La historia de la pelota se hace cómic con Retegui y Tino Rey
Novedad. ·
En 'El mago y el poeta', el mítico pelotari y el veterano cronista comparten recuerdos y alguna nostalgia sobre frontones, partidos, rivalidades...Novedad. ·
En 'El mago y el poeta', el mítico pelotari y el veterano cronista comparten recuerdos y alguna nostalgia sobre frontones, partidos, rivalidades...Hay dos maneras distintas de explicar 'El mago y el poeta', el nuevo cómic de Josemi Benítez, jefe de infografía de EL CORREO. Podríamos decir que, simplemente, relata un diálogo: el que mantienen Retegi II, el pelotari más laureado de la historia, y Tino Rey, ... que durante casi medio siglo ha cubierto este deporte en las páginas de este periódico. Son, quizá, un par de horas de charla en Erasun, el pueblo de Julián Retegui. Pero también podemos decir que, a través de la memoria de esos dos protagonistas, el libro repasa y refleja visualmente la historia entera de la pelota vasca: como ocurre en todas las buenas conversaciones, y también en todos los buenos reportajes, van sucediéndose episodios de antaño, anécdotas jugosas, datos reveladores, reflexiones acerca del presente y del futuro y, como fondo de todo eso, el vínculo entre dos hombres que han consagrado su vida a la pelota, hasta el punto de que el corazón debe de latirles ya con el golpeteo inconfundible del cuero contra la pared.
Publicidad
El cómic. 'El mago y el poeta', de Josemi Benítez, tiene 124 páginas y está editado por EL CORREO.
Cómo conseguirlo. l libro cuesta 18 euros y puede solicitarse en los quioscos, entregando antes del 15 de junio el cupón publicado en el periódico. También a través de la web promociones.elcorreo.com/libro-pelota-el-mago-y-el-poeta.html
Julián, el mago, y Tino, el poeta, son amigos desde que, en un San Mateo de 1976, el periodista le sacó la cara al deportista en una crónica, en contra del sentir mayoritario de la cátedra pelotazale. Tantos años y tanta vida compartida después, un equipo de EL CORREO reunió a ambos en la localidad navarra la pasada primavera para rodar un documental en el que desgranasen sus recuerdos, pero el fuerte viento obligó a demorar un rato el inicio de la grabación: ese paréntesis, que los dos amigos llenaron con un paseo por los alrededores, sirve como marco del cómic. Retegui y Rey van lanzándose la pelota de los recuerdos y evocan personas, frontones y partidos, en un ejercicio de memoria sentimental que Benítez complementa con una ingente cantidad de información acerca del deporte.
Y lo bueno de que sea un cómic es que lo vemos, claro. Vemos al niño Julián escapándose del colegio para ir a jugar a pelota, lo vemos marcharse a los Alpes a talar árboles justo antes de debutar -una tarea que le sirvió de provechosa preparación física-, asistimos a aquel trance simbólico del enfrentamiento con su tío Retegi I y seguimos toda su carrera, pasmados de nuevo ante su zurda mortífera, su agilidad inconcebible y aquella capacidad casi adivinatoria para conocer de antemano la trayectoria de la pelota. Y también espiamos al pequeño Tinín en su Laguardia natal, cuando jugaba en la pared de la iglesia con las pelotas que fabricaba el zapatero Tasio, o encaramándose por un poste para no perderse el partido entre Gallastegui y Atano III.
Las palabras y los conocimientos de ambos nos guían en un viaje por la historia de la pelota, planteado a través de las grandes rivalidades que han jalonado el último siglo. Ante nosotros se materializan figuras míticas, remotas y eternas como Mondragonés, el gigante que pulverizaba los récords de pelotas que habían llegado más atrás en todos los frontones por los que pasaba, o el citado Atano III, con su txapela y aquellas manos magulladas en las que a veces le hacían cortes con cuchillas para aliviar el dolor. Desde aquellas contiendas -que nuestro cerebro se obstina en proyectar en blanco y negro y con el ritmo acelerado propio del cine mudo- vamos aproximándonos, figura a figura, hasta el presente de Altuna III y Laso.
Quizá de manera inevitable, en la conversación entre los dos veteranos se desliza cierta nostalgia por los tiempos de antaño, menos apresurados, tanto en la pelota como en el periodismo: aquellos frontones blancos y sumidos en un silencio litúrgico donde nunca faltaban las botas de vino ni la humareda de puro, y también aquellas crónicas dictadas por teléfono tras comerse kilómetros y kilómetros de carreteras comarcales en un 'Simca 1200'. «Me gusta la pelota si el protagonista es el pelotari y ahora manda el material y lo que quieren los empresarios: partidos rápidos adaptados a los ritmos de la televisión», lamenta Retegui en cierto momento de la charla, que es lo mismo que decir en cierta viñeta. El propio Josemi Benítez, bastante más joven que los dos protagonistas, cultiva sus propias añoranzas: «Recuerdo cómo se vivían las finales en los bares de Uribarri, con todos los vecinos apiñados delante del televisor. De alguna manera, prefiero el deporte de cuando era niño al de ahora», confiesa.
Publicidad
Julián Retegui, el pelotari al que le brotaba magia por las manos, y Tino Rey, a quien un maestro de Hervías elogió como «el poeta de la pelota», siguen quedando aquí o allá y 'traficando' con rioja y perdices, con bromas y recuerdos. Este cómic editado por EL CORREO, disponible a partir de hoy mismo, nos brinda el privilegio de asistir a uno de esos encuentros. Y es tan apasionante como la mejor final.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.