«La recuperación de Petronor depende de la velocidad de la vacunación»

- ¿Petronor perdió dinero el pasado año?

- No le puedo anticipar el resultado pero.... digamos que fue bastante malo. No podía ser de otra manera.

- La leyenda urbana apunta a que Petronor nunca puede perder dinero.

- Vaya que si puede. El parón de la movilidad ha sido tremendo y eso nos ha llevado a una baja actividad durante todo el año.

- El precio del petróleo está subiendo estos días y se encuentra ya en torno a los 60 dólares el barril. Eso siempre supone beneficios para las petroleras, porque se traduce en una revalorización de las existencias.

- Es cierto, pero no suelo perder el tiempo con esas cosas. A mí lo que me preocupa es la rentabilidad de la instalación, del refino. Ese efecto patrimonial unas veces es positivo y otras, cuando baja el precio del petróleo, negativo. Además es un factor que nosotros no podemos controlar. Esto del efecto del precio del petróleo es como el 'Dragon Khan'.

- ¿Cuándo recuperará Petronor una actividad plena? ¿Es capaz de anticipar una fecha?

- Imposible. La recuperación de Petronor depende de la velocidad de la vacunación. Nadie tiene ya dudas de que la normalización de la actividad está ligada a la vacunación.

- Pues entonces tiene razones más que sobradas para estar preocupado. Visto el ritmo al que vamos...

- Y lo estoy. Es la prueba evidente de que salud y economía van siempre de la mano. Confío en que en el segundo semestre del año pueda escampar y comenzar a ver horizontes más claros.

- Hay quien sostiene que la salida puede ser parecida a los periodos de postguerra. Un tirón brutal de la economía.

- Yo apostaría por algo más natural, menos brusco.

- Desde el pasado mes de mayo la capacidad de producción de Petronor está recortada. Y sin embargo ustedes no han aplicado un ERTE a la plantilla. Cuando menos es extraño.

- Le reconozco que esa decisión fue compleja de adoptar. Optamos por una estrategia distinta. Era evidente que una parte de la plantilla iba a tener menos trabajo o incluso a no tener ninguno. Pero en vez de aplicar un ERTE, optamos por emplear ese tiempo y a la gente en tareas de formación.

- Es, me temo, un lujo que sólo se puede permitir una compañía potente, con mucho colchón.

- Fue una decisión apoyada por el accionista de referencia, Repsol, y digamos que se enmarca dentro de una responsabilidad social de la compañía. Es cierto, se puede hacer cuando tienes músculo. Pero no podemos perder de vista que los músculos también se atrofian y debilitan si no se trabajan adecuadamente. Esto también sirve para nosotros.

- Costas les ha abierto un expediente relacionado con lo que se conoce como la 'planta de coque', inaugurada en 2013. ¿Le preocupa?

- Nos ocupa. A nadie le gusta ser objeto de un expediente que está abierto. Pero estamos tranquilos porque tenemos argumentos suficientes para defender todo el proceso administrativo que se hizo entonces. Se hizo con total respeto a la legislación vigente.

- En la peor hipótesis para la empresa en torno a la resolución de ese expediente, ¿puede suponer una orden de desmantelamiento de la instalación?

- No. Y lo digo con rotundidad. Eso, al menos, es una interpretación razonable del Derecho. En interpretaciones poco razonables... puede pasar cualquier cosa.

- ¿Se puede elucubrar con una fecha a partir de la cual ya no se utilice el petróleo en nuestra sociedad?

- En mi opinión esa fecha no existe. Al menos no con las tecnologías que conocemos en la actualidad y están al alcance de nuestras manos. Se va a producir un reacomodo, una variación en el 'mix energético', van a cambiar las cuotas de mercado de las diferentes energías y lógicamente las fuentes renovables van a ganar protagonismo. Pero pensar hoy en terminar con los hidrocarburos es tanto como predecir un 'shock' en la actividad económica. Por cierto, ya hemos aprendido lo que sucede cuando hay un 'shock' en la actividad.

- Sin embargo, la moda apunta precisamente al objetivo de acabar con el uso del petróleo.

- Cuando se habla de transición energética se habla también de sostenibilidad y no sólo en términos medioambientales, sino también económicos. Esa transición debe favorecer el cambio de unas energías a otras, pero sin destruir la economía. La energía es el motor de la economía. Además, iría en contra de la lógica.

- ¿A qué lógica se refiere?

- A la que te lleva a pensar que en las próximas décadas la demanda de energía va a crecer en el mundo y de forma importante. Va a crecer la población y también la parte de ella que está urbanizada, que se incorpora a un esquema de vida en el que la energía juega un papel decisivo. El confort, la movilidad, están ligados al consumo energético. Y las renovables tienen sus limitaciones. Tiene que soplar el viento o haber sol, hay limitaciones en el almacenamiento. Nuestra tecnología no es capaz por ahora de resolver esa ecuación. Le puede sorprender, pero estoy convencido de que la energía nuclear tiene futuro.

- Me ha sorprendido, lo reconozco. ¿A estas alturas?

- Sí, va a aflorar. Hay países del norte de Europa que comienzan a planteárselo de forma seria. No las nucleares que conocemos, las de vieja tecnología, pero sí centrales modernas, mucho más pequeñas. Estoy convencido.

- Ustedes han presentado esta semana el 'Corredor del hidrógeno'. Está de moda el hidrógeno...

- No es nuestro caso, porque llevamos mucho tiempo trabajando en esto. Aunar a unas 80 empresas e instituciones no se hace en dos días y llevamos más de un año con ello. Pero le reconozco que vivimos en una especie de fogonazo de marketing en torno al hidrógeno. La pandemia y la voluntad de la UE ha acelerado algo que estaba ahí, en fase de preparación lenta.

- Pero esa tecnología no es competitiva hoy. ¿Necesitará ayudas públicas?

- Seguro. Todos los desarrollos en el mundo de la energía han necesitado de la colaboración público-privada.

- Imagino que poner de acuerdo a decenas de empresas e instituciones en un mismo proyecto no ha sido sencillo.

- Nunca lo es, pero creo que es una prueba de generosidad por parte de todo el mundo. Pero no es una pose o una campaña de marketing. Nos hemos puesto de acuerdo porque nos necesitamos. Así de simple.

- Al menos, de momento, han generado una cierta... llamémosle ilusión en el terreno de la economía y el empleo.

- Sí, seguro. Pero también le recuerdo que de ilusión no se come. Ahora hay que darle contenido real a todo eso y empujar para convertirlo en algo sólido. Dicho de otra forma, para que además de ilusionarnos se pueda comer de ello.