Egipto trata de liberar a contrarreloj el Canal de Suez para salvar el comercio mundial

La primera hipótesis fue que el desvío de la nave se produjo por una enorme tormenta de arena, pero no está del todo claro. El Gobierno de Egipto, de hecho, aseguró ayer que ese efecto climatológico no fue la «causa principal» del encallamiento. El director de la Autoridad del Canal de Suez, el almirante Usama Rabie, explicó que existen «otros factores» y llegó a hablar de un «error humano o técnico». Mientras tanto, el tapón va aumentando.

Las autoridades explicaron que alrededor de 321 barcos están a la espera de que se desbloquee el canal. Una tarea «difícil» de concretar, reconoció Rabie en una rueda de prensa, en la que especificó que hay hasta catorce remolcadores implicados en los trabajos, lo que ha permitido lograr «avances».

Pero el buque continúa encallado. Ayer dio comienzo una operación para remolcar el gigantesco barco, de 400 metros de eslora -una longitud de cuatro campos de fútbol-, tras la excavación realizada en torno a la proa atascada del mismo, según informó el director de la Autoridad del canal.

De la misma manera, la firma holandesa Boskalis, propietaria del equipo de respuesta de emergencia contratada para ayudar en las operaciones de rescate, indicó que los esfuerzos podrían tardar unos días siempre y cuando hagan acto de presencia remolcadores todavía más pesados.

«Con una capacidad combinada de 400 toneladas, llegarán este fin de semana. Esperamos que una combinación de remolcadores, el dragado de arena en la proa y la marea alta nos permita soltar el barco a principios de la próxima semana», señaló esperanzado Peter Berdowski, director ejecutivo de Boskalis. Esa gran marea alta se espera para esta misma tarde y podría «ser de gran ayuda» para los equipos técnicos que intentan liberar el barco, afirmó Plamen Natzkoff, experto de VesselsValue. «Si no logran desencallarlo, la próxima marea alta no llegará hasta dentro de quince días y eso podría ser problemático», añadió.

Los esfuerzos, en todo caso, van en varias direcciones. Durante el fin de semana una grúa terrestre ayudará a aliviar el peso mediante la descarga de sus contenedores. «Si no logramos soltarlo la semana que viene, tendremos que sacar unos 600 contenedores de la proa para reducir el peso», sostienen los expertos.

Otras previsiones son más optimistas. El presidente de Shoei Kisen, propietario del portacontenedores de más de 220.000 toneladas, Yukito Higaki, se mostró más confiado y declaró que espera que el navío sea desbloqueado hoy mismo. «Estamos eliminando los sedimentos con herramientas adicionales», indicó. «No tiene vías de agua. No tiene ningún problema con el timón ni las hélices. En cuanto sea reflotado, debería funcionar».

No obstante, la sociedad contratada para desencallarlo se había mostrado hasta ahora más prudente y habló de «días o incluso semanas» para resolver el incidente, que bloquea el equivalente a unos 9.600 millones de dólares (8.100 millones de euros) de carga cada día, según la revista especializada Lloyd's List.

El primer ministro egipcio, Mustafá Madbuli, mostró su agradecimiento a los países que han ofrecido su ayuda y destacó que se trata de un incidente «altamente excepcional». Para resolverlo se han puesto en marcha «todos, los recursos y los conocimientos nacionales e internacionales». «Estamos en una carrera contrarreloj para restablecer el tráfico en esta arteria vital que sirve al mundo entero».

La liberación del canal resulta clave. Cada día transitan unos cincuenta cargueros con contenedores con un valor de más de 8.000 millones de euros. La cifra supone un 12% del tráfico mundial de cargueros y petroleros. Y desde el bloqueo, centenares de embarcaciones esperan aún para atravesar el Canal, el único lugar por el que las mercancías transitan de forma directa entre Europa, el Mar Arábigo, el Océano Índico y los países de Asia-Pacífico. Un enclave comercial único.