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La pandemia del Covid-19 ha trastocado la economía mundial, pero con el avance de la vacunación se abre una ventana de esperanza que invita a imaginar el futuro post pandemia. EL CORREO y EY han organizado un foro para debatir sobre cuales serán las claves económicas tras el virus y los retos que enfrentará Euskadi en ese momento decisivo. El encuentro, conducido por Manu Alvarez -corresponsal económico de este diario-, ha podido seguirse en streaming y ha contado con participantes de altura y representantes del tejido empresarial vasco como Carolina Pérez Toledo, presidenta de CEBEK. También han estado presentes Mariano Ucar, presidente de la farmacéutica Faes Farma; Carlos Delclaux, presidente de la compañía vidriera Vidrala;José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor; y Javier Bontigui, socio de Transacciones de EY en la Zona Norte.
Transición energética
Para abrir la mesa redonda, Alberto Peña, el socio responsable de EY en la Zona Norte ha señalado la importancia de analizar las claves económicas tras la pandemia. Una de ellas será sin duda la transición energética que, según han coincidido los participantes del debate, debe producirse manteniendo la competitividad de las empresas. Javier Bontigui, de EY, ha señalado que se abre «un gran abanico de oportunidades», entre ellas la del hidrógeno. Con todo, el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, aboga por «actuar con mesura» y se ha mostrado preocupado porque se actúe en lo urgente y prioritario a corto plazo perdiendo de vista el largo plazo.
Por su parte, el presidente de Vidrala ha asegurado que «hay avances en la buena dirección, pero se debe recordar que la riqueza se basa en la actividad económica». Del mismo modo, la presidenta de CEBEK, Carolina Pérez Toledo, ha incidido en que el reto está en mantener la competitividad mientras se lleva a cabo esta transición. «Todo ello teniendo en cuenta que Europa entera solo emite el 10% del CO2 en el mundo», ha destacado. Finalmente, Mariano Ucar, presidente de Faes Farma, ha explicado que su empresa trata de adaptar su producción a las energías verdes y que su nueva planta en Derio tendrá «la máxima eficiencia energética».
Atractivo de Euskadi para las empresas
Tras la pandemia Euskadi quiere seguir siendo una comunidad atractiva para las empresas y las inversiones. Los territorios competitivos, con materias primas y mano de obra suelen ser los que más compañías captan y el País Vasco, en principio, parece tener muchos de esos elementos. «Tenemos todas las piezas, pero debemos sentar las bases que den tranquilidad a los empresarios y que les animen a empezar sus proyectos de inversión aquí», ha apuntado Javier Bontigui. Como empresa asentada en el territorio, Vidrala conoce bien su entorno y su presidente, Carlos Delclaux, asegura que el mayor problema se encuentra en la mano de obra: «Hay mucha gente formada, pero con un coste elevado comparado con otras regiones y con una tasa de absentismo muy alta». Eso sí, Euskadi cuenta con puntos a favor como la «fluida comunicación con las administraciones».
Faes Farma está llevando a cabo una de las inversiones más grandes de su historia con la construcción de su planta de Derio. «Lo hemos decidido por proximidad y por las facilidades que nos han dado las Administraciones, pero no todo son ventajas», reconoce Mariano Ucar, quien destaca lo complicado de encontrar personas formadas en el sector farmacéutico y en la investigación. La presidenta de CEBEK también ha apuntado que Euskadi debe mejorar en materia de fiscalidad y «el clima laboral también debe cambiar». Por su parte, el presidente de Sidenor ha subrayado que no se deben olvidar los problemas de fondo y que Euskadi debe usar sus armas fiscales para atraer más empresas e inversiones.
Mantener centros de decisión
En los últimos años el País Vasco ha visto como algunos de los centros de decisión de sus empresas migraban a otras comunidades. Para combatir esta deslocalización de los centros de mando, Javier Bontigui cree que se debe atraer a los ejecutivos de las empresas. Un punto en el que coincide Carlos Delclaux de Vidrala: «No es tanto retener como atraer», señala y en ese camino, «debemos preguntarnos cuáles son nuestras armas». Los participantes en la mesa redonda han coincidido en que Euskadi es ya un territorio atractivo, pero con pequeños retoques «puede serlo aún más».
Start ups y grandes empresas
Las start up son grandes aliados de las empresas tradicionales, ya que les ayudan a mejorar su competitividad y a innovar en sus procesos. La presidenta de CEBEK ha reivindicado su importancia en el tejido empresarial vasco. «Las empresas tradicionales necesitamos savia nueva y debemos ponernos en contacto con el emprendimiento vasco para generar una transferencia de conocimiento». Javier Bontigui, de EY, también ha recordado que las pequeñas empresas de hoy, pueden ser las grandes de mañana y, por ello, «hay que apoyarlas, pero siempre con un objetivo y un mercado definido».
Carlos Delclaux de Vidrala, ha apuntado que hay que cuidar a las start ups, pero en una dimensión apropiada: «Muchas de ellas desaparecen y las que siguen solo consiguen crear dos o tres empleos. Así no se sostiene una sociedad desarrollada». Mariano Ucar, de Faes Farma, también ha defendido la colaboración entre pequeñas y grandes empresas, ya que aporta conocimiento e innovación. El presidente de Sidenor aboga, por su parte, por hacer pedagogía social para no demonizar a las grandes empresas industriales. «Si renunciamos a la industria, no hay futuro», ha concluido.
Cadenas de suministro
La llegada del Covid ha puesto sobre la mesa la gran dependencia de Euskadi con el exterior. Según José Antonio Jainaga, los desabastecimientos que hubo en 2020 «quedarán como una mera anécdota», pero sacan a la luz un problema de fondo. Un ejemplo claro de ello es la industria de la automoción, que recibe el suministro de microchips para vehículos del sudeste asiático. «Se está perdiendo la producción de decenas de miles de coches porque Europa no consigue microchips», ilustra. Por su parte, Javier Bontigui señala que las empresas se han enfrentado a un entorno desconocido y de gran incertidumbre, pero que obligará a cambiar las cadenas de suministro actuales.
El presidente de Vidrala coincide en que estamos asistiendo aun proceso continuado que forma parte de la globalización y que obliga a las empresas a estar muy ligadas a la logística. «Lo vimos hace no mucho con el atasco en el canal de Suez», ha ejemplificado. De todos modos, ha destacado la gran labor del Gobierno vasco durante la pandemia para proteger las cadenas de suministro y ha alabado el proyecto para traer hidrógeno a través del Puerto de Bilbao, ya que traerá riqueza al territorio.
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