Siemens Gamesa justifica el traslado de su dirección de Zamudio a Madrid por «la oferta de tráfico aéreo»

«En relación con la ubicación de las personas –ha desvelado hoy el consejero delegado de la compañía, Jochen Eickholt- tenemos que atender y analizar los elementos prácticos de los que hacemos. Y entre esos elementos prácticos, por ejemplo, está la accesibilidad a las conexiones del tráfico aéreo». Con ello, ha querido trasladar la idea de que la alta dirección de una multinacional necesita tener una amplia oferta de conexiones aéreas –no una sino muchas alternativas en un mismo día a un destino lejano-, ya que viajar forma parte de sus obligaciones cotidianas.

Lo cierto es que ya la práctica totalidad del poder corporativo de Siemens Gamesa, que conserva en el País Vasco su sede social –una mera localización burocrática-, se ha deslocalizado y está en Madrid. Es el fruto de un progresivo alejamiento de Euskadi, que comenzó de forma tímida en 2017 con la compra de Gamesa por parte de Siemens y que ha alcanzado ahora todo su desarrollo y visibilidad. Así, de las primeras posiciones de poder en el organigrama de la compañía ya sólo permanece en las oficinas de Zamudio la dirección del negocio de generación terrestre, precisamente la actividad que está sumida en una profunda crisis y genera la mayor parte de las pérdidas que arrastra la compañía desde hace tres años. De nueve altos directivos que conforman la cúpula –incluída la presidencia, aunque no tiene poderes ejecutivos- ya sólo uno, Lars Bondo, responsable del negocio 'on shore', permanece en Euskadi. Todo lo demás se ha ido.

Siemen Gamesa ha anunciado esta semana que su nuevo director de operaciones, Tim Dawidowsky, tendrá su despacho en Madrid. Su antecesor en el cargo –un área del que dependen cuestiones fundamentales en la actividad económica que despliega la empresa, como es el departamento de compras-, Christoph Wollny, tenía su centro de operaciones en el edificio corporativo que posee la compañía en el Parque Tecnológico de Bizkaia. Ha sido el último paso de un desmontaje que afecto antes a las cúpulas de Recursos Humanos, Finanzas, Secretaría General –de quien depende todo el área jurídica- y al máximo ejecutivo, el consejero delegado.

El pasado mes de febrero, cuando Siemens Gamesa anunció que trasladaba a Madrid a su primer ejecutivo, Jochen Eickholt, -en realidad para él no era un alejamiento sino todo lo contrario, un acercamiento al lugar donde ya estaba el grueso de sus colaboradores-, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, reaccionó con rotundidad. «Es una decisión que nos genera intranquilidad y desconfianza», dijo la consejera. Las palabras, sin embargo, no han hecho mella en la multinacional eólica –es la segunda compañía en el ranking mundial de este sector-, que ha mantenido invariable su estrategia de concentrar el cuartel general en Madrid. Además, la dirección del negocio de generación marina, el que se intuye que tiene un mejor futuro en el sector eólico porque sus márgenes de negocio son más amplios y hay menos competidores en el mercado, está asentada en Dinamarca.