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El despacho desde el que se toman las grandes decisiones en Eroski está empapelado de fotografías a gran tamaño de personas. De las personas que ... comparten más tiempo con la nueva máxima responsable del timón de la entidad, Rosa Carabel. Imágenes de miembros de su equipo y de su propia familia trasladan el sello que la primera ejecutiva de la cooperativa de alimentación quiere llevar a todo el grupo: «Un liderazgo humano y cercano que apuesta por las personas».
Carabel acaba de estrenar el puesto al frente de la cooperativa y sucede así a Agustín Markaide. Esta gallega de nacimiento viene de una de las marcas asociadas a Eroski y ha desempeñado en la entidad responsabilidades clave, como la dirección financiera en el momento de refinanciación de la deuda. Ello le da un profundo conocimiento de la casa para afrontar una nueva expansión en un contexto económico lleno de incertidumbre.
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- ¿Está cansada del cliché de ser presentada como la primera mujer que dirige Eroski?
- Es algo más externo que interno. Aquí se ve con normalidad, el 77% de los mandos en nuestra casa son mujeres. No estoy aquí por ser mujer, tengo las capacidades y habilidades. Lo que sí evidencia esto es que hay cosas que no están resueltas en esta sociedad.
- Llega tras Agustín Markaide, que ha afrontado en su mandato uno de los retos más complicados de Eroski: la deuda. ¿Cuál será el 'sello Carabel' en su gestión?
- Me gusta hablar con orgullo de la etapa liderada por Agustín. Solo tengo admiración porque nos ha permitido estar donde estamos hoy con su estilo, cercano, humilde y didáctico. Obviamente soy distinta, pero me gustaría trasladar esa imagen de persona cercana, de líder humano y cercano a los equipos para seguir la hoja de ruta y con aspiraciones a crecer también fuera de nuestro perímetro natural del norte.
- Sí, pero después de normalizar la deuda y obtener un beneficio récord el pasado año, ahora se enfrentan al reto de la escalada de los precios.
- Llegué a la dirección general el 5 de marzo de 2020. Nos impactó la pandemia, sus olas sucesivas. Luego la subida de precios que se inicia el pasado octubre, la guerra de Ucrania en febrero, que agudiza la crisis del IPC, la huelga del transporte... Si algo hemos aprendido, es que tienes que tener claro a dónde quieres llegar y manejar el timón todo el rato porque cada semana pasa una cosa.
- ¿Cree que nos enfrentamos a una recesión?
- Es una posibilidad, pero no veo en septiembre una recesión tan drástica como la que vivimos en 2008. Lo que sí detectamos hace tiempo son cambios en el consumidor. Cambia en su forma de compra desde dos puntos de vista: compra más marca propia de la que compraba antes, o más producto económico, y compra menos unidades. Es algo que estamos trabajando y gestionando.
- ¿Van a reducir la oferta de marcas?
- No estamos quitando referencias, pero sí premiando mucho nuestra marca propia, tratando de promocionarla y de mejorar su competitividad. Estamos haciendo una apuesta importante.
- Y eso ¿supone una bajada de precios para hacer frente al IPC?
- No podemos hablar de una bajada de precios porque no es así. Sí de ajustar márgenes para promocionar nuestra marca. Pero es que nadie ha bajado los precios. Todos sin excepción hemos subido los precios, y nosotros de los que menos.
- ¿Sorprendería saber quién es el que más lo ha hecho? Seguro que lo sabe.
- Sí. No voy a ser yo quien lo diga, pero el consumidor es muy inteligente.
- ¿Qué le preocupa más: el parón en el consumo por una recesión o el incremento de los costes de operación?
- Haya recesión o no, vamos a comer. Este negocio es muy resiliente, aunque no es lo mismo gestionar en un entorno o en otro. La inflación desmedida está generando unos incrementos de costes preocupantes, es como una espiral que impacta absolutamente a todo: la energía, el combustible...
- En Euskadi han surgido voces empresariales que señalan una pérdida de competitividad. ¿Nos hemos dormido en los laureles?
- Yo no diría que nos estamos durmiendo, pero sí que tenemos que apretar un poco el acelerador. Es muy importante mejorar la competitividad y la productividad empresarial. Eso tiene que ser un foco.
- ¿Hemos de subir el IPC en los salarios?
- No puede ser la imposición a las empresas de incrementos salariales brutales que no son capaces de asumir. Hay que buscar el equilibrio porque los salarios tienen que estar a la altura de lo que el entorno exige.
- Y en este contexto, ¿qué previsiones de resultados tienen para este año? ¿Repetirán los 105 millones de beneficio del pasado ejercicio?
- Seguramente no. Pero tendremos unos buenos resultados, esperamos estar cerca también este año de esa cifra.
- ¿Se mantiene también el plan de expansión con las 300 aperturas hasta 2024?
- Sí, lo mantenemos. Nos replegamos en su momento porque lo necesitaba la situación, pero ahora es el momento de crecer también fuera de nuestro perímetro del norte. Tenemos una apuesta muy importante en esto.
- Aunque ya normalizada, quedan 950 millones de euros de deuda. ¿Cómo se afrontan?
- Estamos diseñando una hoja de ruta para los próximos años apoyados en la capacidad de generar ratios normalizados y lo que nos gustaría es poder mantener el tamaño que tenemos hoy, seguir creciendo.
- O sea, pagar la deuda con los beneficios sin tener que vender más activos.
- Ese sería el escenario idóneo.
- Además de la alimentación, el grupo cuenta con negocios como los viajes, las gasolineras, las tiendas de deportes de Forum... ¿Qué papel van a jugar?
- Nuestra prioridad debe ser la alimentación y con estos negocios hemos de encontrar la alternativa estratégica que garantice su continuidad y su éxito.
- ¿Y eso pasa por dar entrada a socios en su gestión?
- No me voy a posicionar, pero lo que buscamos es la mejor alternativa. En algunos casos como con los viajes pasa por la digitalización, nuestra apuesta es garantizar el negocio. Y en el caso de las gasolineras, que son un complemento interesante a la alimentación, somos conscientes de que tenemos que hacer una reflexión para este negocio que tiene que ver con el mundo del automóvil.
- ¿Veremos electrolineras de Eroski?
- Pues algo tendremos que hacer.
- ¿Van volver a realizar inversiones inmobiliarias?
- No en el corto plazo, rotundamente no.
- ¿Cada cuánto hace la compra para su casa?
- Una vez a la semana. Y la hago por internet y presencial. Todas las semanas voy a la tienda.
- Y ¿cuánto cuesta el litro de leche de su marca básica?
- Pues está a setenta y pico céntimos. La básica, 0,78 euros.
La subida del precio de la luz provocó que la factura para Eroski en este capítulo se incrementara en 28 millones de euros el pasado año. Un gasto que afecta a una parte importante de la operativa de la marca, que necesita gran capacidad de refrigeración para sus alimentos frescos, así como iluminación para sus instalaciones y supermercados. El escenario futuro que manejan, tal y como explica su primera ejecutiva, es que la energía siga al alza hasta el año que viene. En este sentido, la CEO de la cooperativa no cree que la subida de impuestos a las energéticas «vaya a ayudar, no creo que sea una medida que ayude a paliar la inflación».
Carabel señala que «la información que manejamos del mercado de futuros de la energía eléctrica es que el año que viene todavía va a subir más».
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