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«Necesitamos tender puentes con Euskadi porque es la que más ha tirado de la industrialización». Así se expresó este jueves el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, en el foro 'Objetivo Actualidad' organizado por EL CORREO y Petronor. Un encuentro en el Palacio ... Euskalduna con más de un centenar de representantes institucionales, políticos, sociales y empresariales en el que defendió el papel de la industria para reforzar la economía, la «creación de empleo más sólido y con mejor remuneración» y, además, para «mantener una defensa estratégica de elementos clave como la energía y la cadena de suministros». Una parte, esta última, que ha quedado en evidencia ante el escenario abierto con la guerra en Ucrania.
La crisis energética desatada tras la invasión rusa del país presidido por Volodímir Zelenski llegó después del problema en las cadenas logísticas que paró la producción en muchas plantas tras la pandemia. Un conjunto de elementos que, según explicó el responsable de la cartera de Industria y Turismo del Gobierno, «nos llevaron a replantearnos cuestiones que dábamos por hechas como el sistema de abastecimiento y la defensa de un país».
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En esta coyuntura ubicó la situación de Alemania. El país gobernado por Olaf Scholz atraviesa un enfriamiento de su economía que, como principal comprador industrial de España y Euskadi, está frenando a «nuestra industria». Según relató Hereu, la dependencia del gas ruso forzó a los germanos a cambiar rápidamente su estructura energética evidenciando los problemas de una globalización «que no podemos confundir con ingenuidad». Aun así, se mostró convencido de que «Alemania se irá recuperando».
Por todo ello, Hereu reclamó la necesidad de un «pacto industrial», un esfuerzo ante la oportunidad que se abre y que puede generar un «acuerdo entre diferentes» que sirva de «refugio» ante la crispación política y que «trascienda incluso a este Gobierno y a esta legislatura». Para el ministro sería algo que ayudaría, además, «a la cohesión y el diálogo entre los territorios» articulándose en una nueva Ley de Industria. El Ejecutivo prepara esa nueva norma por exigencia de la UE y porque la legislación actual data de hace más de 30 años, de 1992. Para esa apuesta pidió el respaldo del País Vasco por «el liderazgo que ha mantenido históricamente en el desarrollo industrial».
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Prueba de ello, señaló Hereu, son los 358 millones que 283 empresas vascas han recibido de los PERTE de los fondos europeos. Se trata de la línea de ayudas destinada a proyectos estratégicos y vertebrada por áreas industriales que adjudica el Gobierno central. Para el ministro, Euskadi «está llena de empresas innovadoras, que presentan buenos proyectos». Unos datos que aprovechó para explicar que es la calidad de los proyectos el eje que debe decidir la asignación y no la territorialidad, desechando la alternativa de los PERTE regionales que viene pidiendo el Gobierno vasco para participar en el reparto de estas ayudas.
El presidente de EL CORREO, Enrique de Ybarra, alertó sobre «el momento determinante que atraviesa la industria vasca» para mantener esa vocación histórica. El reto es, recordó Ybarra, preservar en las actuales circunstancias el peso del 22% del sector en la producción empresarial. Una cuota que es garantía del sistema de bienestar en Euskadi.
En cuanto al PERTE del vehículo eléctrico, son 155 millones de euros los que en la segunda convocatoria se han repartido Mercedes, Irizar, Basquevolt, Jema Energy o Mugape. La línea agroalimentaria ha alcanzado a 67 empresas vascas con más de 16 millones de euros. El PERTE naval, por su parte, ha supuesto para Euskadi 40 millones en ayudas. Y para la descarbonización, que cuenta con mil millones, se han recibido 120 solicitudes, de las que 16 son vascas.
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Estos recursos deben ejecutarse antes de 2026 y Hereu defendió la necesidad de que se extiendan más allá de ese año. «Hay que abrir una reflexión post Next Generation» para que esta acción europea se mantenga en el futuro. Eso lo apuntó tras reconocer que ahora el reto es el de «ejecutar» esas adjudicaciones.
El presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, recordó que en 2022, con la guerra de Ucrania, se puso el foco en dos elementos: la energía y la defensa. Cuestiones que se han convertido en claves para la industria, que han revalorizado el papel de la tecnología y que son las que establecerán el futuro entre los competidores.
En cuanto al impuesto especial con carácter temporal que el Gobierno de España decretó para las energéticas, el ministro reconoció que «está en diálogo». Aun así, defendió que la fiscalidad «debe ayudar a las políticas públicas», pero admitió que «no debe ser una barrera a la inversión». Y es que compañías como Repsol han advertido de la posibilidad de llevar fuera de España actuaciones estratégicas para el desarrollo de renovables si el Ejecutivo mantiene esta figura impositiva. Hereu consideró que «creo que eso no pasará».
Las energéticas vienen reclamando que si la figura se mantiene, al menos se establezcan deducciones por las inversiones realizadas en infraestructuras de energía renovable. Una petición que respaldó también el PNV en un acuerdo con el Gobierno para tramitar el decreto que extendió algunas de las medidas anticrisis el pasado diciembre.
El responsable de la cartera de Industria también se refirió al choque de los dos gigantes energéticos españoles, Iberdrola y Repsol, por su diferente apuesta por la electrificación y el combustible sintético. Una pugna en la que la eléctrica ha denunciado a Repsol por publicidad engañosa en la promoción de su combustible sintético neto en emisiones de CO2. Hereu señaló que se trata de «debates que respeto y lo que pido es que inviertan en transformación industrial y tecnología».
Aunque sobre la electrificación del vehículo sí reconoció que «tiene elementos problemáticos, como los puntos de recarga» y que «no hay un mapa claro en España», insistió en la necesidad de avanzar en esa apuesta porque si no «la ganarán otros», en referencia a China.
Tras la guerra de Ucrania, los países de la OTAN se han comprometido a destinar al menos el 2% de su producto interior bruto a Defensa. Es un sector en el que diferentes empresas vascas como Sener, ITP Aero, Sapa Placencia o Aernnova tienen una facturación destacada.
El ministro de Industria insistió también en que «hay que dedicar más esfuerzo a Defensa» y defendió la necesidad de desarrollar economías de escala entre los diferentes países europeos. Se trata, explicó, de fijar prioridades en la fabricación de tipos de tanques o aviones y no «hacer todos de todo».
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