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OCTAVIO IGEA | Marta Fdez. Vallejo | SILVIA OSORIO | julio arrieta | KOLDO DOMÍNGUEZ | josé domínguez
Martes, 26 de octubre 2021, 11:58
El Tren de Alta Velocidad vuelve a ser una de las inversiones estrella en el anteproyecto de Presupuestos del Gobierno vasco, aunque la aportación económica cada vez es menor. La bajada es progresiva durante los últimos años. Pero no debe interpretarse como un recorte, simplemente ... se están acabando las obras que tiene encomendadas el Ejecutivo autonómico. En 2022 destinará 56,4 millones, casi un 11% menos que este ejercicio, para avanzar en los trabajos del único tramo del ramal guipuzcoano que queda sin culminar (Hernani-Astigarraga), la remodelación de la estación de San Sebastián y la construcción de un pequeño apeadero en la localidad de Ezkio.
Si se cumplen los plazos previstos, el Gabinete Urkullu concluirá todas las obras de la 'Y' vasca que tiene encomendadas por el Ministerio de Transportes en enero de 2024. Eso no quiere decir que el TAV vaya a ponerse a funcionar a corto plazo ni mucho menos, porque el trabajo que queda pendiente es aún ingente en Bizkaia y Álava. El Gobierno central aún necesitará varios años más para tener listos los tramos Elorrio-Elorrio y Legutiano-Eskoriatza y el complejo 'nudo' de Bergara. Pero, sobre todo, queda pendiente de aclararse el futuro de las estaciones de Bilbao y Vitoria. La idea es soterrarlas mediante sendas operaciones urbanísticas de alta complejidad (y alto coste), aunque durante los últimos meses cobra fuerza la idea de que se ejecuten dos apeaderos provisionales para acelerar.
La última palabra la tiene el Gobierno central. Aunque la fecha oficial de inauguración del TAV se mantiene en 2026, en Madrid y en Vitoria son conscientes de que la 'Y' vasca no estará lista antes de 2030. Y eso, si se acepta que los trenes echen a andar con las estaciones provisionales. Una idea que inquieta al Ejecutivo autonómico y los ayuntamientos de las capitales. No serían la primera vez que un edificio temporal acaba convertido en estación definitiva, por lo que las administraciones de Euskadi solo les darán el visto bueno cuando arranque la licitación de los soterramientos de Bilbao y Vitoria, un proceso administrativo que permanece casi paralizado desde hace más de dos años.
Ante la inminente culminación de las obras del TAV que asume mediante una encomienda de gestión, el Gobierno vasco va a intensificar durante los próximos meses la presión sobre el Ejecutivo central en dos sentidos. El primero, para que Madrid acelere en lo que le toca. Ayer mismo, el lehendakari recordó a Pedro Sánchez que culminar la 'Y' es una «deuda histórica» que tiene pendiente desde los años 90, cuando la UE señaló el trazado Madrid-Hendaya-París como un corredor de alta velocidad prioritario. El segundo será pedir más protagonismo. Lakua ya se ha ofrecido a Moncloa en varias ocasiones para ampliar la encomienda de gestión y asumir nuevas obras fuera de Gipuzkoa. El objetivo sería encargarse de los soterramientos de Bilbao y Vitoria.
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Manu Alvarez
Un año más, Salud es el departamento con la mayor partida económica, un tercio del presupuesto total del Gobierno vasco. El área que dirige Gotzone Sagardui contará el próximo ejercicio con una dotación de 4.352 millones de euros, un 3,8% más que en este 2021, es decir, 168 millones. La lucha contra la covid todavía no ha finalizado, lo que obliga a las instituciones a seguir redoblando esfuerzos en esta materia. Con todo, el incremento es casi la mitad que el observado el año pasado. Entonces, el Ejecutivo autonómico dotó a las cuentas del Salud del mayor aumento anual desde 2013, un 6%.
Según se desprende del borrador del presupuesto del Gobierno vasco, Osakidetza verá incrementada su partida en 116,6 millones de euros. La lucha contra la pandemia también se plasma en el mayor gasto en vacunas, que vuelve a crecer en 5 millones, llegando hasta los 19,2. Asimismo, se dedicarán 106 millones (37 más) para la financiación en inversiones del Servicio Vasco de Salud. La partida destinada a Salud Pública también vuelve a crecer, con 2,6 millones y se sitúa en 29,7.
Otro de los ejes estratégicos del Departamento, y no solo para este año sino de la legislatura, es la atención sociosanitaria. Este ámbito contó en 2021 por primera vez con una partida específica. Para este curso se eleva a los 7,2 millones de euros, 4 más que el año pasado.
El Departamento de Educación se lleva la segunda partida más alta de los Presupuestos, 3.235 millones de euros, detrás de Salud. Supone un incremento de casi 127 millones respecto del anterior ejercicio, en parte por la necesidad de afrontar las consecuencias de la pandemia.
Los gastos de personal y de funcionamiento se llevan más de la mitad de la partida -1.738 millones-, con 61,5 millones de crecimiento para partidas que contemplan las contrataciones de docentes de refuerzo por el covid. Educación junto con Salud son los dos departamentos que siguen contando con esos recursos extra. Las cuentas incluyen una subida de 41,3 millones para inversiones.
La etapa de 0-3 años mantiene el presupuesto de 30 millones de euros y el consorcio Haurreskolak dispondrá 60 millones, dos más que el año anterior. También crece la financiación de la Universidad del País Vasco, que recibirá 356 millones de euros frente a los 335 de 2021.
Cultura y Política Lingüística contará con 322,4 millones, lo que supone un incremento de 32,6 millones respecto al ejercicio anterior, una variación de un 11,2%. Un total de 161,5 millones, más de la mitad de la cantidad total, corresponden a EITB. HABE dispondrá de un presupuesto cercano a los 46 millones, con un crecimiento de 3,4.
Según ha detallado el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, este proyecto de presupuestos «recoge una apuesta firme y clara por la I+D, siendo ésta una línea transversal de gasto que impacta en distintos departamentos». En este sentido, Cultura y Política Lingüística contará con un fondo de innovación de 2,4 millones de euros.
El departamento de la vicelehendakari Idoia Mendia continúa siendo el tercero con mayor peso económico del Gobierno vasco pese a ser el único que reduce los fondos en el Presupuesto. Esta descenso viene motivado por la disminución de la partida destinada a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), que para 2022 será de 345 millones «ampliables» aunque las cuantías subirán un 3%.
Los fondos para la RGI caen por la disminución del número previsto de perceptores y por la activación del Ingreso Mínimo Vital del Gobierno central, que ahora supone la principal ayuda de antiguos beneficiarios de la subvención vasca. A ellos el Ejecutivo autónomo les aporta un complemento cada mes que supondrá un desembolso anual de unos 96 millones de euros.
El incremento será generalizado de 25 euros, hasta una cuantía máxima de 275 euros al mes, según han asegurado fuentes del departamento de Vivienda y Transportes. Será la primera mejora en 10 años de estas ayudas, que en 2011 bajaron de los 320 a los 250 euros.
Las principales ayudas que concede el Gobierno vasco son la Prestación Económica de Vivienda (PCV) y la Prestación Complementaria de Vivienda (PCV), que entre ambas benefician a más de 3.000 unidades familiares. Además, desde 2019 el Departamento de Vivienda ha abierto también el programa Gaztelagun para ayudar a los jóvenes menores de 36 años a sufragar el gasto del alquiler y fomentar así su emancipación. En este caso su límite es el mismo que el de las prestaciones de vivienda, el máximo que se puede conceder en Euskadi.
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