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Los 'hombres de hierro' también tienden a ablandarse. Realizan esfuerzos sobrenaturales, pero sus emociones son humanas. A Antonio Benito le invadió el espíritu de un niño al levantar la cinta de ganador del Ironman de Vitoria 2024. Saltaba, lloraba y sonreía. Estaba en un sueño ... hecho real. Ganó de la manera preferida en todo el planeta. Las remontadas engrandecen. La del manchego fue para el recuerdo. De séptimo a primero en la maratón. Y con nuevo récord de la prueba. Kat Matthews también batió el de la categoría femenina. El mejor desenlace posible para un día que volvió mostró lo mejor de Álava.
El cielo se despejó de buena mañana para que Landa presumiera de pantano. El sol dio el pistoletazo de salida a una carrera de larga distancia en la que había un claro favorito: Sam Laidlow. El campeón del mundo más joven de la historia dominaba la prueba bajo el aura celestial del patrocinio de Red Bull hasta que se le apagó la luz. Rodaba por la Llanada Alavesa a menos de los 12 metros permitidos del sueco Robert Kallin, entonces líder de la prueba patrocinada por EL CORREO, y la organización le sancionó.
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Iván Benito
El francés de 25 años estaba obligado a detenerse cinco minutos en el área de penalización más cercana, a pocos kilómetros del punto en el que ha recibido el castigo, pero pasó de largo. Siguió para delante y fue descalificado. Se convirtió en un participante invisible. Estaba, pero sus tiempos no existían en la retransmisión televisiva. Ya no se veían sus marcas patrocinadoras ni su elegante rodar en bicicleta. Lleva desde los cuatro años haciendo triatlones y sabedor de su error, pidió perdón con las manos. Entró segundo. Quién sabe si por orgullo o con la esperanza de que con una apelación pudiera mantener su resultado. Pero el premio gordo lo tenía Antonio Benito.
El atleta de Tomelloso, ciudad de pintores, tiene un cuadro de vida. Es agente en prácticas de la Policía Nacional. Cumple con sus ocho horas de trabajo y saca tiempo y fuerzas para entrenar. No para. «Es una odisea lo que hace», dice el hermano, en una mezcla de satisfacción y alucine. El abrazo de los dos con su padre, Eugenio, emocionó a la Plaza de España, que rugió durante la tarde con la llegada de unos triatletas de récord. Antonio Benito completó los 3,8 kilómetros a nado, los 180 en bici y los 42 a pie en 7 horas, 36 minutos y 38 segundos. La mejor marca en Vitoria la tenía Nick Kastelein, ganador en 2022 con 7:52:50. Una mordida, favorecida por el tiempo suave, de más de 15 minutos. Los mismos de los que se queda del récord mundial: 7:21:12.
Landa también presenció un hito. El eslovaco Richard Varga salió del agua en 45 minutos y 23 segundos. Un minuto menos que el que hasta ayer era el mejor segmento de natación. En la bici, comenzó a boquear. Benito era cuarto en el pantano y séptimo en la transición de la bici a pie. Decidió contemporizar ante el ritmo de los escandinavos, el sueco Robert Kallin y los daneses Kristian Høgenhaug y Mathias Pedersen. Perdía 13 minutos, pero en el estrecho pasillo del frontón de Fueros, sufrió una metamorfosis.Se convirtió en una centella. A Cameron Wurf y a Bradley Weiss les pasó en los primeros metros de camino a la Plaza de España. En 'La Herre' se formó un pasillo de público que se abría como una cremallera. Se creció con los gritos de ánimo.
En el kilómetro 10 ya era tercero. En el 20 descolgó a McNamee, el único que seguía su ritmo de 3,48 min/km. En el 30 se ponía líder. Palmada para honrar su carrera de Høgenhaug y de Laidlow. Su remontada memorable valen 18.000 dólares. Antonio Benito es campeón de Europa de triatlón en media distancia. Venció también en el de Zarautz hace un mes. Y llegará al Campeonato del Mundo de Kona (Hawái) de octubre sin renunciar a nada. Entre medias, cumplirá son su deber de proteger a los vecinos de Lugo. En el podio le secundaron el británico David McNamee y el australiano Cameron Wurf.
En la prueba femenina, Kat Matthews sí cumplió con los pronósticos. En el segmento de natación ha salido en segunda posición, a cinco minutos de una sorprendente Stephanie Clutterbuck, que en su primer año como triatleta profesional lideró la prueba hasta el kilómetro 100 en bicicleta. La británica tomó la delantera, con su compatriota Ruth Astle y la neerlandesa Els Visser muy cerca. La holandesa estuvo muy cerca de perder la vida en 2015. Sufrió un naufragio de vacaciones y nadó durante 8 horas hasta llegar a la orilla. Un milagro. Tuvo una visión. Dejó su cargo de cirujana y se convirtió en triatleta.
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Pablo Sanz
En su biografía no podrá contar una victoria en Vitoria. Se le resistió Matthews, que estableció un récord de 8 horas, 24 minutos y 23 segundos. Batió el 8:46:18 para Gurutze Frades en 2023, que acabó octava. La vitoriana de adopción Ruth Brito, de 44 años, concluyó 11º. «Después de 5 años sin hacer un Ironman, he bajado mi tiempo 7 minutos», decía con orgullo. Otro récord para una quinta edición memorable.
El 68% de los participantes de semejante desafío, entre hombres y mujeres, procede de otros países con representaciones muy significativas de Francia, Reino Unido, Bélgica, Portugal y Alemania. El casi tercio restante llega desde distintos lugares de la geografía española. Nada menos que el 84% de las inscripciones se corresponden con personas que debutan en la carrera vitoriana, mientras que el otro 16% repite después de experiencias anteriores.
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