José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, en la terraza de su despacho en la capital vizcaína. manu cecilio
José Antonio Jainaga | Presidente de Sidenor y de la asociación AEGE

«Nuestros competidores en Francia pagan cinco veces menos por la electricidad»

Asegura que las empresas electrointensivas más pequeñas están ya al borde del colapso

Domingo, 20 de febrero 2022, 01:23

Anticipó a finales del pasado año que el aumento de los costes de la energía eléctrica -se ha sumado también la escalada de precios del gas y de otras materias primas- era un torpedo en la línea de flotación de la industria. Ahora, advierte de ... que las multinacionales se están llevando la producción fuera de España y no muy lejos, a Francia, por ejemplo, porque encuentran allí precios de la electricidad muchísimo más bajos. José Antonio Jainaga, presidente de la siderúrgica vasca Sidenor y de AEGE, la asociación que engloba a las empresas con mayor consumo eléctrico, cree que las grandes compañías pueden aguantar, pero también reconoce que las pequeñas, las más débiles en su estructura financiera, están ya al mismo borde del colapso.

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- Las modas tienen sus efectos. Tras un último trimestre intenso, con el alza de la electricidad en boca de todos, hemos pasado a una especie de estado de normalidad. ¿Ha comenzado a normalizarse la situación de los precios?

- En absoluto, pero sí es cierto que ha pasado algo parecido a lo del volcán de La Palma. Ahora ya nadie habla de ello.

- Vayamos al fondo. ¿Cuáles son las tarifas eléctricas que pagan la industria?

- Ya dijimos que contratos bilaterales y a precios fijos apenas había. Eso ha evolucionado, pero poco. Para el resto, si nos fijamos en el precio del mercado diario, estamos en estos momentos en torno a 200 euros por megavatio a la hora. El mercado de futuros, que es el que permite anticipar lo que va a suceder, apunta a precios de 190 euros para el primer trimestre de 2023. Para poner esto en su contexto, hay que decir que hace aproximadamente un año el coste estaba en torno a 40 euros el megavatio. Y la media de los últimos cinco años está ligeramente por encima de los 45 euros.

- Y a eso se ha sumado la escalada del precio del gas.

- Sí. En 2019, nosotros pagamos en Sidenor 23 millones de euros por el suministro de gas y la estimación para este año es de 53 millones, y para una producción muy similar. Pero el gas está sometido a tensiones geopolíticas y es un problema general que afecta a la mayor parte de la industria mundial. En la electricidad es distinto.

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- ¿A qué se refiere con que la electricidad es algo distinto?

- El coste de un producto o un servicio tiene una importancia relativa. Si todos lo pagamos al mismo precio no habrá distorsiones en el mercado, pero lo trascendental es qué coste tiene para ti en comparación con el que tienen tus competidores. Y aquí nace el problema para la industria española. Le hablo como presidente de Sidenor. Para nosotros es terrible, porque nuestros competidores en Francia o Alemania gozan de precios muchísimo más bajos por su electricidad.

- ¿Cuánto menos pagan sus competidores por la electricidad en esos países?

- En Francia, por ejemplo, cinco veces menos. Tienen contratos bilaterales, a plazo de varios años, a precio fijo y sin los vaivenes del precio diario.

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«El mercado de futuros apunta a que los precios elevados seguirán en 2023»

previsiones

«El sistema de fijación de precios de la electricidad es aberrante»

el problema

La competencia cercana

- Si es así, es una diferencia brutal.

- Mire, es sencillo comprobar que es cierto, porque las grandes multinacionales que tiene plantas en España y en Francia están desviando la producción a este último país. Incluso, el Gobierno de Macron acaba de indicarle a EDF, la principal eléctrica del país, que debe ampliar la cuota que vende en una tarifa especial para la industria, con el precio fijado por el Estado y a 42 euros el megavatio, que procede de la generación nuclear y está destinada a la mediana y gran industria. En nuestro caso, lo que sucede es que el sistema de fijación de precios es aberrante. Lo marca la tecnología más cara, que en estos momentos es la generación con gas.

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- Las empresas eléctricas se comprometieron con el Gobierno a ofrecer contratos estables y a precios razonables a la industria. ¿Qué hay de aquella promesa?

- De todo eso no hemos visto nada. O, para ser más riguroso, debo decir que casi nada.

«De las ofertas de contratos a precios razonables se ha sabido poco o nada»

Previsiones en el aire

- El Ejecutivo también hizo una previsión que situaba en el mes de abril de este año el fin de la crisis energética. Aún quedan unos meses, pero ¿hay señales de que pueda ser así?

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- Lo cierto es que nadie tiene ni idea de lo que va a suceder. Pero los precios del mercado de futuros de los que le hablaba antes demuestran que se ha ido contaminando todo y que los precios elevados van a continuar por un tiempo superior al previsto inicialmente. Los precios de los derechos de emisión de CO2 también están disparados, y esta es una decisión política. Son los políticos quienes fijan el precio de estos derechos de emisión. En la actualidad, son los precios del gas y del CO2 los que marcan el de la electricidad. Y no creo que se pueda asegurar lo que va a pasar con los precios del gas en los próximos meses.

- A finales del pasado año hizo usted unas estimaciones catastrofistas, anticipando quiebras en la industria al no poder soportar ese aumento de los costes energéticos. No parece que eso se haya producido.

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- Las empresas grandes tenemos una cierta capacidad de aguantar. Cuanto más grande, mayor resistencia. Pero las pequeñas están ya en una situación muy delicada. Para la industria española, es un desastre absoluto.

«No se habla ya de los beneficios llovidos del cielo. Es otro volcán de La Palma»

Medidas del gobierno

De lo que ya no se habla

- El Gobierno amagó con intervenir en los precios de la generación eléctrica, dio marcha atrás...

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- Sí, es otro volcán de La Palma. De los beneficios caídos del cielo ya nadie ha vuelto a hablar. Pero también debo decirle que la ministra Teresa Ribera está haciendo grandes esfuerzos para encontrar soluciones. Ha presionado en Bruselas, pero la UE ha decidido no modificar el sistema de fijación de precios. También ha hecho presión en el tema del CO2, pero tampoco ha tenido éxito.

- Uno de los asuntos pendientes es el de las subastas directas entre generadores e industria.

- Sí, está previsto en la legislación y me consta que el Gobierno quiere hacerlo, de la misma forma que las empresas se resisten, porque argumentan que tienen toda la producción ya comprometida. Estamos esperando. También está prevista una subasta de generación renovable a mediados de este año, aunque solo cubriría una mínima parte de las necesidades. Bueno, algo es algo.

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- La ministra Industria, Reyes Maroto, acaba de anunciar que habrá un Perte, fondos europeos, para la descarbonización de la industria electrointensiva. ¿Qué le parece?

- Es una satisfacción, aunque no tenemos por el momento muchos detalles. El objetivo es bueno, porque se persigue descarbonizar la actividad de muchas actividades industriales, pero tampoco es una cosa que se consiga de la noche a la mañana. Es una ventana de oportunidad para el futuro, aunque hay que admitir que nos puede llevar no menos de diez años.

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