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Manu Alvarez
Jueves, 29 de diciembre 2022, 00:54
Los despachos de abogados de Madrid que actúan como asesores de grandes patrimonios están desbordados estos días. Sus clientes son presa de una urgencia inaplazable, ... para estructurar su patrimonio antes del 31 de diciembre, con el objetivo de minimizar el impacto del nuevo Impuesto sobre Grandes Fortunas. La donación de una parte del patrimonio -principalmente hijos y cónyuges- se ha convertido en una de las vías de escape para intentar reducir las propiedades a nombre de un mismo contribuyentes y reducir con ello la factura tributaria y la progresividad del nuevo impuesto. Y ello aunque la operación tiene un buen número de efectos colaterales, como la contabilización de plusvalías en los donantes, junto al riesgo lógico de perder definitivamente el control sobre los activos que se ceden.
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«Se prepara una auténtica oleada de recursos legales contra el nuevo impuesto -aseguran en un despacho fiscalista de Madrid-, porque frente a la tesis inicial de rebelarse se ha impuesto el criterio racional. Primero se paga y a continuación se recurre hasta donde haga falta».
Hasta ahora, añaden en el sector del asesoramiento tributario, los grandes patrimonios de Madrid habían «descuidado su planificación fiscal». Esto es, no se habían preocupado en exceso por crear estructuras adecuadas y legales para reducir la presión fiscal sobre el patrimonio. «Sencillamente, porque no lo necesitaban. Ahora están teniendo que hacerlo a marchas forzadas y en un tiempo récord», añaden. En ese caldo de cultivo es donde se han disparado las donaciones a familiares directos.
Otra de las carreras de última hora entre los grandes patrimonios madrileños se disputa en la 'adaptación' de muchas empresas familiares. El Impuesto de Grandes Fortunas, al igual que el de Patrimonio, establece la exención del valor de las participaciones en este tipo de sociedades mercantiles, aunque establece varias condiciones. Entre ellas una participación mínima y que la sociedad tenga, al menos, un empleado a sueldo. Muchos contribuyentes de la Comunidad de Madrid habían descuidado estos 'pequeños' detalles, porque no estaba preocupados al estar exentos del Impuesto de Patrimonio. La aplicación del de Grandes Fortunas les ha devuelto ahora a la necesidad de rescatar y depurar estructuras de ordenación de su patrimonio que creían innecesarias. Y todo en un tiempo récord, ya que la tramitación parlamentaria y al entrada en vigor del nuevo impuesto se ha realizado de forma acelerada en el último mes.
El trabajo de los despachos fiscalistas que atienden a este colectivo va a seguir en ebullición. «Primero para atender la liquidación del impuesto y luego para recurrirlo», concluyen.
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