Más de 22.000 vascos mayores de 45 han firmado un contrato indefinido este año

Casi uno de cada tres desempleados en España, cerca de un millón en total, tiene más de 50 años. Además, muchos son parados de larga duración que ven cómo sus posibilidades de éxito caen de forma dramática con el paso del tiempo. «El paro sénior ha aumentado tras la pandemia y las mujeres siguen presentando menor tasa de empleabilidad», analiza Mónica Pérez, directora de Estudios del portal Infojobs.

Se produce así una preocupante contradicción social: la edad de jubilación se retrasa, pero la vida laboral se acorta por los extremos. Los jóvenes no alcanzan la estabilidad hasta la treintena, y a partir de los 45 los trabajadores ya no resultan atractivos. «Con la jubilación en 67 años, todavía tienen mucha carrera profesional por delante. Pero un 79% de las empresas dudan de que ese retraso favorezca su contratación», recalca Pérez.

A pesar de todo, hay esperanza: entre enero y julio, los mayores de 45 años firmaron en Euskadi 22.645 contratos indefinidos. Y un informe de Infojobs señala que, a nivel nacional, un 51% de las empresas ha contratado a alguien mayor de 50 entre sus últimas incorporaciones. Nerea es una de ellos. Pero, aunque se siente agradecida por trabajar, critica que muchos de los mayores de 45 solo encuentran el empleo que no quiere nadie. «Aceptamos lo que no quieren ni los jóvenes porque estamos desesperados por ingresar algo y cotizar a la Seguridad Social», señala. Ella cobra el salario mínimo y trabaja a turnos. «No me da para vivir y tengo que tirar de ahorros y de la familia» se lamenta.

El suyo es un caso representativo de la triste realidad que organizaciones como Garaiz denuncian a menudo, pero existen excepciones. La fintech Safebrok, por ejemplo, ha incorporado en el último año a media docena de exempleados de Banco Santander. «Hay mucho talento en el mercado procedente de los ERE de la banca. Nosotros solo miramos la experiencia y las capacidades de los candidatos, y los más mayores suelen ser más profesionales y comprometidos», explica Eva Benítez, subdirectora general.

La Federación Vizcaína de Empresas del Metal también cuenta con exitosos programas de recualificación y recolocación de profesionales sénior. Desde octubre de 2020, han encontrado trabajo a 293 personas, de las que un 53% son mayores de 45 y un 30% superan los 50. «Son muy fáciles de recolocar con una formación breve. Su experiencia les convierte en una perita en dulce para un sector en el que hay mucha demanda de mano de obra», comenta el técnico de empleo José Luis Benazilla. Y subraya el elevado porcentaje de reinserción laboral de programas como los de Dema o Lanberri y 3R Empresa. «Hay que interiorizar que la edad no es una debilidad, sino que aporta experiencia», sentencia.

Pero muchos de los parados mayores de 45 tienen dificultad para creer en sus posibilidades. «El aspecto psicológico es uno de los que más hay que trabajar», apunta María Erkoreka, especialista en recursos humanos de Erkoreka Consultores. «Es gente en estado de 'shock', que no sabe qué hacer ni cómo. Por eso, lo primero es enseñarles a perder la vergüenza y a venderse bien. Cuesta mucho identificar nuestras fortalezas», añade Erkoreka, que prepara a profesionales sénior de alta cualificación para su recolocación.

«La mayoría está actualizado porque ha trabajado hasta hace poco. Pueden aportar mucho conocimiento, estabilidad y más habilidad para sortear crisis, porque ya las han vivido», resume Erkoreka, desmontando así los principales prejuicios que lastran su contratación: el 53% de las empresas señala la brecha digital como principal barrera para los sénior, seguida por el 46% que indica una mayor resistencia al cambio.