las cooperativas, ya que tras la caída de Fagor cundió el miedo entre los socios del resto de cooperativas de poder perder todo si su empresa iba mal, y a la vez un escenario que no blindaje estas cuestiones (que su estaban resueltas en las sociedades de capital) dificultaba que los trabajadores actuales o los jóvenes quisieran optar por el modelo cooperativo como vía laboral o de emprendimiento.
No se puede perder de vista que al igual que el conjunto de la sociedad vasca, el mundo cooperativo vive un proceso de envejecimiento claro y que la mayor parte de las grandes cooperativas tiene que realizar en los próximos años el relevo generacional que asegure la continuidad de las empresas.
En la nueva regulación también se ha introducido toda una batería de reformas para agilizar los proceso de las empresas en crisis, en toma de decisiones, tanto para continuar, como la liquidarlas; así como la posibilidad de que con escisiones o ventas se puedan salvar partes de la empresa y que no caiga todo como un castillo de Naipes.
Otro de los aspectos vitales de la nueva Ley de Cooperativas de Euskadi es que dota de mayor flexibilidad para el funcionamiento de las cooperativas y para adaptarse a las situaciones cambiantes del mercado, tanto a los picos de trabajo, como a las caídas de demanda.
De esta forma el nuevo marco legal eleva hasta el 30% la tasa de trabajadores contratados por cuenta ajena de las cooperativas en relación con los socios. Además se establecen una serie de salvedades, para coyunturas específicas, por las cuales se podrá sobrepasar la tasa del 30%.
Este ha sido el punto más polémico del debate parlamentario en la aprobación de la ley, ya que es el motivo principal por el que no la ha apoyado el grupo Elkarrekin Podemos, en que su portavoz José Ramón Becerra ha asegurado que implica una perdida radical de los valores cooperativos, al aumentar la desigualdad entre trabajadores socios y no socios,por que con «igual trabajo habrá distinto salario» y menos derechos. «En una cooperativa cuando al desigualdad entra por la puerta, el futuro del cooperativismo sale por la ventana», señaló. También critico esta medida EH Bildu (aunque finalmente respaldó la ley, pero voto en contra de este punto) al considerar también que es una medida que provoca desigualdad entre los trabajadores y su portavoz Larraitz Ugarte emplazó en varias ocasiones a la Inspección de Trabajo a ser menos benévola con las cooperativas y comprobar si realmente se cumplen con los límites a la contratación temporal en estas sociedades.
Por el contrario, desde PNV, PSE y PP se ha defendido esta ampliación del límite de trabajadores por cuenta ajena en las cooperativas como una medida necesaria para asegurar la competitividad empresarial y rechazando de plano que implique precariedad laboral o desigualdad de derechos.
Otra gran novedad e la ley es que también se permite que el 30% de los miembros de los consejos rectores de las cooperativas puedan ser no socios, lo que ayudará a la profesionalización de los órganos de gestión, así como a la captación de profesionales independientes que aporten conocimientos de gestión y mercados.
El Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi (CSCE-EKGK) califica a la nueva ley aprobada como «un hito significativo en la línea de reforzar el Movimiento Cooperativo Vasco» y sentar las bases para su competitividad, pero lamenta que en la tramitación de la ley no se haya establecido la participación de las cooperativas en el consejo de administración del servicio de empleo vasco Lanbide.
Desde Corporación Mondragón, a través de su revista 'Tu Lankide', muestran su satisfacción por la aprobación del nuevo marco legal y el amplio consenso logrado en el Parlamento vasco, para después explicar a las cooperativas que «la nueva norma entrará en vigor 30 días después de su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco y las cooperativas tendrán dos años para la adaptación de sus estatutos a la nueva Ley».
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