«Mantenemos el atractivo» pese al proyecto que se ha ido a Guadalajara, afirma Tapia

«Euskadi es atractivo». Así de tajante ha respondido hoy Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, cuando el corresponsal económico de este diario, Manu Álvarez, le ha preguntado sobre el fracaso del proyecto para establecer en el País Vasco la fábrica de electrolizadores de Iberdrola, Ingeteam y la americana Cummins que, finalmente, acabará en Guadalajara. «Si quien va a hacer la inversión únicamente tiene en consideración un elemento, y si, como ha sido en este caso, no somos los más atractivos porque hay alguien que puede poner sobre la mesa algo más, es inevitable» que el proyecto se marche, ha añadido con cierto tono de reproche en relación a las ayudas a fondo perdido que las empresas reclamaban para realizar esta inversión de 50 millones de euros.

No obstante, en el marco del Foro EL CORREO-EY sobre los retos de la pandemia, Tapia ha afirmado que las instituciones vascas mantienen una estrecha relación con las empresas para entender cuáles son sus necesidades y en qué aspectos pueden mejorar. «Normalmente, cuando nos enfrentamos desde Invest in the Basque Country a la atracción de inversiones no locales, como podía ser esta, nos encontramos con que la valoración suele estar por encima de la media. Y que si realmente analizan todos los aspectos, somos atractivos», ha subrayado, haciendo hincapié en el apoyo a la I+D o al capital humano.

En cualquier caso, la consejera ha avanzando que volverán a darse situaciones en las que «algún inversor o algún proyecto llegue y diga 'si no me das esto, no vengo'». Y Tapia ha dejado claro que Euskadi no va a entrar en la puja a la baja con otras comunidades autónomas para atraer inversiones. «Me siento muy incómoda con esa sensación de bajar. Un inversor que llega con esa exigencia no es el más adecuado», ha sentenciado. «No debemos olvidar lo que ya tenemos, porque las inversiones de Faes o de Sidenor puede ser en este momento tanto o más relevantes que cualquiera de las nuevas», ha puntualizado.

Preguntada por el efecto que tiene la fiscalidad sobre la competitividad de Euskadi, Tapia ha reconocido que el escenario pospandemia es propicio para hacer un análisis sobre el tema, «comparándolo con otros lugares», pero ha indicado que debe afrontarse «con tranquilidad» y «desde el conjunto de sus elementos».

Algo parecido sucede con la transformación del tejido industrial vasco, que se ha colado en la conversación de la mano de la polémica de Corrugados en Azpeitia. «No es suficiente con tener una acería ubicada en China, con sus emisiones de CO2 mucho más relevantes que las nuestras y que introduce sus productos en Europa con precios mucho más bajos y sin que le pongamos ninguna barrera. Es una producción que no la queremos en Euskadi, pero que la queremos en otro lugar y no la podemos vestir de temas medioambientales porque el Medio Ambiente es mundial», ha analizado Tapia.

Por todo ello, ha mostrado su compromiso no solo con «las empresas muy tecnológicas, del estilo Silicon Valley», sino también con otras pertenecientes a sectores mucho más maduros, «que no quiere decir que no sean competitivas y no creen puestos de trabajo», y ha apostillado que se debe escapar de la tendencia a crear una dicotomía entre ambas porque «nuestra economía productiva tiene que tener de todo».

Entre los elementos en los que Tapia ve más margen de mejora está el talento. «Hay que formar personas en ámbitos que tradicionalmente no han sido nuestro fuerte», ha afirmado, recogiendo el testigo de los ponentes en el debate previo a su entrevista. «Tenemos que ser atractivos para esas personas que están ubicadas en el ámbito internacional, ya sean locales que debemos repatriar o extranjeros», ha señalado, enfatizando la necesidad de prestar especial atención al «acompañamiento de sus familias y a cómo introducimos a los niños pequeños en el sistema».

A pesar de las dificultades que presenta la coyuntura actual, Tapia ha querido concluir la conversación en un tono optimista. «Nuestros parques tecnológicos tienen una ocupación muy intensa con inversiones nuevas y novedosas que se están dando en todos los territorios. Tenemos que trabajar todos los días porque esas inversiones y las oportunidades de crecimiento sean una realidad, sin olvidar que el tejido productivo debe ser tecnológicamente avanzado y competitivo. Vamos a conseguir salir de esta, pero tenemos que empeñarnos todos en ello».

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