El Gobierno vasco cree que «alguien debería disculparse» con Urkullu por el incidente con el euskera

El presidente del Instituto, Andrés Sendagorta, ha eludido hoy esa petición de disculpas que reclama el Ejecutivo vasco, para señalar sin embargo que había «entrado en contacto con el lehendakari», al tiempo que reconocía que «los vascos tenemos que reclamar sensibilidad hacia el euskera y tenemos que hacer más pedagogía». Una frase que se ha interpretado como un ligero tirón de orejas a quienes mostraron son sonidos su discrepancia por el hecho de que Urkullu emplease el euskera en la primera parte de su discurso en la jornada inaugural del congreso. Sendagorta no ha querido desvelar el tono concreto de su comunicación con Urkullu, pero sí ha señalado que «mantenemos una estrecha relación, la comunicación con el Gobierno vasco es permanente». El incidente choca además con la permanente reclamación de respeto institucional que mantiene el IEF y su presidente, en este caso referido a las acusaciones que se han producido en algunos momentos contra destacados empresarios españoles por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente del IEF, en este caso como presidente de la ingeniería vasca Sener, volverán a coincidir el próximo lunes en la colocación de la primera piedra de las nuevas instalaciones de la empresa en el Parque Tecnológico de Bizkaia.

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El enfado de Urkullu con los empresarios cuando intervino en euskera en el congreso de la empresa familiar de Bilbao

Manu Álvarez

Las primeras palabras en euskera de Iñigo Urkullu ante el más de medio millar de empresarios congregados en el Palacio Euskalduna provocaron este lunes tensión en el auditorio, algunos focos de protesta y todo ello un visible malestar en el lehendakari, cuya cara reveló que consideraba lo sucedido como una falta de respeto.

El lehendakari pronunció uno de los discursos de apertura del congreso del Instituto de Empresa Familiar, que junto con los del Rey y el presidente de la institución, Andrés Sendagorta, servían para abrir la cita anual de los máximos responsables de estas sociedades de toda España. Como es habitual en todas sus intervenciones, tanto en público como en el Parlamento, el lehendakari inició su intervención en euskera para continuar luego en castellano. El texto en euskera no se limitaba a una bienvenida protocolaria, sino que se prolongó durante algunos minutos, entrando directamente en el mensaje que Urkullu quería trasladar: alabar el papel de los empresarios en el desarrollo social. Una parte de los asistentes comenzaron a carraspear, a elevar el nivel de lo que inicialmente fue un ligero murmullo e incluso algunos, pocos, se levantaron de sus asientos, en lo que parecía un amago de abandonar la sala. La tensión fue evidente porque Urkullu decidió interrumpir su discurso durante varios segundos, miró a la sala con cara de visible malestar y continuó con su intervención.

Una situación similar se produjo en la noche del pasado domingo, en el acto de recepción que había organizado el Instituto para dar la bienvenida a los empresarios de toda España desplazados a Bilbao para participar en el congreso anual. En ese acto, celebrado en el paraninfo de la Universidad de Deusto, también hubo un murmullo generalizado cuando el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, inició las primeras frases de su discurso en euskera.