Azpiazu manifiesta que «el terrorismo no tuvo efectos en la economía vasca»

Pese a que el legado de ETA en este terreno dejó casi medio centenar de empresarios asesinados; algo más de 80 secuestrados y un número incalculable de extorsionados con el denominado 'impuesto revolucionario', Azpiazu cree en la actualidad que hay que acotar esa historia negra «al drama humano».

La tesis expuesta por el consejero da a entender, además, que la fuga obligada de decenas de empresarios vascos fuera de Euskadi tampoco tuvo efectos dañinos en lo económico –reiteró varias veces que «sí en el plano personal y humano»–, aunque es de sobra conocido que ello precipitó el desplazamiento de numerosas empresas y centros de decisión.

Aunque el exdirectivo bancario que le interpeló le recordó que «la entidad en la que yo trabajaba tomó la decisión de comenzar a trasladar departamentos enteros fuera, a Madrid, el día en que colocaron una bomba en el edificio», el consejero ha insistido en una supuesta neutralidad entre el terrorismo y la evolución de la economía vasca. No hay que olvidar que el pasado 5 de febrero se cumplieron 40 años del atentado contra la sede del Banco Vizcaya, en el que fallecieron tres empleados de la entidad.

«Tenemos un PIB equiparable al de esa época y en los últimos años crecemos de forma similar a la economía española», ha reiterado el consejero de Economía del Gobierno vasco. Una afirmación que no tiene en cuenta la reducción del peso relativo de la economía vasca en el conjunto de España, que ha perdido muchas posiciones. De representar en algunos momentos hasta el 6,5% del conjunto de la riqueza que se producía en España, Euskadi ha pasado a situarse por debajo del 5,9% en los últimos años.

Entre los estudios publicados 'ad hoc', destaca el libro 'La bolsa y la vida' (Ed. La esfera de los libros). Se publicó en 2018 y aborda con todo tipo de «cautelas» el impacto económico que tuvo la existencia de ETA. Secuestros, robos, chantajes y atentados. La banda terrorista causó miles de víctimas –el número de extorsionados podría superar los 9.000– y se estima, así recoge la publicación, que «el coste directo de la existencia de ETA» ascendió a 25.000 millones de euros.

La estimación «más respetada» del porcentaje del PIB per cápita perdido por los vascos es del 10 por ciento. Otros estudios hablan de porcentajes superiores al 20%. «La cuantificación en estos términos resulta extremadamente difícil», asumen.