Aimar Olaizola II se retirará el 13 de noviembre: «Ha llegado el momento de decir adiós»

Tras 23 años vestido de blanco en los frontones, dejará huella. Basta con mirar su palmarés. 14 títulos -7 de Cuatro y Medio, 4 del Manomanista y 3 del Parejas-. Pero no solo las txapelas logradas le avalan. Su fiabilidad y regularidad han estado patentes a lo largo de toda su carrera. Y el público era consciente de ello. «He jugado todos los campeonatos como si no hubiera tenido un título. Los números está ahí y el palmarés es bonito, pero en el deporte hay bastantes más cosas que las txapelas».

De los 1.307 partidos disputados hasta el momento ha conseguido ganar un 62%, cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta sus intensos veranos y las ventajas que daba fuera de los campeonatos oficiales. Hace un par de temporadas renunció a las peleas individuales, las que más le gustaban, por la exigencia que conllevan y el temor a que una nueva lesión le pudiera pasar una gran factura. La 'jaula' fue la que mejor se le dio. La ganó hasta en siete ocasiones en las ocho finales que disputó. En el mano a mano tiene cuatro títulos, pero es que disputó su última final hace apenas tres años. En el Parejas ha jugado ocho choques por la txapela. Entró el el selecto grupo de los que ostentan los tres entorchados en 2008, diez años después de debutar en el frontón Jaian Jai de Lekunberri. Y sigue en lo más alto porque el domingo juega la final del Masters CaixaBank con Zabaleta en Vitoria, y está previsto que dispute el Torneo de San Mateo.

En el anuncio de su adiós, Olaizola II quiso acordarse de todos los que le han ayudado y han estado a su lado y dedicó una buena parte de su intervención a los agradecimientos. Empezó por sus padres, «que desde que tenía cinco años me llevaban a todos los partidos que había y no era como ahora, y por todo lo que me enseñaron», y también tuvo palabras para su mujer, «porque no es fácil estar al lado de un deportista profesional, y no poder hacer un montón de cosas que hacen otras parejas».

Los doctores Iñigo Simón y Mikel Sánchez, la fisioterapeuta Itxaso Sánchez y su equipo, y su masajista, Bixente Artola, «que me atendieron cuando estuve lesionado o tuve molestias», fueron otros a los que destacó. También a la empresa Aspe, «que me dio la oportunidad de debutar y el poco tiempo que estuve con ellos me trataron muy bien», y a Asegarce -actualmente Baiko Pilota- «que ha sido mi segunda familia. Me han hecho sentir muy cómodo y me han ayudado un montón». El navarro se acordó también de sus compañeros y técnicos, que le permitieron preparar partidos muy importantes, «y para la afición, que siempre me ha tratado muy bien. Quiero despedirme en mi pueblo porque sentía que les debía algo».

Baiko quiere que se cierre su etapa en todos los territorios en los que programa. En La Rioja lo hará San Mateo, en la semifinal del día 24 o en la final del 26. En San Sebastián jugará el 2 de octubre contra Altuna III, y en Bilbao el 17 frente a Urrutikoetxea. En el Labrit de Pamplona se medirá frente a Laso el 23 y, ocho días más tarde, llegará al Ogueta de Vitoria ante Jaka. «Probablemente saldrán más partidos en este periodo», añadió Garai.

El máximo responsable de la promotora bilbaína también resaltó la «profesionalidad y impronta humana» del pelotari. «No es casualidad que sea un gran campeón porque trabaja todos los detalles y es un profesional las 24 horas del día. No ha regateado ni dedicación ni esfuerzo y ha dado el nivel de exigencia máximo». Y fuera de los focos el navarro también ha estado siempre dispuesto «a ayudar a sus compañeros, sobre todo los más jóvenes».